XV

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Yoongi hundió su amoratonada cara en el pecho de Seungbae, impidiendole verla. Su cara estaba fatal, y dolía, pero sabía que mañana iba ser peor. Seungbae sonrió, enternecido con el gesto, y rodeó a Yoongi con sus brazos.
–¿Y esta bienvenida? –Depositó un beso en su cabeza, e intentó separarse un poco, pero Yoongi se resistió. Seungbae sonrió de nuevo –. Tenemos que ir a comer. Venga, ¿qué quieres que te haga? Hay ternera, ¿quieres que haga Bulgogi? –Yoongi murmuró una respuesta incomprensible, sin apartar su cara del pecho de su novio. Pero este ya se estaba dando cuenta de que algo pasaba. Llevaba un rato intentando separarse, y normalmente el estómago de Yoongi era más grande que su ansia de mimos. Y notaba que se pegaba a él con demasiado ímpetu, sin ni siquiera darle oportunidad de besarle –. ¿Qué pasa, cariño? Déjame verte. –Su tono era preocupado, y se había agachado un poco, intentado separar el cuerpo de Yoongi del suyo. Despacio y mirando al suelo, Yoongi se alejó un poco. Tenía el labio partido, y un hematoma en el pómulo, muy cerca de su ojo. Por suerte, ambos ojos se habían librado de estar morados. Seungbae le agarró la cara con ambas manos para verle mejor.
–Oh... Amor mio, ¿qué te ha...? –Le levantó la camiseta, encontrando mas moretones esparcidos por sus costados, y algún que otro en su estómago o su espalda –. Yoongi, ¿quién te ha hecho esto? ¡Hay que llevarte al hospital! –Yoongi miró al suelo, pero no contestó.
–Me he estado mirando un rato. Son solo golpes superficiales. No me han roto nada. Creo.
–¿Crees? ¿Cómo que crees? ¿Y si te han roto el bazo o algo así? Yoongi... –Seungbae estaba muy estresado, mirando a su alrededor fréticamente –. Y hay que comprar muchas cosas. Aquí no tengo de nada. Necesito alguna clase de crema para tus moretones o algo así. Y si te has roto algo necesitamos... –Yoongi le cortó, besándole. Seungbae correspondió al beso, con desesperación e intentando evitar el adolorido labio inferior de Yoongi. Tras unos segundos, este se relajó, y Yoongi se separó.
–En el hospital me van a decir lo que ya sé: que no me he roto nada y que me ponga hielo. Ese chico era la primera paliza que pegaba, no ha sabido hacerme daño de verdad.
–¿Ese chico? –Seungbae le miró a los ojos, un poco más tranquilo, pero no mucho. Con cuidado, se separó –. Te voy a hacer el cuenco más grande de bulgogi que has visto nunca, y cuando te lo acabes vamos al hospital y me vas a contar quien es ese chico y porque narices te ha hecho eso, ¿de acuerdo?
–Va a ser una pérdida de tiempo...
–¿De acuerdo? –volvió a preguntar Seungbae. Yoongi asintió. Minutos mas tarde estaba, efectivamente, acabándose un bol gigantesco de bulgogi mientras Seungbae, que ya había acabado el suyo, se preparaba para llevarle al hospital más cercano.

–¿Lo ves? Te lo dije –refunfuñó Yoongi, abrazando sus rodillas en el asiento del copiloto –. ¿Qué nos han dicho? ¿Eh? Nada roto y hielo. Te lo dije. –Seungbae suspiró, pero sonrió.
–Me alegro de que nos dijeran eso. Háblame más sobre ese Kobam.
–Kobam es un gilipollas con el que fui al instituto. No tengo ni puta idea de que mosca le ha picado, pero lleva mazo tiempo obsesionado conmigo, a pesar de ni siquiera estudiamos la misma carrera. Esta mañana, mientras hablaba con Hyesook y sus amigos, se rió de mi diciendo que me había visto besándome contigo, lo que significaba que había desistido de liarme con tias y me había hecho marica. Yo le contesté que se llamaba pansexualidad y que al menos ligo con alguien, no como él. Estuvo todo el dia enfadado, y cuando intentaba ir a mi clase de psicología, le ví esperándome al lado de mi taquilla. Intenté evitarle yendo al baño y esperando un rato, pero se dio cuenta e intento tirar la puerta abajo. Rompió el pestillo y me dio una paliza. Fin. –Seungbae asintió. A pesar de que Yoongi estaba enfadado, él mantenía la calma y el buen humor.
–Ya veo. ¿Quieres que pongamos una denuncia? Tenemos acta médica.
–No, no te esfuerces. Eso solo le motivaría más. Solo... quiero llegar a casa y acurrucarme contigo.

Los labios de Seungbae se posaron sobre el moretón, haciendo a Yoongi estremecerse. Él lo besó con cuidado, intentando no hacer daño a Yoongi. Un gemido se escapó de la boca de este. Seungbae seguía sujetando el cubito de hielo contra uno de los pezones de Yoongi, pero la apartó un segundo para pasarlo por el moreton. Cuando estuvo contento con el aspecto que este presentaba, devolvió el hielo al pezón y buscó otro hematoma en el otro costado. Al no encontrar ninguno más que no hubiera sido besado, helado y acariciado, se tumbó al lado de Yoongi y se metió el cubito en la boca. Esa escena de cuidados había estado llena de cariño, pero Yoongi no había podido evitar ponerse cachondísimo. Miró a Seungbae, que chupaba distraidamente el hielo, que formaba un gracioso relieve en su mejilla, mientras miraba al techo.
–Amo, ¿podemos...? –Seungbae le dio un mordisco al hielo para hacerlo más manejable y miró a Yoongi.
–¿Podemos qué?
–Ya sabes... –Seungbae rió al ver su timidez repentina.
–¿Este es mi Yoongi? ¿Que esta titubeando para decir "sexo"? –Besó con cuidado su nariz, manteniendo el hielo en uno de sus mofletes.
–Entonces, ¿lo hacemos?
–No. –Desilusionado, Yoongi miró a Seungbae a los ojos, frunciendo el ceño.
–¿No he sido un buen chico? –Se incorporó, haciendo su completa desnudez más evidente –. ¿No he sido un buen chico? –repitió, con un tono triste –. He ido al hospital, y te he dejado cuidarme los moretones, y no llevo pantalones y... –Las lágrimas empezaron a cubrir el rostro de Yoongi. Seungbae se incorporó tambien, tragándose lo poco que quedaba de hielo.
–No, Yoongi, no llores. Lo que quería decir es que no quiero hacerte daño y... –Yoongi le interrumpió.
–Y casi no me has besado, y no me has ofrecido el cubito de hielo. A lo mejor yo tambien quería el hielo.
–¿Querías el hielo? Hay mas en la nevera –Seungbae ya no sabía que hacer, secando las lágrimas de Yoongi con su manga y intentando consolarle al mismo tiempo.
–¡No, no quiero hielo! Pero podías habermelo ofrecido... Amo, ¿es que ahora que estoy roto no me quieres? –Seungbae le abrazó brúscamente, pegando su cabeza a su pecho.
–Ni se te ocurra decir algo así nunca más. –Le pegaba a su cuerpo con fuerza, casi con desesperación –. Yo te quise, te quiero y te querré siempre, y nunca menos que el dia anterior. Cada día que pasa te quiero más. Y no estás roto, y nunca lo estarás, porque yo siempre voy a estar aquí para asegurarme de que no lo estés.
–Entonces, ¿por qué no me follas? –balbuceó Yoongi, entre sollozos.
–Porque no quiero hacerte daño. Ya sabes como me pongo cuando lo estamos haciendo, y no quiero forzarte una postura que te duela o agarrarte de un moretón ni nada de eso. –Le besó con cuidado la coronilla y le separó de su cuerpo –. Pero eso no quiere decir que no pueda hacerte deditos, o una mamada. –Yoongi asintió, secándose las lágrimas.

Sugar master  [Min Yoongi BDSM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora