ᴛʜᴇᴏ ʜᴀᴢᴍᴇ ᴛᴜʏᴀ

Capítulo 55

Preguntó Judith, sentada al lado de Genovis, que dormía con rostro tranquilo. No obtuvo respuesta.

El médico dijo que ya estaba bien y que se despertaría pronto, pero Judith no podía dejar a Genovis. Parecía que tenía que informarle constantemente de que su hija la esperaba con tanta impaciencia.

Judith agarró la mano de Genovis con ambas manos. Quería que su corazón, que esperaba con impaciencia, le fuera transmitido.

(N/T: seguro si le susurra que mañana mismo se casa con Theo se levantara 😙😝🤙)

En ese momento, la mano de Genovis, que sostenía la de Judith, se movió como si su corazón le hubiera llegado.

−¿Papá... ... ?

Judith miró a Genovis con ojos sorprendidos. Sus párpados temblaron, revelando unos ojos rojos que eran exactamente iguales a los de Judith.

−... ... Hola, hija mía.

−... ... .

−Cuando te veo... ... parece ser que sigo en esta vida.

−... ... .

−Me encontré con tu madre en mi sueño después de mucho tiempo, y me alegro de no haberla seguido.

Dijo Genovis en un tono que no sabía si era de broma o en serio. Pero Judith se limitó a mirarle fijamente, como si no pudiera oírle.

−... ... ¿Judith?

Genovis, que se sentía extraño entonces, agarró suavemente la mano de Judith. Entonces, gruesas lágrimas cayeron de los grandes ojos de rubí de Judith.

−¿Ju, Judith?

Tras ver llorar a Judith después de mucho tiempo desde la infancia, Genovis estaba desconcertado y no sabía qué hacer.

−Judith, no llores. Papá está bien ahora... ... .

(N/T: su traductora está en modo liquido :c)

Abrazó y consoló a la llorona Judith, pero fue en vano. Más bien, haciendo ruido, recostó su cabeza y lloró.

−Señorita, ¿qué ha pasado... ... .

Sorprendido por el sonido, Wilson entró corriendo en la habitación.

Genovis miró a Wilson para advertirle que saliera. Wilson pareció sobresaltarse por un momento al ver a Genovis despierto, pero luego salió tranquilamente de la habitación con alivio.

−De acuerdo. Ya está bien.

Genovis se entristeció al verla temblar y llorar, así que acarició suavemente la cabeza y la espalda de Judith.

Después de que pasara un tiempo, los llantos de Judith se calmaron. Los temblores de sus hombros fueron cediendo poco a poco. Genovis sacó a Judith de sus brazos en ese momento y la miró de frente. Incluso su rostro, cubierto de lágrimas, era igual de encantador a sus ojos.

De hecho, no puede recordar el sueño, pero Genovis estaba seguro de que había cruzado la frontera entre la vida y la muerte. No hay manera de que no pueda dejar en paz a un niño tan encantador.

−Lo siento, cariño. ¿Estabas muy asustada?

Genovis limpió las lágrimas de los ojos de Judith. Entonces las lágrimas que apenas habían cesado volvieron a brotar.

Judith miró a Genovis, que lo miró preocupada y rompió a llorar. Incluso en esta situación, agradeció y lamentó a Genovis, que antepusiera sus sentimientos.