''Y esta fue otra casualidad mas''

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Un tiempo atrás, como aquel día en Rusia cuando lo conoció o cuando empezó a trabajar para él, imaginarse besándolo la hubiera escandalizado de sobremanera o hasta ridículo le hubiera parecido. porque la sola idea de pensar en él como hombre sonaba casi imposible entonces, pero ahora, que lo tenía tan cerca, con su aliento perfumado por una fragancia fresca y que ella no conocía, con toda la directa intención de juntar sus labios, no sabía que pensar.
¿Lo iba a besar? Su corazón dio un vuelco ¿Lo haría, sí o no?
Los brazos de Alan la empujaron hacía él, haciéndola sentir el cálido tacto de su pecho y al mismo tiempo inhalar de cerca el perfume de su camisa. Un perfume caro pero suave, con una fragancia delicada y cómoda al olfato, Justo como lo era él.
Lo iba a besar. Estaba decidido.
No importaba ella no se sentía del todo convencida.
Iba hacerlo ¿Qué podía perder?
Sus rostros se acercaron más que antes y Jane casi pudo sentir la fina textura de los labios de Alan sobre los suyos. Era como si él tuviera el poder de atraerla hacía sus labios con la mirada, con el tacto.
Era una sensación no del todo extraña pero si diferente. Una diferencia tonta que, aunque no debería siquiera pasarse por su cabeza, allí estaba. Radicaba en la persona. En la forma en que Alan la abrazaba mientras buscaba sus labios, en la forma en que sus brazos la tocaban mientras lo hacía y en la forma en que sentía que él estaba deseando darle un beso. Jason nunca había buscado sus labios, y jamás había puesto cuidado en el sitio en el cual ubicaba sus brazos, él simplemente llegaba, se acercaba a ella de improviso y en el momento menos esperado la estaba besando, acariciando y haciéndola caer en un mar de confusión que aunque al final siempre resultaba mal era agradable al momento. Siempre tan impredecible, siempre... estúpido.
Siempre dejándola caer.

Había disipado cualquier duda sobre la situación después de ese último pensamiento. Mientras los brazos de Alan estrechaban su espalda notó lo tensa que estaba. Relajó sus hombros con calma y respiró profundo esperando que en cualquier momento sus labios chocaran con los del pelinegro y sintiera algo distinto. Algo mágico, esperaba sentirse tan extraña después de ese beso que no dejaría de pensar en Alan por lo que restaba del día y esperaba también que con el tiempo el único nombre de un hombre que tendría lugar en su cabeza sería él.

Pero él no la besó.

En el momento en el que iba a hacerlo, en que empujaría su rostro al de ella para sentir el suave carmel de estos, el timbre de un teléfono los interrumpió.

Una increíble y estúpida casualidad.

El pelinegro apoyó su frente en la frente de Jane con delicadeza y tomándole las mejillas dejó escapar una vaga y falsa sonrisa. Frunció el ceño, intentado adivinar quien habría sido en inoportuno que lo había detenido y apartó una mano de la mejillas de Jane para contestar el teléfono, el cual seguía sonando imparable con un extraño tono dentro del bolsillo de sus Jeans. Tal vez era música de Rusia o inglesa o incluso podría ser española, Jane habría prestado más atención al sonido del celular si no se hubiera quedado tan ensimismada en su lugar con una de las manos de Alan sobre su mejilla completamente en silencio.
¿Y Si eso había sido una señal de que no estaba haciendo lo correcto? ¿ De que debía pensar las cosas mejor? Empezó a sentirse como si fuera una loca de esas que creían demasiado en el destino y las supersticiones de su propia cabeza ¿Por qué se estaba sintiendo tan estúpida entonces? Un sentimiento de "No es justo para él hacerlo si no lo sientes" la atrapó, metiendo dentro de ella un sentir de culpabilidad. Más que estúpida, como una idiota.
Una de las manos de Alan aún descansaba en su mejilla mientras tenía estos pensamientos. Cuando Él contestó con un "Hola" calmado y se alejó de ella, respiró.
Eso no la hizo sentir mejor.
Sabía que iba a darse una oportunidad con él, de eso no tenía ni la más mínima duda, pero sabía también que no iba a poder fingir. Y darle un beso sin sentir las ganas propias de hacerlo, en su concepto, era fingir ¿Por qué simplemente no podía ser la clase de chica que besaba a un chico sin importarle? ¿Por qué tenía que ser tan jodidamente T-A-R-A-D-A?

