"Es una absoluta certeza humana que nadie puede conocer su propia belleza o percibir un sentido de su propio valor hasta que le ha sido reflejado de vuelta en el espejo de otro amoroso y cariñoso ser humano."
― John Joseph Powell, The Secret of Staying in Love
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CAPÍTULO 22
POV Armando
Timbran a la puerta.
Doña Carmen no está, se fue hace un rato. Catalina se despertó y vino a avisarme que se metería a la ducha.
Entonces sé que tengo que ir yo, al menos eso lo puedo hacer con un solo brazo.
Observo por la mirilla y veo a Betty ahí de pie, mirando un poco de lado, pero la reconocería en cualquier lugar.
Abro la puerta sonriéndole, ella levanta la cabeza y me mira de frente.
-Hola Betty –le digo, pero ella está como ida, con la mirada pérdida.
-Hola doctor – responde en un murmullo mientras entra en el apartamento rápidamente.
Yo me hago a un lado y cierro la puerta cuando ella entra. Pero no parece Beatriz sino más bien un alma en pena.
Deja el morral que trae en un hombro, lo ubica en el piso a un lado de la puerta y se queda mirándolo por un par de segundos.
-¿Qué pasa Betty? ¿Qué le pasó? –pregunto en un susurro apoyando mi mano en su espalda suavemente.
Entonces ella se gira despacio y me mira, tienes los ojos completamente aguados.
-Discutí con mi papá, no aguanté más, no voy a regresar a mi casa –me dice con la voz temblorosa.
-Venga acá –la atraigo hacia mí con cuidado, con mi mano en su cintura la abrazo lo mejor que puedo con mi lado derecho y ella se abraza a mí, rodeando mi cintura con su brazos. Esconde su cabeza en mi cuello y se suelta a llorar –Tranquila mi vida, todo va a estar bien –le susurro al oído mientras acaricio su espalda muy despacio, no solo por no incomodarla sino para no lastimarme tampoco yo.
-¡No es justo, no es justo que nos haga esto doctor! Yo he tratado de ser una muy buena hija, estudié con tanto esfuerzo para ser una profesional como él lo quería, ¿Por qué insiste en tratarme como una niña? ¿Por qué habla como si yo fuera de su propiedad? –exclama muy molesta mientras llora desconsolada.
Apoyo suavemente mi barbilla en su cabello y luego bajando un poco beso su frente mientras ella trata de calmarse sin lograrlo, sigo acariciándola rítmicamente, dejándole saber que estoy aquí con ella, para ella.
Necesita expresar lo que siente, sé que necesita escuchar en voz alta todas sus dudas, decirle a alguien lo que la molesta y la entristece. Esas preguntas que aparentemente no tienen respuesta, para ella son todo en este momento.
-Ay mi amor, tiene razón en eso, usted ya no es una niña sino una preciosa mujer, fuerte e inteligente como ninguna. Es la mejor hija, fue muy juiciosa y dedicada con sus estudios, es la mejor para su trabajo –hago una pausa para pensar un poco en lo que le estoy diciendo, en lo que debería decirle -No se sienta mal por lo que hizo Betty, por haberle reclamado a su papá, usted está en su derecho. Yo estoy aquí para apoyarla, sabe que puede contar conmigo –con cuidado mi mano sube hasta su cuello, recorro su espalda masajeando muy suavemente para tratar de calmarla un poco.
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Desesperación
FanfictionArmando no permitirá que Betty se vaya para Cartagena con el francés. Hará lo que sea por reconquistarla. O al menos eso es lo que sigue diciéndose a si mismo. Una historia escrita en honor a Yo Soy Betty, La Fea, la única y original, escrita por F...