Inefable

Casa

La mañana del 30 de Agosto mi descenso a casa estaba siendo demasiado intrigante, sospechosamente intrigante, después de que me mantuvieran los dos meses de vacaciones con la directora y dos meses más con ella en el anonimato (meses en los que debí de estar en clases, en Ilvermorny) sin saber exactamente el porqué no entraba a clases como cada año después de mis once. Hasta ese entonces solo me habían dado una respuesta a mi pregunta que en su debido tiempo fue enviada por una lechuza.

Carta de los primeros dos meses:

Hola Lia, me gustaría saber si te gustaría estar en Hogwarts o prefieres seguir en Ilvermorny. ¡Un abrazo! Espero la respuesta lo antes posible. P.D.: ¡Hogwarts tiene muchas sorpresas este año!

                                                                       R.L

Palabras secas y breves, sin ninguna información relevante que yo pudiera valorar demasiado, firmada por R.L. Claro... como no, sabía bien de quien era en verdad. ¡Obviamente dije Ilvermorny! (En realidad no, es broma, no quería darle un infarto al "señor" Sirius Black)

—Oh Canuto...

Querido Remus, me alegra demasiado saber que te acuerdas de mi existencia, no alargaré esta carta, me encanta la idea de Hogwarts, sí, sí a Hogwarts.
                       
                                                                      L.B

Realmente me gustaba la idea de estar en Hogwarts, aunque claro obviamente amaba Ilvermorny, mucho, había descubierto muchas cosas ahí, aunque siempre quise saber más sobre el colegio de mis padres, pero aún no podía entender el porqué ahora me hacían esa pregunta, como si fuera muy fácil y aunque la carta no era escrita por mi padre sabía que él tenía que ver, pero y esa carta tan fría y para rematar eso simplemente me dejaron en casa de la directora de Ilvermorny, la señorita Meey, durante todo ese tiempo, no asistí a clase (ya que las clases de Ilvermorny comenzaban dos meses antes que Hogwarts, a inicios de Junio a diferencia de Hogwarts el cual iniciaba en septiembre)

En realidad al pasar el primer mes después de vacaciones (ósea el tercer mes con la señorita Meey) imagine el resto de mi vida con la directora (que era buena he de decir), pero ¿Acaso me habían abandonado de esa forma tan cruel? Ni siquiera en mi cumpleaños recibí una carta, no me moleste, pero por lo menos una pequeña carta..., ese día solo estuvimos yo y la señorita Meey ya que mis compañeros de Ilvermorny estaban en clase a las cuales yo ya no asistía, como cada día después del tercer mes de abandono, me imaginaba a mí en un futuro como su secretaria o la conserje, no menosprecio ninguno de esos increíbles trabajos pero no era lo que yo quería, ah pero claro eso solo era en caso de que la señorita Meey no se hartará de mí porque si era así ¡¿Qué sería de mi vida!?

Al finalizar esos cuatro meses, por fin el 30 de agosto, en la mañana, llegó otra carta, después de todo este tiempo, al fin diciendo algo importante, "Era momento de ir casa" pero no a casa, la casa en la que papá y yo habíamos pasado toda mi vida si no en casa de papá o bueno la casa de la familia de papá (La cual decía odiaba a mares, lo recuerdo porque no se cansaba de decirlo).

Querida Lia, te esperamos en el número 12 de Grimmauld Place Islington, Londres, Inglaterra, con muchas ansias, muchos abrazos.

                                                                   R.L