Alan Regresó a su lado al cabo de unos minutos con una expresión fatigada en el rostro. Como quien fuera a darle una noticia no mala, pero tampoco buena, o quizás era mala... Era difícil leer a través de su rostro. Prefirió no hacerlo y escucharlo de él. de una cosa podía tener certeza. El beso, al parecer, esperaría a otro momento.

-Al parecer alguien nos espera en la compañía – le dijo. Jane suspiró. Alan frunció los labios volviéndolos una línea mientras sentía en su interior el decir esas palabras, el momento que había tenido con Jane, se había esfumado. ¿Justo cuando la iba a besar? ¿Cuál era el punto de su suerte, de haber recibido esa llamada cuando iba por fin a consumar el momento que había esperado por meses? No se imaginaba más que besando sus labios y sintiendo suya a esa mujer de ojos cafés. Se consoló con la idea de que ya tendría más oportunidades para besar mientras la miraba. Solo mirarla, no le quedaba más que hacer, por ahora. – Tenemos que volver, Es algo importante. Supongo que mucho para ti. ¿Quieres acompañarme a la compañía?

Hasta ese momento Jane no había notado esas palabras "Nos tenemos" que denotaban demostrativos y la incluían a ella también en cual fuera que fuese la situación. Dejó atrás los pensamientos que la estaban acorralando contra la pared de su cabeza, pensando en que eso no era lo más importante ahora, y lo miró fijamente ¿Importante para ella? ¿Acaso se le había achacado el cerebro? Si, estaba extrañada.

-¿Importante para mí? – Preguntó.

-Es la persona que está interesado en tu sinopsis, el guión que te pedí que escribieras ¿Recuerdas?

¡Nube de aire Llevándose a Jane a otro mundo, hazla regresar ahora! Mierda, mierda, mierda ¡El guión!
Puso sentir la sensación de satisfacción recorriéndole todo el cuerpo desde los pies hasta la nuca.
¡Se había olvidado por completo del guión!
Por primera vez en los últimos días se escapó por completo todos esos estúpidos problemas románticos que la habían estado atormentando y recayó en lo importante. ¡El guión! Ahora estaba centrada ¿Cómo es posible que se hubiera olvidado de eso? Su oportunidad. Estaba a punto de agarrar la oportunidad de su vida y se había borrado la memoria en cosas inservibles como "Hombres" ¿Qué carajos le había pasado? ¿El amor? El amor era una tontería. Miró a Alan sonriendo. Una sonrisa tan real y sincera, tan ella.

-Recuerdo - Dijo, curvando la fina comisura de sus labios. Otra sonrisa. Y Luego otra. Él ojos negros curvó sus labios por inercia, rio silenciosamente también mientras la observaba en silencio. Después de todo cada vez que ella sonreía él lo hacía también. Contuvo las ganas atraparla entre sus brazos y besarla debido al momento, Porque además del tema de sus labios, le gustaba ver esa expresión en el rostro de su novia. Porque sí, estaba casada, pero ahora él era su dueño real. Ella era suya. Nunca más de Jason. - ¿Ha llamado? - La escuchó en medio de la sorpresa - ¿En serio?

-Si, y ha preguntado por la escritora que hará el Guion – le dijo - Es decir tú.

-¡Yo... No puedo creerlo!

-Pues créelo... – Alan dio un paso corto para acercarse a ella y le tomó la mano – Es una suerte que estuviéramos juntos mientras él ha llamado

-¿Él... sabe que estoy contigo ahora? – su voz, casi dividida por la emoción logró entenderse. No sabía quién era él, pero que rayos importaba. Si su vida personal era un asco. Al menos, su vida como profesional podría salvar lo poco que quedaba de su vida entera en común ¿No? Después de todo, de amor no se vivía, de dinero sí.

-No – respondió él ojos negros – No lo sabe, ¿Pero qué mejor que sorprenderlo? - Jane rio - ¿Vamos a verlo? Está en mi oficina.


La respuesta no tardó en llegar.

***



Diez minutos más tarde la castaña estaba atravesando la entrada de los edificios Muller detrás de Alan. Las paredes beis de las oficinas la hicieron sentir... entre asustada y feliz. Pero pronto la sensación de volvió una sola. Como cuando estás completamente en un limbo. Presentía que iría bien. Ese era su momento.
Tuvieron la suerte de que el ascensor se abriera frente a ellos una vez llegaron a él. Un día de suerte. Alan la hizo entrar en primer lugar, luego lo hizo él. Las puertas se cerraron con un lento movimiento en sus narices y al momento en que la fuerza de resistencia empezó a pelear contra al gravedad, al subir, Jane empezó a sentirse ansiosa. No, nerviosa.
Nerviosa porque no sabía nada de la persona que esperaba trabajar con ella.
Le dio una mirada a Alan y tragó gordo. Sentía todo en su estómago. Era la emoción, se hizo creer. El ascensor vislumbró la luz amarilla del tablero ubicado a un lado de la puerta del ascensor, que indicaba el número del piso por el que iban, con el numero "2" después de sonó y las puertas se abrieron. Nadie subió. Y ellos tampoco bajaron. La oficina de Alan estaba en el quinto piso.
Ella seguía igual de nerviosa.
-¿Te pasa algo? - preguntó él. Había notado la inquietud en sus manos desde que entraron al ascensor.
-Solo estoy....- Algo espantada ¿Quién es esa persona? La que compró mi sinopsis.
-¿Ahhh, es eso? – la dentadura del chico de los ojos negros salió a relucir en una sonrisa mientras el ascensor subía al tercer piso - No debes sentirte espantada por eso, Jane. Esa persona es agradable. – Sin embargo esta respuesta no era suficiente para Jane. Lo miró, pidiéndole con sus ojos más detalles – Creo que lo conoces – agregó él – así que siéntete segura.
-¿Lo conozco? – el hilo que denotaba sorpresa en su tono de voz salió de su boca justo en el momento en que el ascensor marcaba el Número 4 en el tablero que indicaban el piso en el que estaban – No, no lo creo. - prosiguió - Yo no conozco a mucha gente, menos a alguien que pudiera comprar un guión
El ceño de Alan se frunció y tuvo que poner mucha fuerza de voluntad para no mostrar que sin duda le desagradaba decir lo que venía. Lo que iba a decir.
- Escuche que fuiste con Jason a una fiesta de la que él fue anfitrión
-¿Qué? - La castaña abrió los ojos como platos. Tratando un instante de no pensar lo que estaba pensando. Pero lo estaba pensado. Y la respuesta no tardó en aparecer por sí sola en su cabeza puesto que estaba en sus manos. No era muy difícil de averiguar tampoco. Una fiesta. Un anfitrión. Y Jason. Estaba tan claro como el agua.
El ascensor marcó el número cinco en el tablero y entonces las puertas se abrieron dejando ver la oficina. Sintió un revoltijo en su estomagó y por poco se queda inmóvil.
Esa persona No podía ser otro más que...

  -Ronald Kentver– Se le adelantó Alan fulminando cualquier espacio para dudas. Era Ronald, Increible – Él y Jason son muy buenos amigos. – concluyó el pelinegro.

Jane sintió raro entonces. Algo se le fue le fue al estómago y podría adivinar que eran mucho más que nervios.
Algo más... mucho peor. Un malo, muy malo presentimiento.

Cuando se dispuso a salir, con la idea revuelta en la realidad, Lo vio de pie hablando con la secretaría de Alan < La amable chica de test blanca y cabello negro> en la recepción principal.
Ella reconocería ese rostro donde fuera. Era él,Ronald Kentver .
El chico estaba usando unos pantalones caquis con un suéter negro que se ajustaba bien al color oscuro de su cabello.
Sí, era él. Cuando él giró la cabeza y les dedico una mirada pudo ver sus ojos. Y era obvio que tanto para él como para ella, era una sorpresa verse allí.
Demonios. Su suerte era la misma que la de del coyote con el correcaminos de la hora Warner. No, era peor, mil veces mucho peor.
¿Cómo se suponía que haría esto ahora? Él era el mismo chico al que hacía una noches le había formado un alboroto en su fiesta, con una vergonzosa escena de ella lanzándole la bebida a esa estúpida actriz, coral Ontos
¿Acaso podría trabajar con él después de eso?
Bajó la mirada. Se sentía bien abochornada por lo ocurrido, ella ni siquiera era del tipo de mujeres que se iba contra otras. Y menos por un chico. Una idiotez ¿Por qué carajos tuvo dejarse provocar por esa estúpida chica llena de maquillaje y malas intenciones? No quería imaginarse que podía estar pensando Ronald de ella, además en la nota que Jason había dejado en la cabaña, al día siguiente cuando despertó, decía que él iría por ella, ella tampoco lo esperó y simplemente se había ido.
Mierda. En estos momentos era cuando detestaba ser tan impulsiva.

Ronald soltó una sonrisa al verla que parecía agradable. Ella lo notó. No fue de mucha ayuda.
Mientras Alan y ella avanzaban bastante cerca el uno del otro, Ronald se encaminó hacia ellos también.
Este no era un momento agradable. Se sentía incomoda. Además el sentimiento un de culpa estaba atormentándola. Lo de la cabaña. Ronald lo sabía, Alan no ¿Qué tan malo podría ser? Soltó aire ¿Debería decirle A Alan lo que ha pasado entre Jason y ella?
Se encontraron frente a frente los tres después de un momento que pasó fugaz para Jane y un silencio de no más de 3 segundos se hizo en el espacio.
Él fue quien lo rompió con una naturalidad increíble. Lo hizo recordar a Jason.

-Alan – Ronald lo saludo y le brindó la mano, luego, prácticamente al instante la miró a ella diciéndole un "Hola ¿Cómo estás? " con un deje de sorpresa en su voz. Un deje de sorpresa que ella intentó aparentar no había notado puesto que era lo mejor, de lo contrario iba a ser más difícil forzarse a sí misma una sonrisa para él. Era difícil ya. Y Dios ¡Que incomodo!
-Bien – le respondió. Soltó aire. Hubo otro silencio. Incluso Alan notó lo muy tenso que estaba el ambiente. Y ni siquiera había un motivo en si o al menos eso pensaba el.
-¿Y Jason? – irrumpió Ronald otra vez. Era obvio que no era su intención, pero con esa simple pregunta Cargó el ambiente, ahora por doble facción, de vibra pesada. Alan luchó para parecer normal < Cuando la verdad no lo estaba > con respecto a Ronald y su comentario lográndolo con éxito. Pero si se compraba con el estado de Jane y como estaban las cosas con ella, las perspectivas no eran tan buenas. Estaba que se reventaba como un globo siendo punzado por un cactus en el desierto ¿Jason? ¿En serio? ¿Jason? Hubiera sido más factible preguntar por el clima. -Pues... - Comenzó, lo sabía, iba a ser difícil forzar una sonrisa – le está yendo bien – Consiguió decir - Lo viste hace poco ¿No? -No lo he visto luego de lo de la fiesta. – La fiesta. Jane sonrió por no poner mala cara. Esa mal inventada fiesta. Si no hubiera ido allí, nada hubiera pasado. – Después de que se quedaran en la cabaña y me dijera al dia siguiente que fuera por ti... - Jane se mordió el labio. Iba de mal en peor. Había mencionado ese detalle. La cabaña. Su mirada se fue a Alan al instante, pero no notó ningún cambió en su actitud. Más bien parecía rígido. Solo una mirada. Un destello de brillo en sus ojos le dijo que tal vez, a él no le había agrado ni un poco el comentario. Y no se equivocaba. – Lo que me recuerda – prosiguió Ronald – Debiste esperarme allí, él me lo encargó mucho. Dijo "Por favor cuida de que este bien" y...
-Pero estoy bien ¿Verdad? - le interrumpió. Otra sonrisa forzada. La idea aquí era hablar de otra cosa, de algo más interesante que su vida personal ¿Verdad? Algo como trabajo. Entonces se dio cuenta. Era un hecho. Las cosas se iban a complicar si realmente Ronald era la persona que iba a producir su guión.

-Estoy seguro que no has venido aquí hablar de la vida personal de Jane, ¿Verdad Ronald? – Como un Ángel. Así mismo. Alan lo interrumpió con una sonrisa. A pesar de su tono bromista. Las palabras se las estaba tomando muy enserio. La idea de que él mencionara a Jason y Jane en una sola frase o peor aún que supiera algo que él desconocía totalmente lo estaba haciendo llegar a su límite. Y era muy raro que lo alcanzara. Volvió a sonreír y se descubrió siendo un perfecto actor. Jane sintió un alivio enorme al parar esa conversación allí, en ese punto, en donde ella estaba bien.
-Tienes razón – Ronald miró a la castaña – pero es la esposa de un gran amigo ¿Debo preguntar por él, no?

<Esposa> La palabra repicó en el aire.

Hasta ese entonces Alan notó lo incomodo que sería esperar por esos tres absurdos meses de contrato falso matrimonial.

-Entonces dime, Jane - Continuó hablando Ronald - ¿Qué haces aquí? No esperaba verte tan pronto otra vez. Y sí, me he sorprendido.

Alan aprovechó la oportunidad para salirse completamente del tema "Jason – esposa" y entrar al que le interesaba, cuando la escuchó hablar. No se lo esperaba.

-Trabajo para Alan - La voz de Jane lo dejó con las palabras en la boca – venía a reunirme con él y nos encontramos abajo. Mi sorpresa si es verte a ti aquí.

-¡Casualidad!– aludió Ronald – entonces hemos venido a lo mismo - Alan arrugó su frente extrañado por la repentina y extraña actitud de Jane. Sabía que algo, sin duda había pasado, en su buen experimentado mundo aprendió a identificar estás situaciones. Tendría que hablar con ella.
Estaba seguro en ese momento de que aunque hubiera querido saber que pasaba por la mente de la castaña, de un modo certero, era imposible.


***



-¿Qué pasó allá fuera, Jane? – La puerta de la oficina de Alan estaba bien cerrada y ella estaba de pie frente a él a un lado del escritorio. El aire acondicionado de la oficina le hacía erizar la piel pero eso era lo de menos, el objetivo principal de sus ojos era Alan y con razón. Seguro estaba confundido por todo lo que pasó afuera. Con la mirada le decía muchas cosas. Alan Había hecho esperar a Ronald unos minutos con la excusa de que "Era importante" lo ella tenía que decirle, y que no le tomaría más de 15 minutos. Lo que era mentira. Claro que era importante. Pero no se llevaría 15 minutos. Ronald No se mostró sofocado o irritado por esperar un poco más lo que hizo pensar a Alan que estaba bien - ¿Acaso no quieres ya escribir?
Jane dejó escapar un suspiró y lo miró.

-No, no es eso – Aludió. Sus brillaban. Estaba siendo muy sincera. – Eso no lo pienses ni un momento. Claro que quiero escribir. Es solo que... No quiero que Ronald sepa que seré yo quien escribirá el guion por el que está interesado. – Alan permaneció calmado

-¿Puedo saber por que? - ella Bajó el rostro.

La castaña lo pensó un momento.

-No quiero que Jason vea lo que estoy haciendo o si me va bien o mal, Si Ronald lo supiera, estoy segura de que le contaria. No quiero eso.

-Ya veo – Alan se cruzó de brazos y se paró a unos cuantos centímetros de ella. Jane no se lo esperó, pero se vio el rostro atrapado por las manos de Alan. Por esa mirada tan profunda y ese brillo, Jane supuso que lo que venía, era una pregunta que le costaría trabajo responder. Su intuición se lo decía. Solo esperaba estar equivocada. - ¿Hay cosas que pasaron entre Jason y tú que yo no sé, verdad? – Allí estaba. Una pregunta. Más que eso, Una verdad.
Temía decir que sí, y sabía que sería complicado decirle la verdad.
Lo quedaba era mentir y era pésima en eso, por lo que se quedó callada pensando. Tiempo. Necesitaba tiempo para hablar.

-¿Estás seguro que quieres saberlas? – Masculló. Su voz sonó más frágil de lo que hubiera querido. Sonó insegura. – Lo que haya pasado con Jason no debe importar ahora.

-Si a ti te importa, a mí también, porque significa que hay algo, un sentimiento, y eso me pone estúpidamente celoso Jane – Sus ojos se abrieron como quien se sorprende por algo y el corazón empezó a galoparle el doble de lo normal. Alan tenía su rostro a tan solo unos centímetros de Distancia y el flujo normal de su cerebro parecía haberse detenido. Quedado estampado en el tiempo, no podía pensar ¿Qué había dicho él? - ¿Sientes algo por Jason? – puntualizo y ella no supo que decir.

Amor por Accidente [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora