"Aprendí que no se puede dar marcha atrás, que la esencia de la vida es ir hacia adelante. En realidad, la vida es una calle de sentido único".
― Agatha Christie
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CAPÍTULO 25
POV Armando
La veo salir por la puerta y me quedo pensando en lo afortunado que he sido desde ayer.
Pensé que la perdía definitivamente, sumido en una gran angustia temí que ella se iría con ese tipo a Cartagena, y que por fin lograría lo que tanto me había pedido, que la dejara en paz.
Pero entonces, en cuestión de horas todo cambió. No sé ni que hice yo para merecérmelo ni porque el universo se compadeció de mí, pero tuve otra oportunidad, casi me muero en el camino pero eso poco me importa ahora que ella está cada vez más cerca de mí.
Escucho sonar mi teléfono desde la mesita de noche, me avisa que tengo que conectarlo y que se va a descargar por completo, así que me pongo de pie, voy a buscar en la maleta pequeña que me trajeron con algunas cosas, sé que el cargador estaba ahí.
Lo encuentro, regreso a la mesita a conectarlo y veo la pantalla para comprobar el indicador de carga.
Entonces me doy cuenta y me llevo la mano a la cara como queriendo verificar algo que ya sabía.
Perdí mis gafas ayer, no tengo idea de dónde quedaron mis costosos lentes.
Me siento en el borde de la cama, me paso la mano por la cara de nuevo y se me olvida que tengo varios cortes. El dolor me frena, pero me recuerda no solo que perdí las gafas, sino parte de mi orgullo.
Veo algunas cosas borrosas y lo acabo de notar con el pequeño símbolo de la batería en mi teléfono.
Y no es que tenga una formula muy alta, es decir, puedo ver suficientemente bien sin mis gafas, apenas unos puntos de astigmatismo y miopía que me causan algo de visión borrosa y cansancio al leer, ver la pantalla del computador y concentrarme en los números.
Podría incluso conseguirme unos lentes de contacto, pero en mi estúpido materialismo pensaba que usar lentes me daba un toque intelectual, perfecto para un alto ejecutivo de una empresa reconocida y luego, un presidente elegante e inteligente.
Que idiota que fui, pensando en banalidades como esas.
No recuerdo si las perdí en la pelea, o si las dejé en el carro. Trato de hacer memoria, recordar si en algún momento decidí quitarme las gafas o si fue que se cayeron por los golpes.
Todo el momento de la pelea con la pandilla Román está bastante borroso en mi mente, supongo que tanto alcohol en mi sangre debe tener ese efecto.
Recuerdo que las tenía al llegar al Almirante Padilla, porque recuerdo bien que me las acomodé al entrar, después de haber visto y tocado el carro de Betty, como confirmación de que estaba ahí, que por fin la había encontrado. Como un etéreo juramento de que no la perdería, que haría lo que fuera necesario para conservarla a mi lado.
Y no me había dado cuenta hasta ahora, no lo había notado sino hasta que necesité concentrarme en algún pequeño detalle.
Suspiro profundamente, tengo otro par de gafas en mi apartamento por si acaso.
Aunque nunca pensé en que serían necesarias después de que me fuera a los golpes con unos vagos, sino que siempre creí que las perdería en alguna noche de juerga, que las olvidaría en la cama de alguna modelo o actriz.
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Desesperación
FanficArmando no permitirá que Betty se vaya para Cartagena con el francés. Hará lo que sea por reconquistarla. O al menos eso es lo que sigue diciéndose a si mismo. Una historia escrita en honor a Yo Soy Betty, La Fea, la única y original, escrita por F...