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JOAQUÍN.

Dos días después, la sala de psiquiatría decide que estoy bien para irme a casa.
El viaje de regreso es como un viaje de ida al infierno.
Cuando salgo del auto de papá, permanezco allí por largos segundos, mirando la mansión de los Osorio.
Una parte de mí anhela una mirada más. Ni siquiera tengo que hablar con él, todo lo que necesito es verlo.
Podemos mirarnos desde lejos como lo hemos hecho todos estos años.
Hasta que crucemos las líneas. O él lo hizo. Yo no sabía que éramos hermanos de sangre.
Si lo hubiera hecho, habría... ¿qué? ¿Qué hubiera hecho exactamente? Dios, esto me está jodiendo.

Papá me acompaña adentro con una mano alrededor de mi hombro. Soy como un zombie, siguiéndolo, pero no participando exactamente.

-¡Bienvenido a casa!

Un poco de confeti vuela en el aire mientras me concentro en las caras sonrientes que me esperan: Elsa, Ronan, Teal, Knox, Carter, Aiden e incluso Sebastián.
¿Qué demonios está haciendo Sebastián aquí?
Sin embargo, no me concentro en él, ya que un hombrecito me ataca en un abrazo. Me agacho y abrazo a Kirian con fuerza, mi corazón latía con fuerza en mi pecho.

-¡Joa, te extrañé mucho!

-Yo también te extrañé, mono. ¿Has sido un buen chico sin mí?

-Siempre. -Sonríe, luego le hace un gesto a Marian-. Ayudé a Mari con todo.

Le agradezco y ella asiente con la humedad acumulada en sus ojos. Agachándome, beso sus mejillas más fuerte de lo necesario.

-Ese es mi mono.

Elsa me abraza a continuación, con los ojos llenos de lágrimas. Ha estado conmigo todo el tiempo y no me culpó por no decirle. Dijo que entiende y eso es todo lo que necesito.
Papá me sonríe, señalando hacia arriba. Asiento, sabiendo que necesita refrescarse y cambiarse. Nunca se apartó de mi lado durante todas esas pruebas y reuniones con el médico. Ya acordamos un plan de terapia y dijo que estará allí conmigo en cada paso del camino. Aun así, incluso con el apoyo de papá, nada puede deshacerse del nudo que se ha alojado en mi garganta desde esa noche. Es asfixiante y lentamente me roba la vida.
Mamá no está cerca y no me sorprende. Papá dijo que le dijo que no saliera de su estudio, lo cual no lo haría.

-Mírate, todo rozagante y esa mierda. -Knox me agarra por el hombro en un abrazo lateral-. ¿Me concedes éste baile? -Ronan se desliza hacia mi otro lado, mirándolo.

-Oye, manos fuera, hijo de puta. Joaco es mi novio.

-Como si alguna vez tuvieras parejas -responde Knox de vuelta.

-La tendría. Es Joaco. -Teal se burla-.¿Tienes un problema, ma belle? -Ronan le sonríe.

Ella los empuja a ambos con una fuerza sorprendente, considerando su tamaño en comparación con el de ellos.

-Lo estás asfixiando. Déjalo en paz.

-Así es. -Elsa los mira a todos-. Dejen a Joaco en paz o no me quedaré de brazos cruzados. -Aprieto su mano y Aiden le sonríe, el orgullo brilla en sus ojos.

Todos continúan sobre lo que sucedió en la escuela y cómo ha sido aburrido como el infierno, pero nadie menciona a Emilio o si ya se fue. Quiero preguntar, pero siento que es tabú incluso hablar de él.
¿Se fue sin decir adiós?
El hospital fue tu despedida. ¿Qué más necesitas? ¿Un abrazo? ¿Un puto beso?
Cierro los ojos contra la avalancha de emociones, tratando de seguir el ritmo de la semi fiesta que todos me están haciendo.
Una parte de mí quiere escabullirse escaleras arriba y esconderse debajo de las sábanas, pero eso solo invitará a la niebla y no tengo la energía o la confianza para empujarla en este momento.

BROKEN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora