"Jane McCain"

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Jane dejo la bicicleta a un lado y suspiró. El ambiente se sentía muy tenso. Era una especie de mala vibra que podía sentir a flor de piel. La misma que sintió aquella noche de desgracia en la que Jason la beso por sorpresa.

-Hola – Saludo a Alice después de un momento en el que nadie dijo nada. Ella saludo también mirándolos ambos.

-No dijiste que ibas a venir - inquirió Jason con seriedad sin espabilar por lo menos mientras la miraba. 

-Tuve que hacerlo ya que al parecer estás muy ocupado para verme – Alice miro a Jane – Disculpa si los interrumpí - ¿Interrumpí? No había interrumpido nada o ¿sí? No, no había nada que interrumpir entre él y ella.

-No te preocupes, está bien – Jane le dio una sonrisa y camino hacia dentro de la casa – entra – le pidió – preparare jugo – ¿entrar o no entrar? Se sentía de un extraño modo. No quería a Jason, de eso Alice estaba segura pero… no le gustaba tampoco que estuviera allí con esa aparecida ¿Quién era ella? ¿En qué momento había llegado a su vida?

-Entremos - La saco Jason de sus pensamientos con un tono de voz tan indiferente que la hizo sentir peor. Alice lo miro fijamente. Y él lo hizo del mismo modo.

-No fue Fácil encontrar tu dirección ¿Por qué no me dijiste que te habías mudado? – Jason frunció el ceño y le sostuvo la mirada algo contrariado. ¿Por qué lo hacía? ¿Por qué lo buscaba? Ella podía sospechar lo que él sentía hacia ella. ¿Lo hacía con intención? Y no había duda de ello.

-¿Quién eres tu o que te crees? ¿Acaso debo decirte todo lo que hago? – la expresión de Alice cambio rápidamente. No podía creer o más bien no quería asimilarlo. Nunca pensó que Jason se comportaría de ese modo con ella, veía decepción, tristeza y Odio en sus ojos. 

-¿Qué? – soltó en un susurro. Jason no respondió de nuevo, solo permaneció en silencio con esa misma expresión. El silencio era incómodo, claro que lo era ¿Acaso Jason había cambiado de tal modo por su “Esposa”? no, ella no podía creerse eso. Él no pudo haberlo hecho, no tan rápido. Alice dio un suspiro y bajo la mirada – Lo siento – Aludió con un tono bajo de voz al pasar unos minutos – No quise interrumpirte – Jason no dio su brazo a torcer y no cambio su posición ni mucho menos su expresión entonces Alice lo entendió y no tuvo más que rendirse ante él – No voy a molestarte nunca más, me voy.
Subió a su auto y se fue.

Jason miró el auto de Alice alejarse por la carretera a toda velocidad, mientras que su cabeza estaba hecha una verdadera maraña ¿Para qué lo buscaba ahora? Él no lo sabía y la verdad le intrigaba el saberlo. Ideas locas cruzaron su cabeza, tales como "¿Me estará empezando a querer?" o "¿Viene solamente a hacerme burla?" pero él ya la había humillado públicamente, al besarse con Jane y declarar que salían, y conociendo a Alice, su orgullo es un tanto complicado de sacar. 
Se sentó en el porche, y pensó en todo lo que había hecho antes de casarse con Jane, en como estuvo a punto de pedirle matrimonio a Alice y en cómo se desboronaba solo por ella. Pero de algún modo, aquellos sentimientos parecían estar un poco frágiles y distantes, ¿Por qué? Nada había cambiado, el estar casado con Jane no representaba nada, ya que no estaban casados por amor, sino más bien por compromiso. En ese caso, sus sentimientos deberían de ser, hacia Alice, los mismos, ¿No? Al menos eso era lo que él Pensaba. 
La castaña avellana se asomó por la puerta, con dos grandes vasos de jugo de Naranja, y una enorme sonrisa. Jason tan solo echó un vistazo por sobre su hombro y bufó ¿Cómo puede ser tan ignorante de lo que ocurre a veces? Tan ingenua. - pensó mientras exhalaba exageradamente. 

- ¿Y Alice? - preguntó conmocionada por no ver a la chica allí. Miró hacia la calle, y la vio totalmente vacía ¿Ya se había ido? 

- Tuvo una urgencia. - comentó Jason, encorvando su espalda y colocando ambos codos en sus rodillas.

- Oh. - exclamó ella. Decepcionada, miró a Jason. - ¿Quieres jugo? - preguntó totalmente feliz, ignorante de los problemas de su marido. Él suspiró. Ella no tiene la culpa de no saber lo que sucede - pensó. - no debo de ser cruel con ella. 

Jane no le dio gran auge al hecho de que Alice hubiera desaparecido, ni tampoco a la tristeza aparente de Jason, ella estaba flotando en una nube de helio de la felicidad, por una noticia que la había hecho sentir como Rose al borde del Titanic, con su amado Jack sosteniéndola por la cintura: La reina del Mundo.

- ¿Eso fue un no? - preguntó ella mientras se sentaba al lado de Jason. Él tan solo bufó. - está muy bueno... Es natural, del árbol del vecino. - comentó, para después agregar. - solo que el vecino no se entere, no sabe que las tomé. - sonrió, y le dio un gran sorbo al popote dentro de la bebida naranja, la cual se suponía era para La ausente Alice.
Jason levantó la mirada por primera vez desde que Jane entró a aquella escena, y frunció el ceño confundido. 

- ¿Robaste naranjas del vecino? - escupió las palabras sorprendido, era gracioso, o al menos se le hacía divertido el imaginarse a Jane trepada en un árbol, aunque conociéndola como es, ella realmente era capaz de hacerlo si se lo proponía. 

- Su árbol ocupa parte de nuestra casa, varias de sus ramas pasan la cerca, así que prácticamente esas naranjas eran nuestras. No las robe ¿Bien? - Jane sonrió dándole otro sorbo al vaso mientras miraba hacia el frente. Jason se quedó callado, analizando. Ella había dicho "nosotros" ¿Desde hace cuando éramos nosotros y no ella y yo? Se preguntó, aunque realmente le pareció una preocupación insignificante. Tomó el jugo, y le dio un trago. 

- Bien, ahora que tomaste el jugo, te tengo una noticia. – ella sonrió de oreja a oreja mientras él solo alzó los hombros con gesto de "¿Que sucede?", por supuesto, sin mirarla ni un solo segundo, se concentró en el portón de su casa. - ¿Adivina quién llamo? 

Amor por Accidente [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora