VII

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–Muchas gracias.

–¿Por qué?

–Por salir de tu reunión y venir a por mí.

–Lo que haga falta.

–Y por estar aquí.

–Aquí es mi sitio favorito –dijo Seungbae, pegándose más a Yoongi. Era indiscutible que él siempre era la cuchara grande. El pequeño y pálido cuerpo de Yoongi parecía diseñado exclusivamente para estar entre los brazos de Seungbae, que siempre hundía la cabeza en su cuello y le susurraba sus respuestas al oído. Ellos solo tenían tres estados cuando estaban juntos: mimitos y comida, ir a algún lugar, sexo. Iban alternando en base a sus necesidades. Seungbae le besó el cuello, metiendo una mano bajo su camiseta. Yoongi suspiró, dejándose hacer. Otra mano se metió por sus pantalones, causando unos pocos gemidos.

–A-amo... No estoy listo para ah... –Seungbae le cortó.

–Solo un toqueteo rápido. ¿No quieres divertirte un rato? ¿Mh? –Siguió acariciándole por dentro de sus pantalones, despertando jadeos.

–Amo... creo que quiero... Pero no estoy... Ah... –La mano de Seungbae se aceleró.

–¿Me quieres dentro de ti? ¿Quieres mi polla hasta el fondo? ¿Eso quieres, Yoongi? Te estoy dejando llevar pantalones de manera excepcional. ¿Quieres que me meta? –Los gemidos de Yoongi se intensificaron mientras Seungbae pellizcaba su pezón. Se encogió sobre si mismo. No podía contestar. Seungbae le pegó a su erección, aumentando la excitación de Yoongi. Y, justo cuando notaba el orgasmo a la vuelta de la esquina, el telefonillo sonó. Seungbae paró al instante. Se separó, dejándole a medias. Yoongi se quedó unos segundos temblando, encogido sobre la cama. Oyó la voz de Seungbae en la distancia.

–No hacía falta que vinieras. Podríamos haberlo hablado en un café. Voy a ver que tal va Yoongi. No, no le pasa nada, estaba cansadito y se ha echado una siesta. –Las pisadas de Seungbae se acercaron a él. Le susurró–: Jackson y su chica la cotilla han venido. Quédate un ratito durmiendo, si quieres. Luego te doy un revolcón, cuando se vayan –. Le besó sobre los labios, lentamente, y salió del cuarto. Yoongi notenía permiso para masturbarse a no ser que Seungbae dijera locontrario. Se quedó unos segundos mirando al techo. Después, selevantó, rascándose la cabeza, y se dirigió al salón.

–Hola, Bello Durmiente. Te he preparado un café, ¿quieres? –Seungbae le tendió una taza. Estaba sentado en el sofá, con Hyesook y Jackson enfrente, todos equipados con tazas de café. Yoongi miró la suya–. Es un cortado con mucha azúcar, como te gusta –añadió Seungbae, sonriendo. Yoongi lo cogió y le dio un sorbo. Estaba caliente.

–Muchas gracias, Amo.–Seungbae inclinó la cabeza, confundido.

–¿Amo? –Al instante, Yoongi entendió.

–Amor. He dicho amor–se corrigió rápidamente. Seungbae sonrió de nuevo.

–Jackson y yo vamos a hablar de negocios. No quiero aburrirte. ¿Por qué no vas a enseñarle la casa a Hyesook? –Yoongi asintió, y, junto con Hyesook, dieron una pequeña vuelta. La casa, de un solo piso, era grande. Tenía tres baños, una cocina, tres habitaciones, un salón, un comedor, una sala de reuniones y la Habitación, sin contar con el jardín ni el garaje. Tardaron un rato en recorrerlo todo.

–Y esto es un baño–acabó Yoongi, apagando la luz. Hyesook miró a la puerta de la Habitación, que estaba justo al lado.

–¿Qué es eso?–preguntó.

–Oh, nada. Para guardar trastos –dijo, fingiendo despreocupación. Hyesook achinó losojos.

–¿Por qué no me la enseñas?

–Probablemente esté sucísima. No creo que quieras verla. –La mente de Yoongi se movía a toda velocidad, aunque su actitud no lo demostrara. ¿Había dejado algo la última sesión? Solían guardarlo todo en las cajas, que estaban tapadas. ¿Había semen por el suelo? Lo limpiaban siempre.

–Quiero verlo –insistió Hyesook. Yoongi se encogió de hombros.

–Vale. –Abrió la puerta, mostrando una habitación con dos sofás y tres cajas de madera cerradas. No muy convencida, Hyesook asintió. Volvieron con los chicos, y el primer movimiento de Yoongi fue sentarse en regazo de Seungbae, mirándole y abrazándole. Seungbae sonrió y le acarició el pelo.

–¿Quieres quedarte aquí? Estamos hablando de cosas tremendamente aburridas...

–Me da igual –leinterrumpió Yoongi. Seungbae miró a Jackson.

–¿Te importa que se quede? Es que es muy pasteloso, y siempre le doy mimos...

–Claro. Si no va a aburrirse, puede quedarse –contestó este –. Como te contaba, la vulnerabilidad desaparece si tenemos este apoyo, que nos ayudaría legal y económicamente.

–No me hables como sifuera un niñato que no sabe como funciona esto. La vulnerabilidad no desaparece, solo disminuye, y ese apoyo que tanto te gusta podría generar una bajada de nuestras acciones. No me gustaría arriesgarme.–El tono frío y profesional de Seungbae le encantaba a Yoongi. Sabía que era muy mal momento para que una erección aflorara, pero no pudo contenerse. Seungbae le abrazó, pagándole más a él –. Mi empresa es muy grande. Tengo muchos trabajadores y asociados que mantener. Una bajada de las acciones es algo a lo que prefiero no arriesgarme

La conversación continuó unos minutos más. Yoongi se estaba quedando dormido en el regazo de Seungbae, arrullado por su voz.

–No es eso lo que digo. Me gustan tus ideas, pero la mayoría son muy arriesgadas. Tienes que pulir eso. De todas maneras, el martes haremos una prueba para ver que tal te mueves entre los demás socios. Si me gusta, tal vez te ganes el puesto –dijo Seungbae, dando por concluida la reunión casual. Yoongi se levantó, dejando que él y Jackson se estrecharan las manos. Hyesook se despidió sacudiendo tímidamente su manita. Al verles salir por la puerta, Yoongi suspiró y rodeó la cintura de Seungbae con sus brazos.

–Por fin se van...–Hundió la cabeza en su pecho, sintiendo como subía y bajaba consu respiración.

–¿Verdad? –Seungbae le abrazó de vuelta –. Estaba ansioso por deshacerme de tu erección –. Sus manos bajaron al trasero de Yoongi, que tragó saliva. Seungbae le cargó en volandas, llevándole a su habitación, y le tiró sobre la cama –. Desnúdate. –Obediente, Yoongi se quitó toda su ropa mientras miraba a Seungbae a los ojos. Sabía que le encantaba que hiciera eso. Seungbae rara vez se desnudaba completamente para acostarse con él. A menos que Yoongi se lo pidiera, solamente se desabrochaba los pantalones. Al acabar dedesnudarse, la mirada de Seungbae le traspasaba el alma. Lentamente, se acercó a él, separándole las piernas.

–Ah, ¿qué tal han estado estas ricuritas? – Esparció con cariño unos cuantos besos y mordiscos por sus muslos internos. Yoongi gimió levemente. Seungbae estaba subiendo poco a poco, dejando un rastro de besos por todos lados. Supongo que no hace falta ni decirlo, pero evidente hicieron el amor apasionadamente unas cuantas veces.





Este cap es un poco más corto, pero esq tengo algo muy muy bueno para los siguientes (Bueno, muy muy bueno tampoco, pero algo q creo q puede ser interesante)

<수싀>

Sugar master  [Min Yoongi BDSM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora