Castigo de Umbridge

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Montague no apareció el día siguiente, lo único que ocurrio fue el castigo de Umbridge, quien había mandado a llamar a todos los que estábamos anotados en el pergamino del ejército de Dumbledore claro a excepción de Marietta. El castigo como era de esperarse consistía en escribir en una hoja "No debo romper las reglas", todo escrito con una pluma que Umbridge nos había entregado. Aquella frase la tuvimos que escribir casi veinte veces (mínimo) y a cada trazo la profundidad de la herida que se formaba en nuestra manos aumentaba y el dolor también. Al final del castigo todos salieron a tratar de curarse la herida aunque, el día gris no se quitó.

—¿No hablaras con él, Lois? —pregunto Hermione y negué con la cabeza
—Aún no aparece Montague... y no sé... ¿Puedes dárselo tú? Por favor...
—Claro que si Lois, pero... no nada, solo bueno iré a llevarle esto a él y a George, pero antes tienes que ponerte la poción tú
—Tú también —dije y ambas nos pusimos la poción/pomada para tratar de curar la herida del castigo de Umbridge que dolía muchísimo pese a la aplicación de la poción que claro debíamos dejarla actuar

Hermione había ido con Fred a entregarle la poción tal como Lia se lo había pedido aunque se la había entregado de una manera muy particular, le había lanzado la poción muy molesta, lo bueno era que Fred estaba en un sofá y la poción había caído al lado de Fred y no se había roto

—Ahí está, eso ayudará con la herida, esté de aquí es para George —añadió dejando el otro frasquito que Lia le había dado en la mesa más cercana
—Dile a Lia que si quiere darme esto que lo haga ella o si no, no me lo pondré, o mejor dime dónde esta
—¿Para que le lances un hechizo ya que Montague no apareció? Primero vas a tener que lanzarme un hechizo a mi
—Verás, Hermione, eso no era lo que quería decir ¿Si? No le lanzaría un hechizo ni nada por el estilo
—Y te conviene, porque Lois es muy fuerte, ahí está la poción si la usas o no haya tú, como si me importara

Al día siguiente Montague por fin había aparecido así que Lia no tuvo que contar nada sobre lo ocurrido aunque al escuchar la noticia de su repentina y extraña llegada corrió a la enfermería ya que ahí lo habían llevado. Algo nerviosa y como si aquello fuese su culpa se apoyó en la puerta de la enfermería y abriéndola, solo un poco, para meter apenas la mitad de su rostro, preocupada, empezó a ver la escena en la que Montague estaba tirado en una camilla dormido o inconsciente, y junto a él se encontraban Pomfrey y también Snape aquello la hizo relajarse un poco pero también darse cuenta de la gravedad del problema. Lia cerró la puerta muy despacio y con cuidado y se dirigió hacia la biblioteca donde tendría la mayor paz posible, y si se encontraba con alguien esa persona sería Hermione, así que era el mejor lugar para ir aunque, cuando llego no la encontró, probablemente estaba en la sala común esperándola para practicar para los Timos. Lia se quedó un buen rato en la biblioteca, con libros al lado sin leerlos y la cabeza tirada en la mesa de lectura, viendo los libros aunque parecía estar sumida en sus pensamientos. Luego sin más decidió ir hacia la sala común aunque en el camino se encontró con Harry, quien se veía muchísimo más preocupado y desconcertado que ella

—Harry —susurro acercándose a él— ¿Estás bien? —pregunto preocupada mientras lo agarraba suavemente de los brazos
—Si, si, no pasa nada —respondió fingiendo una sonrisa
—Ya... —dijo Lia sabiendo que mentía— vamos a la sala común, no te preguntaré más, no te preocupes —añadió sonriéndole tranquilizadoramente y Harry sintió que estaba dándole una puñalada por la espalda

Ella era la más indicada para comprender su sentimiento, no tenía porque ocultarle lo que pasaba, pero no podía decir lo que había visto porque sabía que era un tema muy delicado tanto como para él, pero podría buscar algún tipo de solución junto a ella, sabía que ella podía decirle algo que por lo menos lo tranquilizara un poco

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