El alcohol, Sí, Que buena solución!

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La puerta era todo, lo único, que podía ver a través del piso brillante en el que estaba tendido sintiendo, como nunca antes, el alma en un hilo. Completamente derrotado. Su corazón parecía estar en stop y su mente flotaba en el denso aire que ella había dejado tras su partida. El denso aire con sabor a soledad y… dolor.
En cambio, se sentía idiota e imbécil, tan él. Como en un cuento de hadas en donde la princesa se le había escapado de las manos y se había marchado lejos, solo que en este cuento él no era el príncipe. 
Era lo opuesto y le había hecho daño.
Sintió el peso de todo su cuerpo, al levantarse del piso, mancillarle los muslos mientras dentro de sí las cosas parecían ponerse peor. No solo era el hecho de enfrentarse a la idea de que ella no estaba, era vivirlo y el denso aire que seguía poniéndose más pesado, Más fuerte, le hacía ver que era casi imposible. Le dificultaba respirar.
Su cuerpo sentía la ausencia del de Jane. Sentía la falta de aquel cuerpo sencillo que le trasmitía tranquilidad con una mirada, su cuerpo la sentía y sabía que no estaba cerca.
Contuvo el aire en sus pulmones un momento y sonrió a sí mismo de su verdad cuando, del otro lado de la puerta el leve sonido del timbre lo alertó. Una, Dos, Tres veces.
El corazón se le detuvo de repente y prácticamente corrió hacia la puerta, guardando como un profundo deseo, que la figura de la castaña fuera la que se apareciera detrás del umbral. Como una luz en la oscuridad. Se convenció a sí mismo que si tuviera la oportunidad otra vez le gritaría que la amaba.
Pero no tenía tanta suerte y su decepción no tardó en llegar cuando rodó la perilla de la puerta y no la vio a ella.
Era Ronald.
El chico de ojos oscuros reflejaba en cada gesto de su rostro un deje de confusión que impregnaba y se hacía más duradero con el pasar de los minutos. Jason imaginó que querría una explicación por lo que había sucedido en la fiesta, pero luego, cuando el abrió la boca, supo que estaba equivocado.
Y se quedó estático.
-Acabo de ver a Jane con una maleta afuera – Le dijo Con cautela. 

-¿Afuera? – Jason arrugó la frente y dejo caer la mano del pomo de la puerta sin siquiera darse cuenta. Ronald asintió como respuesta dándose el paso al interior de la casa y se detuvo cuando estuvo en la sala con Jason en frente.
-¿Qué pasó? 
Jason lo ignoró mostrándose desesperado y se le acercó de sobremanera tomándolo por los hombros.
-¿!Dijiste afuera!? – Exclamó - ¿¡Dónde!? ¿¡En que parte!?
Ronald lo miró.
-Estaba en la puerta, llorando – respondió - no le pude preguntar nada, agarró un taxi, y se fue.

La noticia le cayó como una taza de agua helada en la mañana para hacerlo reaccionar. ¿Estaba llorando? aún cuando se había mostrado tan fuerte ante él antes, ella estaba llorando. ¿Cómo era posible? Jason recordó su rostro y una fuerte oleada de culpa le llegó al cuerpo. Otra vez, él era el responsable. Y la habia hecho llorar. Pero… quizás …

-Jason – Volvió hablar Ronald, lo sacó de sus pensamientos - ¿Qué mierda pasó con Jane?

-Pasó que soy un Idiota, Ronañd – le respondió, Cayendo en cuenta lo ciego que seguía siendo al recordar su conversación de hacía unos minutos y no notar en su rostro que ella solo se estaba haciendo la fuerte, Que ella también estaba sufriendo, que, muy seguramente ella también lo quería. Miró el reloj, tomándose un respiro y un aire de alivio le recorrió todo el cuerpo devolviéndole la esperanza. Claro que era un idiota ¡No había duda de eso! Pero… era un idiota con tiempo y si era cierto lo que Ronald había dicho, que ella recién había tomado el taxi…. Él aún podía detenerla. Aún podía… Hablar. El esbozo de lo que parecía ser una sonrisa salió de sus labios y un brillo de felicidad le recorrió toda la cara -

Ahora ella me ha dejado – prosiguió mirando a Ronald prácticamente feliz y subió corriendo las escaleras hasta llegar a su habitación. Ronald no logró comprenderlo ni un solo momento y frunció el ceño siguiéndolo a la habitación ¿Si Jane lo había dejado, Se suponía que debía estar tan feliz? No fue hasta que lo tuvo de frente de nuevo que lo entendió – Me ha dejado, Ronald - Le dijo otra vez - pero yo iré por ella. Y ahora, no me quedaré callado, entiendes ¡Voy hacerla regresar! 

Amor por Accidente [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora