[Antes de que me asesineis, lo siento mucho. Este es el primer capítulo extra que he escrito. He estado leyendo vuestros comentarios, y he leído un par de buenas ideas, así que puede que haga más. De todas formas, no prometo nada. Mis querides lectores de this is mafia, teneis permiso para lincharme en los comentarios, asumo mi responsabilidad como escritora con un muy mal manejo del tiempo y aceptaré que os metais conmigo por no actualizar. En cuanto a la historia, como compredereis, no voy a escribir porno de menores, asi que esa parte la he pasado un poco por alto. Sin más dilación, os dejo leer el cap que es larguito.]
Seungbae, desde su más tierna adolescencia, había sido muy serio. Era inteligente. No se le podía llamar un genio, pero se esforzaba en los estudios. Su seriedad en los estudios era compensada con una simpatía inigualable en clase. Era el subdelegado, y cumplía con sus responsabilidades con diligencia y una sonrisa en la cara. Y, ahora, con esa misma diligencia, un Seungbae de dieciseis años caminaba hacia clase, mochila en la espalda. Llevaba auriculares, pero solo uno de ellos estaba puesto.
–¡Bae! – oyó que le llamaban en la distacia. Volvió la cabeza, y vio a So-jung caminando hacia él, saludándole con la mano. Él agitó en el aire su mano también, sonriendo. Se paró, y So-jung aceleró el paso para ponerse a su lado. Una vez estaban juntos, retomaron el camino.
–¿Qué tal? –preguntó Seungbae, peinando su corto pelo hacia atrás con su mano. So-jung suspiró, mirando de arriba a abajo la ropa de Seungbae, y no contestó.
–El uniforma de tu instituto es mucho más sexy... Nosotros vamos que parecemos monjas –se quejó. Seungbae rió alegremente, cerrando los ojos. El pendiente de la oreja derecha de So-jung tintineó mientras este negaba con la cabeza, decepcionado.
–Hace mucho que no quedamos a solas tú y yo... –continuó quejándose.
–Vamos juntos al insti todos los dias –replicó Bae, con voz tranquila.
–Pero son solo diez minutos, hasta que tengo que coger el desvío... ¿No podemos quedar este finde?
–El sábado estoy liado, pero el viernes podemos quedar a comer.
–¡Genial! ¿Puede ser en tu casa? Para hacer... Ya sabes, eso –dijo So-jung, con tono meloso. Seungbae rió y asintió. Al llegar al desvio, se despidieron con un beso rápido y continuaron su camino. Más compañeros de Seungbae empezaron a aparecer.
–¿No sería genial tener un chico gay en esta pandilla? ¡Es justo lo que nos falta! –dijo Yeehyun. Byeol asintió, de acuerdo con la afirmación de su amiga.
–Pero en nuestra clase seguro que no hay ninguno... –comentó tristemente Byeol. Justo delante de ellas, el subdelegado de clase hablaba con un alumno de otro instituto.
–A lo mejor si, pero estarán en el armario –replicó Yeehyun. Suspirando, miró distridamente al subdelegado. ¿Cómo se llamaba...? ¿Sunbae? ¿Soenbae? Espera, ¿le estaba dando la mano al alumno desconocido? Ambos llevaban pantalones, eran chicos... Al llegar al final de la manzana, Yeehyun observó eufórica como los labios de ambos chicos se juntaban durante unos segundos, para que luego sus caminos se separaran. Ahí estaba.
–¿Cómo se llama el subdelegado de clase, ese que camina delante de nosotras? –preguntó, girándose a Byeol, que era la sub-subdelegada.
–Seungbae. Kim Seungbae –contestó esta sin dudar –. ¿Por qué preguntas?
–Acaba de besarse con otro chico. Ese es nuestro mejor amigo gay.
–Pero no es nada femenino... –se quejó Byeol.
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Sugar master [Min Yoongi BDSM]
FanfictionMin Yoongi no resaltaba mucho. La gente que no era cercana a él solo sabía que era un chico pálido y callado, un poco cascarrabias y apenas entrando en los veinticuatro. Sus amigos sabían, además, que le gustaban los gatos, que era pansexual y que t...