Inefable

Cartas reveladoras

Sabía que algo andaba mal, quizás desde hace un tiempo, tal vez, quizás todo lo qué pasó hizo que este sentimiento se opacara pero estaba ahí, algo no estaba bien y por lo que ahora veía tenía la corazonada de que este día no sería el más feliz de mi vida, en realidad todo este mes no lo había sido

—Ah... si —respondí un tanto nerviosa
—Puedes... subir —añadió mientras abría paso para que Ginny bajara

Subí sin percatarme de ninguna de las caras de los presentes, en realidad lo único que escuchaba ahora era mi corazón palpitando tanto que parecía un tambor, era como si un sentimiento de pena me invadiera, quizás podía intuir por la escena lo que podría pasar, ni siquiera podía prestar atención a la casa, a los detalles, a los cuartos o tan siquiera hacia donde me dirigía, solo iba a donde creía que sería su cuarto que por suerte llegue sin equivocaciones, quizás porque Fred me indicaba donde era aunque no prestaba atención. Una habitación con dos camas y muchas cajas, una de las camas tenía sobre ella unas cartas, todas desordenadas, cartas que a lo lejos daban a notar la letra de Fred y la otra no sabría decir de quien, me acerque un poco más y vi que aquella que tenía la letra de Fred tenía muchas palabras en las que solo daba a entender que era una carta romántica pero sabía que no era para mi, yo no había visitado su tienda tal y como citaba unos párrafos en aquella carta

—Lia... —habló a susurros mientras cerraba la puerta de la habitación
—No hables —pedí suplicante mientras me sentaba en una de las sillas que estaba por los pies de la cama de las cartas
—¿Qué? —pregunto confundido, él no se había sentado, estaba parado apoyado en la pared en frente mía
—No hables, no digas nada —pedía desde el fondo de mi corazón y mente ya que ninguno tenía la capacidad para procesar todo lo que pasaba, quizás era imaginación mía, ojalá, eso deseaba pero por ahora no quería saber nada
—Lia
—No lo hagas, solo por unos minutos, déjame unos minutos Fred se que... ay... por favor... Fred solo unos minutos
—Esta bien

Unos minutos pasaron, si, no muchos o quien sabe, para mi estaba todo como en cámara lenta, trataba de estar lo más calmada posible aunque no lo estaba, tranquila, repetía una y otra vez

—Lia... —quizo preguntar algo pero intervine
—Está bien, estoy bien... si —dije mientras me levantaba y por fin hacía contacto con sus ojos— ¿Qué... que querías decirme...?
—Lia... han pasado... muchas cosas... yo... la tienda y la mudanza y tanto... yo... solo, paso...
—¿Qué pasó? —pregunte pretendiendo no entender o quizás no quería que lo dijera o no quería que dijera lo que iba a decir quizás pretendía que esa pregunta haría que todo cambiara
—Estuve... estuve con una chica y...

El solo hablaba y yo solo miraba sus ojos los cuales ya no me resultaban tan cálidos como siempre, había recibido algo peor que un balde de agua fría, mi corazón parecía querer estallar quizás porque no estaba llorando no liberaba el dolor que estaba sintiendo, apenas estaba procesando todo y no quería sentir lo que sentía, y no solo sentía tristeza, dentro de mi parecía haberse revuelto mi estomago, tenía muchísimo asco de todo, de absolutamente todo

—No sé... Supongo que me enamore de ella —aquello fue lo que de inmediato chocó contra mi mente y mi corazón aquello rompió todo tipo de barrera que estaba poniendo
—¿Qué...? ¿La amas...? —pregunte casi sin poder decirlo tenía la cabeza dándome vueltas y un nudo en la garganta y los ojos humedecidos
—Si, estoy enamorado de ella, la amo —respondió con muchísima seguridad de lo que sentía y eso solo hizo que me doliera más, el la amaba, caí nuevamente a la silla debilitada

Sentía todo tipo de vacío, soledad, decepción, impotencia estaba luchando por no llorar, cada vez viendo más borroso debido a las lágrimas que me resistía a liberar, veía que Fred hablaba pero la verdad no escuchaba nada, lo único que mi cébebro o corazón escuchaba y repetía era "La amo". ¿Acaso había hecho algo mal? ¿Acaso no era suficiente? ¿Había hecho algo que causara esto? quizás fui demasiado idiota o no lo sé, no sé qué pasó, no sé porque todo se siente tan vacío, tan oscuro. Coloque mis codos en mis piernas mientras que ponía mi cara en mis brazos tapando las lágrimas que caían de mis ojos, cada vez eran más, cada vez las controlaba menos