Sirius y Remus

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—¿Como te ha ido? —pregunto amablemente Remus mientras caminábamos
—Bien me ha gustado mucho Hogwarts
—¡Increíble! ¿Conociste a McGonagall?
—Sí es muy amable, también conocí a Severus
—Oh es... bueno creo que Sirius me comentó algo respecto a eso —Remus me miró con diversión en los ojos y luego comenzó a soltar unas risas
—¿Se enojo verdad? —pregunte riendo
—No contigo, no, jamás lo haría pero si con Severus
—Ay —suspiré— ¿Siguen en casa?
—Sí, aún seguimos ahí —contestó Remus sonriendo
—¿Y qué pasó con Molly?
—No creo ser el indicado en poder decidir si contarte o no, Sirius debe hacerlo —dijo mientras yo lo miraba sonriendo con una leve risa, se percató y soltó una risa
—Si... él me contara
—Te dire lo necesario pero cuando lleguemos ¿Sí? ahora... no sabemos quiénes podrían escuchar
—Bueno... ¿A dónde nos dirigimos? —pregunté ya que caminábamos sin rumbo
—¡Oh! Es verdad tendremos que... tomar un taxi... de esos —dijo señalando los autos
—Vale... —acepté, me quede parada en la vereda jugando con mis pies mientras Remus a mi lado trataba de parar a un taxi

Pasaron unos pocos minutos cuando uno se detuvo y Remus y yo subimos, Remus le dijo nuestro destino y aquel conductor emprendió el viaje mientras repose mi cara sobre la ventana para ver los lugares por donde pasábamos

—¿Llegaremos en cuanto?
—Veinte minutos si caminábamos y diez con este taxi
—Cool
—Lia...
—¿Si? —dije quitando mi cara de la ventana y dirigiéndola hacia Remus
—¿Qué platicabas con los Malfoy?
—Uhmm —volví mi mirada a la ventana y pegue mi cabeza de nuevo viendo las calles pasar a una velocidad normal— solo... les dije que me quedaría con los Tonks...
—Muy lista —dijo sonriendo— pero debes mantenerte alejada... de Lucius, él... sabes lo que dijo Harry —decía con el tono de voz muy amable como siempre
—Si... lo sé

Luego de nueve minutos, un minuto menos previsto de lo que dijo Remus, llegamos a aquel vecindario de muggles muy normales, que se encontraban haciendo sus labores diarias dentro de sus casa o eso se veía desde afuera ya que tenían las cortinas abiertas, tuvimos que entrar a la casa Black muy sigilosos sin que nadie se diera cuenta y así fue

—Lia —susurró Remus mientras entrábamos a la casa
—¿Qué? —susurre, imitándolo
—Ya sabes, no hacer bulla por aquí —dijo sonriendo mientras hacía un gesto de silencio con su dedo índice el cual imite asintiendo
—Si —susurre— ¿Pero... no me dijeron porque?
—Bueno...
—¡Hija! —gritó Sirius
—¡¡Papá!! Ah —dije tapándome la boca

—¡¡¡QUIEN RONDA EN MI CASA!!! —gritó fuertemente un cuadro que tenía la pintura de una mujer de porte elegante pero muy seria

—Oh ¿Es Walburga? —pregunte sin saber si aquella mujer en un cuadro era o no mi abuelita
—Lia Black ¡Mi nieta! Única salvación del apellido —exclamo una voz ahora dulce pero con cierto deje de chantaje o manipulación el cual no me importo
—Ah holi —sonreí saludándola meneando mis manos alegremente
—¡ALEJATE DE MI NIETA! ¡MONSTRUOO! —grito refiriéndose a Remus— ¡TRAIDOR! ¡TRAIDOR! —añadió viendo hacia el lado en donde estaba Sirius quien rápidamente me dijo que suba y junto a Remus empezaron a tapar el cuadro
—¡Cállate vieja loca! —escuche decir a Sirius

¡Oh! ¡Grosero! empecé a caminar lenta y perezosamente volteando a ver hacia ese lugar con curiosidad, Sirius me hizo señas con su mano de que me fuera como si de esfumar a los mosquitos se tratase, le di una mala mirada y volví mi vista al frente, voltee mi cuerpo por la izquierda para subir las escaleras perezosamente tratando de escuchar que decía el cuadro, subiendo algunas escaleras vi las cabezas de los elfos lo cual era raro así que decidí subir esa parte un poco más rápido y luego de pasarlas volví a mi curso normal.

Entre a donde era mi cuarto que agradecidamente quedaba en la segunda planta donde podía apoyarme en la baranda y escuchar lo que quisiese, había dejado mis maletas abajo así que no tenía nada que hacer no podía desempacar así que me tire en la cama viendo cada milímetro de la habitación, las paredes de un color verde junto a la madera que adornaba por toda la casa, a un lado estaba una cómoda, a un lado de la cama que estaba en medio del cuarto, la cómoda tenía mi gramófono el cual había sido un regalo, al lado del gramófono estaba un retrato en el cual estábamos Sirius y yo muy felices con gorros de vaqueros pase la mirada al lado donde estaba la puerta por la que había ingresado luego puse la mirada al frente y había una chimenea y arriba de ella tenía el dibujo de Kreacher en un cuadro a su lado estaba otra foto mía y de Sirius en la que estábamos bailando puse mi mirada al otro lado mío en donde estaba una ventana de tamaño regular la cual estaba tapada por una cortina de un color muy oscuro por lo cual no podía ver nada aunque no creo que se vería algo real ya que al estar la casa escondida seguro era un hechizo para ventanas así como los techos en Hogwarts, en ese mismo lado estaba un escritorio de madera muy hermosa y tenía muchas cosa mías junto a mis pinturas y mi caballete... volteé mi cabeza rápidamente mirando al frente y mire de nuevo el cuadro en el que tenia el dibujo regalado por Kreacher, tenía cosas en aquella habitación pero no tantas cosas, parecía que todo lo que debía estar en mi anterior casa ahora estaba aquí, así que el único que las pudo haber traído era Kreacher y era verdad ¡Kreacher! no lo había saludado ni siquiera lo había visto

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