Efectivamente, había tenido una sesión. Había sido intensa, pero un poco más corta que las otras. Sabía que todo el mundo se había ido, pero Seungbae no le había permitido parar. Estaba botando perezosamente sobre un dildo, pegado al suelo con una ventosa. Su Amo estaba hablando con un hombre, el cual no había presentado. Parecían ser bastante amigos. Yoongi oyó un poco por encima la conversación, agotado como estaba.
–¿Puedo humillarle? –había preguntado el hombre.
–No tienes pensado tratarle como una chica, ¿verdad? Odia que hagan eso. –La voz de Seungbae le tranquilizó. Pero volvió a ser autoritaria –. ¡No te veo montando ese dildo, Suga! –Yoongi volvió a botar sobre el consolador, intentando seguir escuchando la conversación
–No, hombre, no. Ya me conoces. Pero, ¿a él le va?
–Cuando yo lo he probado, sí. Pero no soy demaisado duro, y a veces él dice es un poco ambiguo y dice que si cuando quiere decir que no, o viceversa... Tienes que saber diferenciar.
–Yo eso no sé hacerlo. No he jugado tanto con él.
–Tú no. Pero yo sí. Voy a estar mirándote súper atentamente. Necesito asegurarme de que no le hacer daño ni nada por el estilo. Y empieza suave, que te conozco. – El otro hombre rió, y Yoongi oyó dos pares de pasos acercándose a él. Siguió botando, sin saber exactamente que iba a pasar.
–Mírate. ¿No te da vergüenza? –El otro hombre le cogió del pelo, levantando su cabeza. Le acercó a algo, y Yoongi automáticamente abrió la boca, pero el hombre volvió a alejarle –. Pareces un niño pequeño que quiere un chupete. Te encanta todo esto, ¿verdad? –Finalmente, le metió su pene en la boca. Yoongi gimió mientras el hombre le acercaba a su pelvis, metiendo su polla hasta el fondo de su garganta. Notaba cómo le empezaba a doler la mandíbula. El hombre rió –. Te has vuelto un maestro. La práctica hace la perfección, y tú has practicado mucho. –chasqueó la lengua –. Menudo espectáculo lamentable estás dando. –Le sacó de nuevo el pene de la boca, y se acuclilló a su lado, sin dejar de agarrarle del pelo –. No has respondido a mi pregunta. Te gusta esto, ¿cierto? Sabes que yo he pagado por darte por culo, ¿no? ¿Eso te pone? –le levantó, sacando el dildo de su culo. Yoongi gimió. Le dolían los pezones mientras el hombre los toqueteaba, sin retirar las pinzas.
–Venga, puedes hablar. Gimes muy bien, ¿por que no usas esa voz tan bonita para contestarme? ¿Te pone vender tu cuerpo? Ni siquiera a uno, ¡a varios a la vez! ¿Mh? ¿Eso te pone? –Rió de nuevo, dejándole caer al suelo. Yoongi se dio la vuelta, apuntando con su culo a ese hombre y con su pecho al suelo. Separó las piernas, cerró los ojos, y esperó a que algo se metiera dentro de él, pero su gesto solo provocó mas risas en el hombre. Yoongi se removió, incómodo.
–¿Tan rápido quieres que te folle? Vas a tener que ganártelo, ¿vale? –Yoongi asintió. Una mano se estrelló contra su nalga–. No te he oído.
–Vale –murmuró suavemente Yoongi. El hombre le pegó otro azote.
–¿"Vale"? ¿Qué clase de respuesta es "vale"?
–Jota –le interrumpió la voz autoritaria de Seungbae.
–Venga, estaba jugando...
–No te pases, Jota. –De alguna manera, la voz de Seungbae tranquilizó a Yoongi. Él estaba ahí para cuidarlo. No tenía que tener miedo. Lo hacía todo por él. Para que pudiera disfrutar plenamente de su sexualidad. Notó como algo se introducía dentro de él, y gimió.
–Mira que bien gimes... Sería una pena que alguien te lo prohibiera, ¿verdad, Seungbae?
–Una auténtica pena. –Por el tono de voz de Seungbae, le estaba dando permiso. La pelota, parte de la mordaza que reposaba sobre la clavícula de Yoongi ahora volvía a estar en su boca. Lo que tenía dentro empezó a moverse, de atrás a delante y de delante a atrás, embistiéndolo. Intentó gemir, abrumado por el repentino placer. Otra cosa se introdujo en su culo, y se le escapó un gemido de dolor. Ambos objetos eran grandes, y bastante duros. Sentía que se iba a desgarrar por dentro. El hombre rió.
–Pero mira esto... Tan dilatado que le caben dos dildos a la vez. ¿Tú le follas lo suficiente cómo para que este así, Bae? –le preguntó a Seungbae.
–Le doy unos buenos revolcones, pero no tanto.
–¿Y los otros hombres?
–Ni de lejos.
–Entonces, ¿te consuelas mucho a ti mismo, pequeñín? ¿Te gusta meterte los deditos por ahí? ¿O prefieres consoladores, que para eso están? –le dio la vuelta a Yoongi, poniéndole boca arriba –. Enséñame cómo lo haces, venga. Mastúrbate.
Yoongi quitó las manos de su espalda y tanteó por sus ingles, intentado encontrar una manera de toquetear su adoloridamente erecto pene sin eyacular. De manera sencilla, empezó a subir y bajar su mano. No podía ver al hombre, pero sabía que estaba mirándole. También sabía que Seungbae estaba apoyado contra la pared, con una visión clara de toda la escena y su pene igual de duro que el de Yoongi. Imaginarse a Seungbae mirándole no hacía más que excitarle, e intentó gemir, con la mordaza amortiguando cada sonido.
–No dejes esto desatendido, Suga – comentó el otro hombre, empujando uno de los dildos dentro de él. Él gimió de nuevo, y empezó a mover uno, sin mucho entusiasmo. El hombre chasqueó la lengua –. He oído que te gustan las cosas que vibran, ¿es eso cierto? –Yoongi notó como uno de los consoladores empezaba a vibrar. Empezó a retorcerse. La punta de ese vibrador estaba justo sobre su próstata, y sentía que se iba a romper en cualquier momento. No pudo seguir masturbándose, abrumado por el placer como estaba. Estaba a punto de correrse... y el hombre apagó el vibrador.
–Suficiente preparación –Sacó ambos dildos, para decepción de un Yoongi pre-orgásmico –. Te estás portando muy bien – dijo, mientras acariciaba con cuidado la punta del pene de Yoongi, que estaba chorreando líquido preseminal –¿Por qué te llaman Suga, pequeño? ¿mh? –preguntó, quitándole la mordaza. Yoongi no contestó, jadeando.
–Se llamó así porque...
–No te he preguntado a ti, Bae, si no a él. ¿No me vas a contestar? – Yoongi tragó saliva, intentando recuperar el aliento, pero contestar le era imposible –.¿No? Una pena. Voy a tener que buscar un motivo. Te llamaron Suga porque..., no sé. ¿Sabes dulce? –Sus dedos se empaparon del precum de Yoongi, y se lo acercó a la boca –. ¿Te sabe esto dulce? –Le metió los dedos en la boca, y Yoongi los chupó instintivamente. Su sabor le inundó la boca. No era la primera vez que se probaba a si mismo, ni mucho menos, pero era la primera vez que le forzaban de esa manera a hacerlo.
–Parece que te estás divirtiendo con mis dedos... –Tras un breve forcejeo con la lengua de Yoongi, el hombre consiguió sacar sus dedos, haciendo un ruido similar a un chupete –, pero es momento para otra cosa.
Yoongi notó como aquel hombre separaba sus piernas. Su erección tembló. No podía esperar más. El hombre le penetró, y él gimió, corriéndose tan pronto cómo lo hacía. Seungbae había hecho eso varias veces. Alargar los preliminares para que llegara al orgasmo nada más penetrarlo. Y él simplemente lo odiaba. Pero esta vez, fue un poco diferente. Ese hombre era más o menos del mismo tamaño que Seungbae, pero, de alguna manera, mucho más autoritario. Parecía admitir menos desviaciones, y se acercaba mucho a la frontera entre el placer y el dolor, golpeando con fuerza el punto G de Yoongi una y otra vez, haciéndole gemir cómo solo Seungbae lo conseguía. Y, finalmente, se corrió dentro, al mismo tiempo que Yoongi.
–Ah... Este agujero es un hoyo de perdición. Tan apretado, a pesar de todo... –Le abrió un poco, separando sus nalgas, para ver el interior, y rió –. ¡Estás lleno de semen! Y no solo mio... ¿Sabes qué palabra te describe a la perfección? –Se acercó, y le susurró –: Putón. Un putón verbenero. Y me gustaría añadir que un barato, pero es bastante caro estar aquí contigo. ¿Sabes cuánto paga la gente por follarte? ¿Mh? –Yoongi negó con la cabeza –. ¿Te lo digo? –Yoongi volvió a negar, y el hombre rió de nuevo –. Lo que decía. Un putón. –Se levantó, y miró a Seungbae –. ¿Le levanto yo o te dejo a ti el aftercare?
–Yo me encargo. Es mi parte favorita –contestó él.En cuanto Seungbae le quitó la venda de los ojos, Yoongi le miró. Su expresión dulce le tranquilizó. Él encendió la ducha y le mojó el pelo con cariño.
–Amor mio, este amigo, Jota... Bueno, es una persona peculiar, ya le ves. Es un antiguo amigo mio y le habia invitado a cenar. Y él tenía una cena con varios amigos que tenemos en común y nos ha invitado a ir. ¿Te apetece? –El champú se escurría por los hombros de Yoongi mientras Seungbae le lavaba el pelo. Asintió levemente, y su novio sonrió –. Genial, cariño. ¿Qué aftercare quieres? ¿Mimitos en el sofá? ¿Haikus? ¿Cucharitas?
Yoongi no contestó, dejando que el agua caliente recoriera su piel. Jota, ¿eh? Era interesante.
[Es un poco corto porque viene cargadito. Mañana o pasado subiré algo nuevo]
<수싀>
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Sugar master [Min Yoongi BDSM]
FanfictionMin Yoongi no resaltaba mucho. La gente que no era cercana a él solo sabía que era un chico pálido y callado, un poco cascarrabias y apenas entrando en los veinticuatro. Sus amigos sabían, además, que le gustaban los gatos, que era pansexual y que t...