ᴛʜᴇᴏ ʜᴀᴢᴍᴇ ᴛᴜʏᴀ

Capítulo 22

'... ¿Un mago?'

Sin embargo, en cuanto la bola mágica tocó el cuerpo de Judith, se impregnó y desapareció. El cochero, que desconocía las habilidades de Judith, dijo sin mirar atrás, si, creía que Judith estaba bajo la magia. (N/T: recuerden que ella puede anular la magia si esta toca su cuerpo)

−Si mantienes la calma, no te pasará nada.

No sé cuál es mi destino, pero no creo que vea nada bueno allí.

'Voy a usar la magia'.

Judith se mordió el labio inferior. Entonces respiró profundamente y se concentró en reunir maná en el extremo de su dedo índice. La magia golpeó en la punta del dedo e hizo un sonido crepitante.

'Es una distancia cercana, así que podemos usar la magia'.

La magia relámpago da un impacto rápido y definitivo, pero era una magia complicada de manejar porque requería una gran concentración ya que había que apuntar con precisión.

Judith extendió la mano a través de una ventana del cochero abierta.

−¡Es una pena que no te hagan daño! ¿Quién se cree?

−¡Argh!

El jinete se desmayó con un crujido. Al mismo tiempo, el carro se detuvo con un traqueteo.

−¡Ups!

Judith trató de hacer equilibrio y cayó al suelo de la carroza. Los bollos de la bolsa de papel también rodaron hacia abajo con el impacto.

−Ouch...

El golpeteo en el suelo me dolía en el culo, pero era soportable.

'Tenemos que correr'.

Judith se levantó y abrió la puerta del vagón. Pero nada más abrir la puerta, vi a tres hombres.

−Vaya, qué buena chica.

Judith se arrastró, juntando sus manos temblorosas. Era un callejón desierto, pero no muy lejos de la plaza.

'Creo que funcionará si corremos esa distancia...'

El problema es que tiene que derribar a los hombres que tiene delante para llegar a la plaza.

−No hay nadie que la ayude. No tengo intención de actuar con dureza, así que, por favor, siganos con calma.

Dijo el hombre que se suponía que era el jefe. Judith miró al hombre y dio un paso atrás. El muro de la carroza golpeó a mis espaldas.

Su propósito era obvio.

'Está pensando en secuestrar a una chica noble y sacar provecho de ello'.

Por supuesto, no tenía ninguna intención de ser utilizada obedientemente para ese propósito.

Judith examinó rápidamente a los hombres. Dos llevaban un cuchillo en la cintura y uno tenía las manos vacías.

'¿Es ese hombre un mago? Entonces será mejor que me ocupe primero de los dos tipos con espadas'.

Judith desconfió de los hombres que se acercaban, y enterró una mano entre el dobladillo de su vestido. Y concentró el maná en el dedo índice. El momento en que el maná se reunió en la palma de su mano.

−¿Y si digo que no?

Judith atacó al hombre, que parecía ser el líder, con magia de llama.

−¡Kkkkkkk!

El hombre que no esperaba el ataque por sorpresa, titubeó. Judith creó una bola de fuego algo más intensa y la lanzó contra el hombre.

−¡Argh!