15.1

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Makoto despertó con una sensación fría en su mejilla y  otra en sus labios. Sintió el olor a jabón y a pasta dental, antes de poder abrir un solo ojo a duras penas.

—Lo siento —la voz de Sousuke le llegaba como en un susurro, como entre sueños, y sentía su mano acariciando su cabello—, no quise despertarte, pero no pude resistirme —Makoto sonrió con pereza, parpadeando lento, intentando mantener sus ojos abiertos. Podía ver a un Sousuke borroso, vestido como había llegado ayer a su departamento—. Es temprano aún, vuelve a dormir. Te dejé una nota. Intentaré que nos veamos después de almuerzo. —Sousuke le dió otro beso, esta vez en la frente. Makoto cerró los ojos asintiendo. El sueño le instaba a obedecer—. Nos vemos más tarde, amor.

Makoto dejó de respirar a la par que el peso de Sousuke abandonaba el colchón. Permaneció quieto escuchando sus pasos alejarse y cerrar la puerta de su habitación. Entonces abrió los ojos de golpe intentando normalizar su respiración. Sonrió y se tapó con la manta hasta la coronilla. Y permaneció así hasta que escuchó cerrarse la puerta de entrada a su departamento.

"... amor"

Esa palabra se quedó haciendo eco en su cabeza y en su corazón, generando una emoción extraña, una alegría abrumadora.

Después de eso no pudo volver a dormir, pero estuvo un buen tiempo mirando al techo, procesando todo su sentir, sin intenciones de levantarse.

Cuando miró la hora en su celular, apenas pasaban de las seis treinta. ¿Por qué Sousuke se habría ido tan temprano? Recordó que le dijo algo de una nota cuando vio un cuaderno suyo en la mesita de noche.

"Mientras más pronto me vaya a casa, más pronto te veré. Mamá querrá regañarme y ver las cuentas del restaurante. Te estaré escribiendo.
Ya te extraño."

—Yo también.

Makoto sonrió con cierta tristeza. Arrancó la hoja del cuaderno y la dobló con delicadeza para guardarla en el cajón del velador.

Mientras desayunaba, la fruta picada que Sousuke había dejado en su nevera, y la taza de café con leche que se preparó, notaba el desorden en su cocina y en el departamento en general. Por primera vez le preocupó en serio aquello, quería que cuando Sousuke vuela a ver su departamento, lo vea realmente limpio.

Así que en eso ocupó su mañana y su mente, no quería pensar mucho en nada más, en especial en las palabras de Haru ni en su reacción al verlo besando a Sousuke.

Pero no podía evitarlo, aún tenía muy presente su mirada furiosa, cargada de decepción cuando logró alcanzarlo en el pasillo del primer piso.

"—¿Pasó durante el viaje? —le preguntó Haru, con un mar embravecido en su mirada.

—No. Pasó poco a poco. No quería que te enteraras así...

—¿Poco a poco? —interrumpió con escepticismo—  Makoto, no pasaron ni dos semanas del viaje.

—Lo sé, créeme que lo sé, pero... fue como pasó.

Makoto se acercó a Haru e intentó poner la mano en su hombro. Su amigo retrocedió el paso que Makoto se había acercado, esquivando así su toque, miró a cualquier parte en la pared. Tenía la respiración pesada y el ceño fruncido.

El castaño dejó caer su mano a un costado. Sintió una opresión en su pecho.

—¿Por qué él? —soltó luego de un breve silencio.

—Haru, él es muy buena persona, no es como piensas.

—No, no es como tú piensas. ¿Te contó acaso que le gusta follar con sus amigos, así sin más?

Por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora