Capítulo 16

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"If You're Not The One"

Daniel Bedingfield

If you're not the one then why does my soul feel glad today?

If you're not the one then why does my hand fit yours this way?

If you are not mine then why does your heart return my call?

If you are not mine would I have the strength to stand at all?

I never know what the future brings

But I know you're here with me now

We'll make it through

And I hope you are the one I share my life with

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

CAPÍTULO 16

POV Armando

Si alguien me hubiera dicho hace un par de días que tendría a Beatriz Pinzón Solano sonriendo al verme entrar en una habitación, le hubiese dicho que dejara las drogas por su propio bien.

Pero ahora, después de los exámenes y siendo empujado en la silla de ruedas por un joven auxiliar muy amable, entro a la habitación de observación donde estoy desde ayer y ahí está ella sentadita, vistiendo uno de esos lindos trajes color lila que tan bien le quedan, y me regala una de esas sonrisa de mil watts, que iluminan por completo mi vida, mi alma, mi existencia.

De esas que hasta anoche estaba seguro que había perdido por completo la posibilidad de volver a verlas dirigidas hacia mí, esas que me daba antes, esas que calmaban las angustias y me hacían sentir que todo iba a estar bien.

-¡Ya volví! –exclamo devolviéndole la sonrisa mientras ella se pone de pie - ¿Me extrañó mi vida? –le pregunto apenas entramos.

-Claro que sí, señor Mendoza –contesta acercándose y puedo ver que tiene mi teléfono en la mano. Entonces recuerdo la llamada que recibí antes de irme.

Se queda al lado de la cama mientras entre el camillero y la enfermera me ayudan a subirme de nuevo. Por suerte esta clínica tiene ya un modelo nuevo de batas para los pacientes que no requiere andar por ahí mostrando el trasero, mientras que si deja abrirla en el pecho para casos como el mio que requiere monitorear mis heridas y acceder fácilmente a todos los electrodos y su cableado.

Me acomodan la posición y me reconectan a todos los monitores y cables.

-¡Ouch! –me quejo en voz muy baja, porque tengo aún canalizada la vena en mi mano izquierda, pero al moverme de regreso a la cama, se mueve un poco la almohada, cuando sin darme cuenta me apoyo en esa mano. Siento una fuerte punzada y la tomo con la otra mano.

Ella me mira con preocupación y lleva su mano a mi brazo con delicadeza.

-¿Se lastimó? ¿Le duele mucho? –me pregunta mientras la enfermera toma mi mano y revisa que todo esté bien.

Entonces Beatriz se aleja un poquito otra vez, a una distancia prudente de mi pero estando aún cerca de la cama.

-No es nada –afirmo para que no se preocupe –Fue apenas un mal movimiento, no debo hacer fuerza con esta mano.

La enfermera asiente y me dice que es lo mejor, que deje la mano quieta.

-Muchas gracias –le digo a la mujer, que ha sido muy amable y delicada durante mi traslado a los exámenes.

-El doctor vendrá en un rato a verlos –afirma la enfermera cuando verifica que ya está listo todo. Les damos las gracias a los dos por amabilidad y ambos se retiran.

DesesperaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora