Inefable

Chiquitita

Mi horario de dormir había cambiado rotundamente en los últimos días, solía dormir de tarde y en la noche bajaba a comer algunas cosas mientras luchaba contra mi insomnio, no había hablado con Sirius estos días, quizas solo asentia o negaba a algunas cosas que decía o apenas llegaba a decir unas cuantas palabras si es que era un buen día.

—Sabes lo que necesitas Li —decía Sirius a quien me había encontrado al bajar las escaleras, actualmente mi cuarto permanecía cerrado y no dejaba entrar a nadie
—Uhm
—¡Un desayuno como una princesa claro lo que eres y abajo hay muchas delicias!
—Increíble —dije sin entusiasmo
—Hay esas cosas italianas con chocolate que te gustan
—De Francia y se llaman croissant de chocolate —esto debía ser la frase más larga que había dicho desde mi vuelta del callejón Diagon, ahora que lo pensaba era probable que se equivocara intencionalmente para sacar más palabras de mí boca
—¡Si! —exclamo alegre
—Mientes
—Jamás

No me había mentido pero pese a la deliciosa comida que había probaba no mejoraba en lo absoluto mi estado de ánimo, seguía en silencio sin decir nada y así fue toda la tarde donde por fin no había dormido y me mantenía despierta. Me encontraba en mi cama limpiando a profundidad mi gramófono quizás lo limpiaba extremadamente despacio y muy a detalle, parecía estar quedando tan limpio que llegaba a relucir, ya no podía limpiarlo más por lo que lo dejé en su lugar, sobre mi cómoda, coloqué una música y me senté en mi cama mientras agarraba la cajita musical que estaba como siempre en mi mesa de noche, me pare y luego me senté en el piso viendo la cajita musical fijamente, la sonata que sonaba en el gramófono no impidió que escuchara la melodía de la cajita musical que sonaba ya que estaba girando lentamente la palanquita de esta.

—Ojalá estuvieras aquí... —susurre limpiándome una lágrima mientras dejaba la cajita en el piso y me tiraba dejando mi cabeza justo al lado de la cajita musical

A pesar de aun tener a la gente que amo sentía un profundo vácio en mi, quizás no sea un vacio, quizas solo sea tristeza o los dos, aún estaba aceptándolo y debía escuchar mis palabras "No remplazas a otras personas con otras" el perder a otros seres que amaba me dolía y no iba a calmarme solo el tener a otros seres que amaba aún conmigo.

Todo a mi alrededor era tan deprimente hasta mis pinturas parecían deprimentes, la comida parece deprimente quisiera quedarme en este piso mirando el techo por siempre hasta que esté vacío se llene o hasta que esta tristeza desaparezca.

—Li-Li ¿Por qué escuchas esa música tan triste...? Siempre representando tu estado de animo con la música
—Podrías dejarme escuchar mi música "triste" sin juzgarme —Sirius era un exagerado pero sabía que iba a defender mi música con capa y espada— Frédéric... ¡Ah! —grite molesta, ahora él estaba hasta donde no debía— ¡Chopin! ¡No hace música triste! —tenía un toque de tristeza quizás si, no, en realidad melancolía..., no, era romanticismo, pero era bella— nocturne op.9 No.2 es exquisita y extraordinaria ¡No un simple triste!
—Abre por favor —pidió desde afuera
—No está cerrada... puedes pasar
—¿Por qué estás en el piso? —pregunto al momento en el que abrió la puerta. Me miraba aún parado apoyado en el marco de la puerta
—Es cómodo, este piso es cómodo —respondí mientras él entraba
—¿Qué hay en el techo que tanta atención le presta mi princesa? —pregunto viendo al techo
—Me da tranquilidad
—¿Si? Bueno... ¿Puedo? —pregunto mientras se sentaba en el piso y se acomodaba en el suelo para tirarse junto a mí, ahora ambos viendo el techo
—No es triste, solo es melancólica —dije hablando de la música
—¿No es lo mismo? —pregunto sonriendo
—Quizás... no lo sé...
—Escuchemos está —intervino levantado su varita apuntando al gramófono y poniendo otra música
—¿Chiquitita? —reí al escuchar nada más los primes segundos
—Si, me gusta y a ti también
—Si...
—Ven —añadió parándose de un momento al otro y estirándome su mano
—Uhm —dije dándole la mano con pereza y levantándome