3.2

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Makoto miró hacia el vagón que estaba por abordar y de nuevo a su amigo. Sabía los rumbos por donde iría esa conversación y no creía tener fuerzas para tocar ese tema nuevamente. Así que le sonrió lo mejor que pudo y haciéndose a un lado para no tapar el paso a las demás personas que querían subir, le dijo:

—Rin, no es necesario, Haru y yo...

—Sí, lo sé. Pero quiero que hablemos tú y yo.

—En serio Rin, todo está bien.

—Entre tú y Haru, ¿pero entre tú y yo? —Rin lo miró con la culpa pintada en sus pupilas. Makoto suspiró, volvería a tocar el tema, eso estaba claro.

—También. No tendría que ser de otra forma.

—Pero...

—Escucha Rin, me alegro por ustedes. De verdad. Es cosa del destino. Si el de Haru no era estar conmigo, me alegro que sea contigo. Ustedes tienen un tipo de conexión especial. —Volvió a sonreír, esta vez con un poco de tristeza que no pudo ocultar—. Por favor, no quiero que me vean como un impedimento. Haru no me lo dijo..., pero siento que de cierta forma es así.

—No queríamos que salgas lastimado, Makoto —confirmó su sospecha—. Pero tampoco podíamos dejar pasar más tiempo. Ya que estoy en Japón, y en Navidad...

—Noche buena recién será mañana, no es necesario que esperen, aprovechen el tiempo juntos desde ahora. Ya quedamos con Sousuke-kun de sentarnos juntos. —Sacó su boleto del bolsillo de su abrigo y se lo dio a Rin—. Hay que hacerlo oficial. Cambiemos, dame el tuyo —sonrió.

Rin lo miró por unos segundos sin decir nada, hasta que finalmente le devolvió la sonrisa.

—Eso pensaba pedirte. —Sacó su boleto, también del bolsillo de su abrigo, y se lo dio. Volvió a mirarlo a los ojos con la sonrisa diluyéndose poco a poco—. Gracias. ¿Hay algo que pueda hacer por ti?

—Entra tú primero —respondió casi sin pensarlo. Rin asintió, aunque parecía confundido.

Tal vez lo entendía, tal vez no. Y era muy probable que su motivo para esa petición pueda ser tachado de infantil. Pero para Makoto iba a ser incomodo, y difícil, pasar de largo de Haru. Después de muchos años de estrecha amistad, esa iba a ser la primera vez que viajarían en asientos separados. Y sabía que eso sólo sería el primer de todos los cambios que iba haber.

Después de que Rin subiera al tren, Makoto aguardo unos instantes y tomó dos bocanadas del aire frio de invierno intentando sentirse mejor.

Cuando entró al tren buscó a sus amigos con la mirada. Rin y Haru estaban juntos, hablando entre ellos. Sousuke estaba en el asiento de atrás, junto a la ventanilla. Se habían sacado sus abrigos, como todos en el vagón al entrar en un ambiente más cálido

Al pasar al lado de Haru, este levantó su mirada, y le dedicó un esbozo de sonrisa. Makoto también sonrió y siguió su camino hasta su asiento. Sousuke también levantó su mirada mientras bebía de su vaso de té, y la bolsa de papel, en la que estaba su emparedado, se encontraba arrugada en el compartimiento de la basura. Makoto volvió a sonreír, más para sí mismo.

Guardó su equipaje al lado del de su compañero de viaje, antes de sacarse su abrigo y guardarlo ahí mismo, sacó un par de golosinas que tenía en los bolsillos. También ofreció las botellas de agua que había comprado, el único que acepto fue Haru, el resto fue a parar al compartimiento de equipaje también.

No pasó mucho tiempo después de que se acomodara por fin en su asiento, cuando el tren comenzó su partida. Abrió entonces la barra de chocolate, e hizo el ademán de ofrecérsela a Sousuke, pero notó que había empezado a dormitar, realmente ha debido estar muy cansado.

Por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora