Sousuke ya había despertado hacía varios minutos, pero no se atrevía a moverse.
Despertó envuelto en un suave aroma frutal que llenaba sus sentidos. Cuando abrió los ojos se encontró con el rostro relajado y pacífico de Makoto.
Si dependiera de él, se quedaría así por horas. Velándolo mientras duerme y no se da cuenta que lo está velando. Contar sus pestañas, pasar sus dedos por sus labios entreabiertos y besarlos. Pero besarlos de verdad, hasta quedarse sin aliento.
Sacudió su cabeza, para evitar que sus pensamientos vayan más allá y quiso levantarse para ir al baño, que era lo que lo había despertado. En eso notó que la mano de Makoto se aferraba a su suéter por debajo de las mantas.
Sousuke sonrió y acarició la mano para soltarse lentamente. El castaño se removió un poco, como si fuera a despertar, pero continuó con su sueño.
Mientras se cepillaba los dientes intentó recordar cómo llegó a su cama. Solo eran recuerdos vagos, como entre sueños, de él caminando a tientas en el pasillo, sujetado por su castaño.
El reloj de su veladora le indicó que eran las ocho de la mañana, era tarde para él.
Por lo general —cando no sufría de insomnio—, cada día hábil, se levantaba a las cinco de la madrugada o a las seis a más tardar. Iba a trotar o al gimnasio, dependía de su humor y del clima; cuando volvía a casa desayunaba, limpiaba y ordenaba lo poco que ensuciaba y se iba a trabajar. Cada día. Se había acostumbrado a las rutinas, le ayudaban a tener cierto orden en su vida. Pero... estaban empezando a hartarlo.
Y con Makoto ahí en su cama, tenía el pretexto justo para romper su rutina. Se metió bajo las mantas, con cuidado de no despertarlo, y se quedó mirándolo por unos minutos. Sin poder contenerse, peinó el flequillo castaño con los dedos, acarició también su mejilla y su nariz. Realmente era una suerte que Makoto tuviera el sueño pesado.
Nuevamente su amigo hizo un movimiento breve, y Sousuke, por si acaso lo haya sentido, apretó su mejilla y le habló en voz baja.
—Iré a preparar el desayuno, tú sigue durmiendo.
Makoto abrió un ojo y le sonrió.
—Buen día —balbuceó.
—Descansa, sólo no quería que te asustes al verte solo.
Makoto pareció pensarlo, finalmente asintió acurrucándose bajo las mantas.
Sousuke, aunque hubiera preferido quedarse a su lado, se paró de la cama para hacer lo que dijo que haría.
***
Había preparado los pastelillos de chocolate la noche anterior, producto del insomnio. Los hizo exclusivamente para Makoto, por lo que los empacó en un bento para que se los lleve a casa.
"Ojalá no tuviera que irse", pensó.
Ese pensamiento lo asustó. Como lo había asustado esa sensación de abandono y soledad los días después del viaje.
Le asustaba la dependencia emocional.
Es que nunca había tenido problema con la soledad, es más, hallaba cierta paz en ella. Pero el día de año nuevo y el día siguiente a ese, el cual no trabajó; los pasó en estado vegetativo en su sofá. No quería estar en su casa, pero tampoco tenía ganas de salir. De nada en realidad. Se pasó gran parte del día mirando televisión, más atento a su celular por si Makoto llamaba o mandaba mensajes, pero no tuvo señales de él.
Los días siguientes volvió a su rutina, pero tampoco de muy buen humor. Y sin señales de Makoto, lo que empeoraba todo. Fue por eso que su amiga, prácticamente, le ordenó mover su "cita" a su casa.
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Por ti
FanfictionSousuke tenía planeado unos dias de ocio absoluto, pero una llamada de Rin lo cambió todo. El final de una ilución, el comienzo de otra. Un fic SouMako, con un poco de RinHaru :) Los personajes no me pertenecen. Espero sea de su agrado. Muchas grac...