ᴛʜᴇᴏ ʜᴀᴢᴍᴇ ᴛᴜʏᴀ

Capítulo 45

"No pesa".

Judith lo detuvo, pero Theo la ignoró y siguió adelante. Como dijo, no dejó de respirar ni siquiera mientras sostenía a Judith.

"Por cierto, ¿qué valor tuviste para seguir tú sola los pasos de un hombre así? Creo que ha dicho que no hay que seguir a un hombre sospechoso".

Dijo Theo. Su mirada era amable, pero su tono era algo frío. Judith, que se disgustó ante el tono de reproche, protestó en voz baja.

"No tenía ni idea de qué hacer con ese hombre. Las Piedras Mágicas son peligrosas, así que sólo quería eliminarlas antes de que otros salieran heridos".

"¿Por qué hacés algo tan peligroso?"

"Eso... ... ."

Judith, que sin querer intentó explicar sus habilidades a Theo, dejó de hablar. Luhin le dijo que lo ocultara porque otras personas podrían abusar de sus poderes. Sin embargo... ... .

'Esta persona no está usando mis poderes'.

Al mismo tiempo, había una planta en maceta cerca de la cual el asaltante había escondido la piedra mágica. Judith detuvo a Theo.

"Por favor, baja un momento. Deja que te explique".

Judith, que estaba tirada en el suelo, buscó entre las macetas y encontró el cristal mágico. Entonces, con ambas manos, agarró la piedra mágica.

Al ver esto, Theo se sobresaltó e intentó coger la Piedra Mágica.

"¡Suéltala!"

Sin embargo, para Judith era más rápido absorber el maná. Judith volvió a abrir la palma de la que había desaparecido la Piedra Mágica. Y se rió como si no hubiera pasado nada mientras soportaba el gemido.

"Se dice que tengo el poder de absorber el maná. ¿Tienes curiosidad?"

Theo miró la palma de Judith y a ella con una mirada de incredulidad. Luego, como si se diera cuenta de algo, soltó una carcajada y murmuró.

"Así que tú también estabas a salvo ese día".

"¿Ese día?"

"El día que nos conocimos hace 14 años".

¿Qué demonios pasó ese día?

Judith quiso preguntar a Theo, pero no fue así. Theo abrazó a Judith, que ladeó la cabeza para saber a qué se refería.

"Entonces, ¿vamos a por ese tipo malo antes de que haga algo más grande?"

Esta vez, ni siquiera Judith se resistió. En cambio, se abrazó al cuello de Theo y asintió.

"De acuerdo. "

* * *

Los dos siguieron la dirección en la que desapareció el asaltante.

Afortunadamente, el asaltante escondía el cristal mágico en una maceta cercana.

"Parece que todo lo que tiene que hacer es esconder la Piedra Mágica, así que no hay necesidad de ir más allá".

Theo, que iba a ocuparse del monstruo, se dio cuenta de que la tez de Judith se había vuelto más pálida que antes. Miró a Judith con preocupación.

"Judith, ¿cómo estás?"

"Siento un poco de náuseas... ... ."

Tal vez porque había absorbido mucho maná de golpe, podía sentir el maná no fusionado rugiendo en su interior.