"¿Y si estuviese equivocado? ¿Si fuese uno de aquellos necios que toman las sugerencias por inspiraciones, los deseos por hechos? [...] Sé que soy un imbécil, advierto que soy un idiota, y esto me diferencia de los idiotas absolutos y satisfechos".
Antonio Fernández Vicente
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CAPÍTULO 2
POV Armando
Apago el motor del auto después de estacionarme en la esquina opuesta a la casa de Beatriz.
Las calles de este barrio y a esta hora ya están desiertas, las luces en las ventanas son casi inexistentes, a excepción de la única luz que a mí me interesa.
Se bien que esa ventana en el segundo piso es la de la habitación de Betty, uno de esos días en que tampoco se suponía que yo estuviera acá pude ver como ella arreglaba la cortina justo antes de apagar las luces.
Y ahora sigue encendida. Ella está ahí, eso es lo que yo más espero.
Porque eso lo único que significaría es que vino directo a su casa, apenas salió de aquel lugar y después de despedirse del francés, regresó a su casa y seguramente en este momento está totalmente furiosa conmigo.
Jamás pensé que podría lograr que mi Betty me odiara aún más que lo que ya me odiaba al volver a Ecomoda de Cartagena.
- Beatriz Pinzón Solano, mire como me tiene, a mí, Armando Mendoza el galán de galanes, el tipo más patético de Bogotá – susurro para mí mismo mientras voy apretando cada vez más fuerte el volante de mi auto, al punto que los dedos se me empiezan a poner más claros en el sitio donde la presión evitar la circulación de la sangre.
-Maldita la hora en que se me ocurrió que debía leer ese cuaderno, ¿Por qué no puedo hacer nada bien? ¿Qué mierda le pasa a mi vida que cada maldito respiro mío consigue al final causarle daño a usted? – continuo en voz baja mientras mantengo la mirada fija en aquella ventana ligeramente iluminada.
Suspiro profundo y de nuevo no sé qué rayos voy a hacer.
No debí haber venido, ella me detesta y yo aquí sentado como un maldito acosador no hago más que darle la razón, me debería ir lejos de su vida porque no le ofrezco nada bueno.
- Sé que tal vez tienes razón mi vida, que no tengo perdón de Dios por lo que te he hecho, por no hay nada que pueda hacer para acallar a mi pobre corazón cuando pienso que te vas a ir, que tal vez jamás vuelva a verte. No lo soporto ya.
Cierro los ojos y las lágrimas vuelven a escurrir por mis mejillas sin control.
Un fuerte golpe en mi auto me hace levantar el cabeza, sobresaltado.
- ¡Miren quien está por acá otra vez! –exclama una voz muy conocida mientras al menos cuatro sombras se asomaban por ambos lados de mi auto.
Román y los vagos del barrio, los mismos con los que yo ya me había peleado una vez a un par de cuadras de acá.
¿Maldita sea por qué justo ahora?
- ¿Este no es el novio de la fea? ¡Si, miren, es el novio de Betty! – agrega el otro tipo, de la voz más burlona mientras golpea el vidrio cerrado de mi ventana.
-¡Pero es que ella ya no es tan fea! Ahora le deben llover los pretendientes, hace rato la vi salir con otro tipo – le responde Román riéndose a carcajadas y dándole una palmada en el techo al carro.
-¡Es cierto! Yo estaba aquí con él y así fue, la vimos salir muy sonriente con ese tipo rubio y alto, ahora que está bonita como que se disfruta con varios la Betty, miren como tiene a este pobre aquí esperándola en el carro – agrega un tercero mientras todos se ríen a carcajadas.
Sé que puedo simplemente arrancar y largarme, pero estoy empezando a ver rojo.
-¡Lárguense si no quieren problemas! –atino apenas a gritarles, mientras me suelto el cinturón de seguridad.
-¿Y es que acaso este tonto cree que viene a mandar a nuestro barrio? –afirma el cuarto tipo.
-¡Tras que le está poniendo la fea los cuernos con el rubio elegante, viene este bobo y se pone de exigente a echarnos! ¿Qué acaso viene a esperar su turno para poder hacerle usted también el favorcito a Betty? –Me grita ese mal nacido del Román, golpeando varias veces la ventana.
-¡Viene a gozarse también a la fea! ¡La Betty está muy solicitada hoy!–ríen los demás haciéndole eco.
Hijos de su maldita madre. No debería hacerlo pero no puedo controlarme, justo hoy y justo ahora, mis emociones son un desastre a flor de piel.
Abro la puerta con fuerza y me bajo empujando a los que estaban de este lado del carro.
-¡Usted a Beatriz la respeta desgraciado!
-Usted tiene una cuenta pendiente conmigo niño bonito, hoy no lo va a salvar Don Hermes.
Y sin notar el momento exacto, Román me lanza un golpe directo a la mandíbula, me toma por sorpresa dejando mi cráneo retumbando como una maldita campana.
-¿No que muy machito? ¡Venga que le voy a cobrar los golpes de la otra vez! –grita el maldito.
Lanzo un puño y le doy en a Román en el pecho pero en realidad no ha sido con fuerza porque me ha esquivado. Tengo demasiado alcohol en mi cuerpo y estoy cansado, ahora puedo notarlo, me muevo demasiado lento.
Trato entonces de lanzarle una patada para que no se me acerque pero es inútil, porque en el mismo instante sus amigos me agarran por atrás, sujetan mis brazos y siento una patada en la rodilla derecha y golpes en las costillas mientras forcejeo tratando de soltarme.
-Vamos a ver si Betty lo sigue mirando igual de lindo cuando terminemos con usted –alcanzo a escucharle al otro tipo, justo antes de que me de otro puñetazo en la cara, con lo que casi me hace perder la conciencia y quedó a poco de caerme al piso.
Se ríen y se burlan de mi mientras siguen golpeándome, forcejeo y lanzo patadas, pero por más que lo intento no puedo soltarme.
Ya no sé si tiene sentido esto, igual me merezco los golpes por venir hasta acá a pesar que ella me dijo que la dejara en paz.
Quizás yo solo debería renunciar y dejar de pelear con este destino de mierda que me he forjado.
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¡Hola a todos los que me leen!
Tengo una actualización para esta historia que se extendió y entonces decidí separarla en dos partes. Aquí dejo el capítulo dos y espero entre mañana y pasado subir el tres.
Agradezco mucho sus comentarios y también a quienes han votado mi historia, saber que les gusta lo que escribo y que mis ideas son entretenidas es de verdad un gran aliciente para continuar haciéndolo.
Este fandom es increíble, lleno de gente fantástica y muy talentosa, que me alegro de estar conociendo a pesar de tantas diferencias y distancias.
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Desesperación
FanfictionArmando no permitirá que Betty se vaya para Cartagena con el francés. Hará lo que sea por reconquistarla. O al menos eso es lo que sigue diciéndose a si mismo. Una historia escrita en honor a Yo Soy Betty, La Fea, la única y original, escrita por F...