"Una Noche, Una tormenta"

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 "Aléjalo, Aléjalo, Aléjalo.
Quita sus manos de tu cuerpo, controla tu respiración y sé capaz de detenerlo"

Pensar, Aclarar, respirar.

¿Cómo detenerse? ¿Cómo detenerlo? ¿Cómo?

Era imposible.

Jane sintió la respiración de Jason en su cuello y cada bello de su piel se erizo en una especie de escalofrío. Como si un temblor le estuviera azotando el cuerpo intermitentemente. ¿Qué estaba haciendo? Dios, él la estaba besando y no lo detenía ¿Por qué? Porque la estaba besando con tanta dulzura que no podía hacer otra cosa más que seguir el juego. Nunca había sentido tanta delicadeza en un beso antes, nunca de este modo tan extensivo, es decir, las otras veces habían sido imprevistas y algo rápidas, pero como ahora, con tanta suavidad, con tanto cuidado, como si... realmente hubiera deseado besarla. Nunca.
Un trueno resonó fuertemente en el cielo. La castaña se espantó y Jason dejó de besarla para darle un abrazo. Le gustaba tenerla entre sus brazos.

-¿Por qué... me haces esto Jason? – Le preguntó en tono apacible, aferrada a su cuello mientras sentía su cálida respiración sobre la piel. Él se separó de ella lentamente y entre la oscuridad de la noche la miró a los ojos. Vio en ellos algo que nunca vio en otros. Temor.
Los relámpagos hacían que todo su alrededor se tornara tenebroso y desorbitado, afuera la tormenta estaba en su máximo potencial y las gotas de lluvia podían escucharse incluso dentro de la pequeña casa, pero el ambiente que ellos dos habían creado, lejos de todos, lejos de sí mismos, lejos de la realidad, no era tocado por aquellos rayos oscuros atraídos por la tormenta, solo era Jane y Jason y todo lo que significaba ser ellos dos - No sabes cuánto me confundes con tus actitudes, yo...

-No quiero confundirte - la interrumpió con voz temblorosa. Su respiración ya estaba agitada. – Yo... solo, Jane... Algo me está pasando... ¡Demonios! Algo me está pasando contigo y no sé que es ¿Qué no lo ves? Yo solo...

-Tú Solo...

-Solo deja que te bese.

-Esto no es tan fácil -

Realmente no lo era. Jason se le acercó emanando un aura de desesperación de todo su cuerpo. Le tomo las mejillas con delicadeza y respiró intentado calmarse. Ni una sola vez dejó de mirarla a los ojos. Y todo el tiempo quiso averiguar qué era lo que pasaba por su mente. Pero Él no era telepático así que tenía que conformarse con lo que pudiera leer en las dos esferas cafés que tenía capturadas, no pudo leer nada.
Jane no pudo decir nada más, estaba tan enredada que lo menos que podía hacer era decir algo. Las manos de Jason sobre sus mejillas la ponían nerviosa, por favor, el solo tenerlo cerca ya era difícil de soportar ¿Cómo aguantarse esto? Para empeorarlo todo, no podía dejar de escuchar esas palabras en su mente "Algo me está pasando contigo ¿Qué no lo ves?" y eso de alguna forma le impedía razonar. No solo era eso, el ver esos ojos miel, tan fijos en ellas, tan decididos, también contribuía bastante – Jason... - murmuró.

-No digas nada... - Le pidió - por favor - y después, con lentitud la besó de nuevo.


El recibir un beso de la persona que primero odias y luego crees amar, puede resultar completamente contradictorio en la vida de una persona, pero para ese momento, Jane se había dado cuenta de que las contradicciones hacían parte de su vida. Todo el tiempo terminaba yéndose en contra de lo que decidía no debía hacer, y si no, lo que estaba sintiendo por Jason en ese momento, era un muestra de ello. Su mente la estaba atacando con reclamos, con reproches, con gritos y exigencias de que lo detuviera, pero su razón, lo que ella en el fondo en verdad quería hacer, era alargar aquel momento lo más que pudiera. No importaba nada más.
Los labios de Jason bajaron por su cuello y con perfecta sincronía entre su cuerpo y sus besos, la acostó en el mueble quedando sobre ella. No tenía prisa. Quería hacerlo bien esta vez, quería... quería hacerle el amor.
Jane pasó los brazos por la espalda de Jason y lo abrazó fuertemente mientras sus labios habían vuelto a besarla en la boca. No podía negar que la extraña voz en su cabeza le preocupaba, pero tampoco podía negar que por más que quería no podía escucharla, era como si se hubiera quedado sorda. Sorda para la razón. Ahora lo único que sabía era que Jason la estaba besando y que no quería detenerse.
El rubio la miró a los ojos sonriendo. Le dio un fugaz beso en los labios y recorrió lentamente la línea de su cuerpo hasta llegar a las piernas, allí, con quedo la subió de nuevo, acariciando los muslos de Jane por debajo del vestido negro que llevaba puesto.
La castaña se estremeció por completo entonces.
Era como si una lluvia de emociones se hubiera descargando sobre ella y la hubieran hecho reaccionar de manera impulsiva e irracional. Como una mujer irracionalmente enamorada. Jason le acarició la espalda con ternura hasta encontrar el cierre de su vestido por la espalda y lo bajó.

Estar tan expuesta ante Jason aún seguía siendo extraño. Pero no tanto. Esta era la segunda vez que la desnudaba y aunque le apenara un poco intentó ocultarlo. Esto ¿era algo normal, no? Él se quitó la camisa rápidamente arrojándola en alguna parte del piso y pronto su torso desnudo estuvo a la vista de Jane. Jane quien suspiró mirándolo, la idea de que él se empezara a desnudar la inquietaba como no tenía idea. Le sonrió con timidez. Esa sola sonrisa lo hizo sentir... extraño. Esa inocencia en sus ojos, amaba esa inocencia en sus ojos y que se ruborizara por estar en ropa interior frente a él.
Volvió a juntar sus labios acariciándole la mejilla y la abrazó fuertemente contra su pecho. Podía sentir lo nerviosa que ella se encontraba. Podía sentirlo ahora, ya que la primera vez había sido demasiado ciego como para darse cuenta de que ella nunca había estado con un hombre antes. Sonrió al recordarlo. Él había sido su primer hombre, por lo tanto ella era suya, su mujer. Él la hizo mujer. Y nunca se había sentido tan feliz por algo, aunque en ese tiempo no lo hubiese buscado, ahora... la cosa era distinta.
Acaricio su hombro con suavidad y bajó la tira de su brasear, luego con cuidado empezó a besar el nacimiento de sus senos. Jane tragó gordo y la expresión de sobresalto no se hizo esperar en su rostro. De pronto sintió mucho miedo, La idea de hacer el amor otra vez... la hacía temblar. No porque no quisiera, sino porque sus neuronas se habían encendido y le estaba volviendo la razón, el estar semidesnuda delante de él la había hecho volver en sí. Respiró profundo y aunque le fue difícil pelear consigo misma, consiguió alejarse de él y dejar besarlo.
Jason frunció el ceño algo confundido y se sentó en el sillón, Junto a ella.

-Jason, yo...

-¿No quieres hacerlo? – Su rostro a la poca luz de la sala, se notó apagado. Él bajó la mirada y se quedó en silencio por un momento, No podía creerse lo que hacía, diablos, Estaba tan excitado, tan deseoso de ella que ni siquiera había pensado en cómo se podía sentir.

-Tengo miedo – le dijo. Jamás le confirmó que no quisiera hacerlo – Yo solo.... Estoy muy asustada.

-¿Estas asustada de mí, Jane? – el rubio volteó a verla y se mordió el labio, su frustración había crecido aún más - No voy hacerte daño – se giró hacía ella con quedo y le tomó la cara con las dos manos - Esto no es como la primera vez – su voz fue bajando el tono, volviéndose más suave, su aliento cálido con olor a menta empezó a pegarle en el rostro. – Seré más cuidadoso, Te lo prometo.

-No me refiero a eso Jason – Aludió ella sin apartarle las manos de la cara. Estaba temblado, pero no sabía si amonestar eso a él, o a que se encontraba en ropa interior tan cerca de él. – Me refiero a ti.

El frunció el ceño claramente abrumado.

-Creo que te quiero - Le soltó después con todo el miedo de arrepentirse – quererte es lo que me asusta.

Jason se quedó quieto por unos segundos y pasó las manos por si cabeza.

-Entonces ambos debemos estar asustados Jane - se quedó callado un momento - yo creo que me siento igual que tú.

¿Eh?
La castaña intentó asimilar sus palabras sin mostrarse tan sorprendida o aturdida. Sin mostrarle abiertamente lo que podía hacer él con ella si le lo proponía. No pudo.
¿se sentía igual? ¿Eso significaba que... podía quererla también? No, es decir ¿sí?
Volvió a verlo y quiso decir algo pero él acorto los centímetros de distancia que separaban sus labios y la besó.

