"No es posible amar y partir. Tú desearías que así fuera. Tú puedes transmutar el amor, ignorarlo, confundirlo, pero nunca podrás arrancarlo de ti. Yo sé por experiencia que los poetas tienen razón: el amor es eterno."
― E.M. Forster, Una habitación con vistas.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
CAPÍTULO 18
POV Beatriz
Mientras espero a que la enfermera me entregue las formulas médicas que el doctor acaba de indicar, no puedo evitar pensar en lo que acaba de suceder con él en esa habitación.
Quería mantenerme firme, fuerte frente a todo lo que sabía que representaría para los dos el tener que ayudarle a limpiarse un poco y vestirse, el verlo con poca ropa, estando por necesidad tan cerca de él.
En serio pensé que lo lograría, pensé que si me concentraba en completar el trabajo rápido y si podía mantenerlo a él enfocado en un plano que fuera amistoso, yo lograría salir ilesa de ese momento.
Pero no pude.
Y no es que él no ayudara o que su comportamiento me insinuara algo más, por el contrario me asombra su autocontrol, su amabilidad e incluso, su timidez frente a toda la situación.
Era como si temiera exponerse frente a mí, como si pensara constantemente que yo llegaría a molestarme si él no lograba mantener las cosas en un plano estrictamente amistoso.
Fue por eso que decidí en un instante que era necesario que él supiera que no pretendía yo anular por completo lo que los dos tuvimos, que para mí no tiene ningún sentido que ignoremos a la fuerza lo que de alguna manera nos conecta, en formas que son más que profesionales, más allá de los límites de una simple amistad.
"Doctor Mendoza, no creo que haya algo que ver que yo no haya visto antes."
El pobre hombre al escucharme, parecía que había visto un fantasma.
A estas alturas ya no voy a mentirme, nunca he dejado de amar a Armando Mendoza, es solo que ahora entiendo que las situaciones que vivimos nunca permitieron que nos conociéramos más allá de la extraña relación de jefe-asistente que tuvimos.
Y claro, adentro de esa habitación yo traté de mantener un poco de compostura, quise conservar mi objetivo de llevar las cosas con calma y a mi ritmo, quise, traté de no ceder.
Me había prometido que esta vez yo llevaría las cosas con calma.
Pero entonces mis sentidos se llenaron de él, de su voz y su aroma, de sus palabras amables, pero sobre todo de su piel, del contacto con sus manos y de la sensación suave al tocarlo sin segundas intenciones.
Y con las emociones corriendo a mil, vi en su piel una vívida confirmación de la realidad que me hizo frenar en seco. Anoche casi lo matan a pocos pasos de mi casa.
¿Qué hubiera hecho yo si esta mañana me hubiesen avisado que ya nunca más tendría oportunidad de verlo recorrer los pasillos de Ecomoda para fastidiarme con sus insinuaciones?
¿Qué habría hecho yo al conocer con el amanecer de hoy la noticia de un pobre hombre muerto a pocos metros de donde yo dormía sin tener idea?
¿Y si peor aún, hubiese tenido que verlo morir en mis brazos sin alcanzar a brindarle ninguna ayuda?
Si, para él pueden no tener el mismo impacto, raras veces uno detalla en sí mismo a menos que tenga un espejo pero... ¿Acaso él no entiende que esas horrible marcas moradas y rojas en todo su cuerpo me reviven el horror que sentía anoche cuando vi que no podía respirar y se ahogaba frente a mí?
ESTÁS LEYENDO
Desesperación
FanfictionArmando no permitirá que Betty se vaya para Cartagena con el francés. Hará lo que sea por reconquistarla. O al menos eso es lo que sigue diciéndose a si mismo. Una historia escrita en honor a Yo Soy Betty, La Fea, la única y original, escrita por F...