Un beso, una caricia, un abrazo.
Toda su razón dejó de funcionar de nuevo.

Jane solo pudo sentir las manos de Jason quitándole el brasear al besarle el cuello y luego una caricia queda por el contorno de su cadera. Su corazón empezó a latir y tuvo el impulso de taparse los senos pero él la detuvo y le susurró al oído con voz suave "Eres hermosa" acarició su abdomen.

Se quedó inmóvil.

Aunque afuera estaba lloviendo, en ese momento no le había prestado atención ni a la lluvia que se escapaba del cielo como si estuviera cobrándose por algún pecado en la tierra, ni al trueno que había caído en alguna parte cerca al lago. Su vista, su atención, su cabeza, toda su mente estaba en el hombre que tenía en frente, el mismo que se estaba quitando el pantalón y se quedaba en bóxer como si no importara, el mismo que... tomó un poco de aire.

El mismo que estaba tan excitado.

La recapitulación de su ultima vez no tardó en viajar por la mente de Jane ¿Cómo se había sentido en aquella ocasión? ¿Era igual? No... no lo era. En aquella ocasión no sentía tanta confianza. Era diferente ahora. Era como si de repente, Jason hubiera dejado de ser un extraño. Ya no era más el rey narcisista al que ella consideraba un ogro. Ya no era más nada de eso. Aunque ese hecho no quitaba lo nerviosa que la ponía la idea de tenerlo así, frente a ella.
Jason le sonrió al notar la expresión en su rostro y se le acercó.

-¿Te das cuenta lo que has hecho conmigo? - le dijo. Ella se ruborizó completamente – Jane, realmente me estás volviendo un estúpido – la beso con suavidad y ella se dejó llevar por él, por su fuego. La acostó de nuevo sobre el sillón y le acarició la entrepierna mientras la besaba. Jane dejó escapar un poco de aire por la sensación que sintió y agradeció al cielo que todo estuviera completamente oscuro o él se hubiera dado cuenta de que se había puesto completamente roja.
La estaba tocando en... ahí.
Y lo que más la hacía avergonzare es que no se sentía tan mal en que lo hiciera, ni siquiera le disgustaba que lo estuviera haciendo. Era extraño... una sensación muy extraña que le hacía acelerar la respiración y le prendía una llama de pasión. Su corazón estaba rítmicamente acelerado.
Jason le bajó el interior negro con encajes que llevaba puesto y se lo quito completamente, Jane sintió dejar de respirar y en lo único que pensaba era en que tenía que hacerlo si no quería morirse, pero luego él se despojó de su bóxer y la dificultad de una actividad tan fácil y necesaria creció enormemente en el abismo de su mente. Jason la miró desnudo fijamente a los ojos. Se estaba muriendo de las ganas de hacerle el amor pero, no lo haría si veía inseguridad en ella.

-¿Realmente... Quieres? – le preguntó en susurro con la voz entrecortada. Ella le contestó la mirada y lo odió por hacerle esa pregunta, se moría de vergüenza, ¿Cómo podría decir "Si" aunque fuera algo natural?
Entonces recordó que hay un lenguaje más efectivo que las palabras y suspiró aliviada. Se levantó un poco del sillón y lo beso en los labios con suavidad, luego le sonrió tímidamente y lo volvió a besar. Jason la miró con ternura y le dio un fugaz beso en los labios. – eso es un si ¿verdad? – le dijo al oído y La besó nuevamente, ahora con más pasión – Te prometo que será diferente a la última vez que estuvimos juntos, no lo haré con tantas... – no terminó de hablar por miedo a llenarla de temor - seré más delicado – concluyó al fin.
Jane inspiró profundo mientras su corazón latía rápidamente y se mordió el labio. El verlo acercarse la ponía nerviosa, pero el tenerlo encima de ella, la devolvió a la realidad, ese era el momento y... no podía creerse que iba a pasar de nuevo. "Iba a pasar de nuevo, iba a pasar de nuevo" solo eso podía pensar.
Jason se abrió camino entre sus piernas y esperando un momento, la penetró.
La lentitud con la que lo sentía la sorprendió, pero también la sorprendió volver a sentir dolor. Se suponía que acababa con la primera vez ¿No? Arrugo la frente y cerró los ojos intentando no aparentar nada, pero era difícil hacerse la que no sentía. Jason lo notó y se detuvo y ella rogó que no preguntara algo como "¿Te duele?" muy contrario a eso, la sorprendió con un beso y un abrazo. Ella tomó un respiro, algo perturbada mientras él volvió a moverse en ella.
El dolor apreció de nuevo. Pero ahora más leve y al tiempo en que Jason aumentaba los movimientos al ritmo de la pasión, el dolor que sintió al principio terminó por disolverse entre el deseo que ambos sentían. Se convirtió solo en molestia.
Jane pasó las manos por la espalda de Jason y lo abrazó. Sus movimientos se habían vuelto uno solo al igual que ellos. Antes eran dos personas, pero ahora, eran una sola.
¿Quién diría que romperían la primera regla de su contrato matrimonial dos veces? ¿Quién diría que el orgulloso Jason, podría haberse fijado en la castaña sucia que conoció en un avión?
La besó suavemente mientras sentía el éxtasis de lo que era estar con ella y la apretó contra él. Ella era tan diferente, lo que sentía al penetrarla a ella era tan diferente a lo que había sentido antes, era tan... deseablemente diferente que lo disfrutó como nunca. Por un momento se había olvidado de que para ella era la segunda experiencia y de que si no quería hacerle daño no podía excederse en movimientos, que termino por hacerla gemir fuertemente.
Regresó a la realidad y tomó un respiro para controlarse. Era tan difícil. Regresó a los movimientos más calmados y la miró a los ojos y en ese momento se dejó ir en ella, alcanzando un orgasmo colosal.
Su respiración entrecortada pronto se calmó y por un momento se quedó tumbado sobre ella. Sobre Jane quien estaba intentando comprender esa sensación de estar por los cielos y de repente, en el sofá, con él encima.
Sonrió. Sin duda, esta vez había superado a la primera y ¿Qué tan bueno era eso?
Jason le susurró al oído una palabra y ella sonrió. Luego, se le quitó de encima y se acomodó junto a ella en el sillón. Ambos desnudos, de medio lado, abrazados, con las sabanas encimas mientras la tormenta afuera aún no había disminuido ni un poco.

La tormenta.

Pensar que terminaron en esa casa por la tormenta.

Jane sonrió al pensar en lo que acababa de hacer y frunció los labios. Los brazos de Jason le pasaban el estómago y sus piernas se cruzaban con las de ella. Se sentía extraña porque nunca había dormido con ningún hombre. Y bueno, dormir con él, era más extraño aún.
Más cuando le daba besos en el pelo y el oído. Se retractó. No se sentía nada extraño. Se sentía protegida.

-¿Por qué no me lo dijiste la primera vez, eh? – Le preguntó de repente abrazándola. Jane puso los ojos en blanco intentado adivinar a que se refería - ¿Por qué dejaste que la primera vez hiciera el amor contigo sin saber que eras virgen? – Y estaba claro. No se esperaba esa pregunta.

-Pensé que lo supondrías – logró articular después de un momento. Ni siquiera sabía porque estaba tan nerviosa. No es que fuera la pregunta más difícil del mundo - Es que bueno ¿Por qué no lo sería?

-Y aunque me dijiste que fue solo sexo, no lo fue ¿verdad?

-No. – Jason soltó un aire de alivió y la apretó más contra él, acomodándola lo más posible en su pecho, dándole calor - ¿Por qué? - era ella quién tenía curiosidad ahora.

-Quería saberlo - respondió él - solo... quería saberlo. – Jane sintió otro beso sobre su cabello y sonrió silenciosamente. Además de feliz, también se sentía algo... cansada y soñolienta. Los parpados le pesaban y de repente, era como si el sueño Se estuviera apoderando de ella - ¿Quieres que te diga algo, Jane? – le susurró al odio y ella asintió, pero ya no era muy consciente de lo que escuchaba o hacía, estaba medio dormida - Te quiero – murmuró - te quiero en serio y aunque no sé cómo serán las cosas cuando amanezca, quiero grabar este momento en mi memoria, para siempre... ¿Me escuchaste? ¿Jane? – ella permaneció apacible, Jason la movió un poco y se dio cuenta de que su respiración era tranquila. Sonrió para sí mismo, nunca antes le había dicho nada cariñoso a una mujer y justo cuando lo hacía, ella se quedaba dormida. Sonrió de mentiras y la abrazó. Como fuera, iba a atesorar ese momento.
-No puedo creer que esto me esté pasando – le susurró aspirando el olor de su cabello - ¿Qué voy hacer contigo, eh?
Jason cerró los ojos también. La tormenta siguió cayendo fuertemente afuera y antes de caer dormido pensó que aunque lloviera, lloviera y lloviera, mientras estuvieran juntos, esa noche. Iban a estar bien.


Amor por Accidente [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora