A Seungbae no le dio tiempo ni a pestañear antes de que Yoongi, nada más entrar por la puerta, se fuera pitando a su cuarto a quitarse los pantalones. Sonrió. El carácter dócil de Yoongi hacía que su roles fueran mucho más fáciles de asumir, pero cuando la vida social de este se desiquilibraba un poco, sacaba una actitud arrogante e impaciente (en el mal sentido, un sumiso alimentado de anticipación siempre es deseable), y esa actitud situaba su relación en una situación de tira y afloja, estando a punto de cruzar la raya que separaba al Dominante del sumiso. Por suerte, su vida se estaba establizando un poco, y se estaba volviendo a amansar poco a poco. Seungbae se sentó en el sillón, cogiendo su libro de la mesilla. Al poco rato, un semidesnudo Yoongi apareció.
–¿Puedo sentarme? – preguntó, suavemente, señalando el regazo de su Amo. Este asintió, enderezándose en el sillón para que puidera sentarse cómodamente.
–Hoy estás más sumiso –comentó mientras él se subía sobre su regazo y le abrazaba, dejando reposar su desnudo trasero en sus piernas.
–Mh –murmuró Yoongi como respuesta. Seungbae prosiguió.
–Me sorprendió mucho que te interesaras por el roleplay. Nam y Jimin nos dieron un buen espectáculo, ¿verdad?
–¿Suelen hacer eso mucho? –Yoongi hundió la cabeza en su cuello, dejando que sus brazos le rodearan la cintura.
–Bueno, en parte es que somos amigos cercanos. Pero antes lo hacíamos mucho, Jota y yo. Jugar con audiencia. Es una experiencia diferente.
–¿Jugabais juntos? –preguntó Yoongi, sorprendido. Seungbae rió.
–No, no. Osea, si jugabamos juntos, pero cada uno con nuestro sumiso. Nam y yo nunca tuvimos esa clase de relación. Mi etapa de exploración abajo ya habia terminado cuando le conocí. Además, nos debían una porque yo te presté.
–Prestarme... –murmuró para sí mismo Yoongi.
–¿Nunca te he contado lo de la posesión? –Seungbae se sorprendió de su propia negligencia –. Tú eres mio, porque somos pareja y jugamos juntos y todo eso. Es decir, yo puedo poner una serie de reglas sobre a quien puedes darle afectividad y sexo y viceversa. Entonces, cuando dejo que jueges con alguien que no sea yo, se dice que te "presto" o te "cedo". De todas maneras, tu Dominante soy yo y será conmigo con quien tengas tu aftercare, a menos que quieras que sea con el otro Dominante.
–Mh –fue de nuevo la respuesta de Yoongi.
–Amor mio, no quiero presionarte, pero hay algo que me lleva preocupando un tiempo... –empezó Seungbae, tanteando el terreno, dudoso –. ¿Qué paso en tus años de instituto? ¿Por qué Hyesook es tan territorial contigo? No me lo cuentes si no quieres –se apresuró a aclarar. Yoongi sonrió amargamente.
–En mis años de instituto... Yo estaba muy confundido. Mi vida era un lio en el instituto. Bueno, mi vida fue un lio hasta que te conocí. Yo era bastante tímido y malhumorado, y la gente se empezaba a oler que me gustaban los chicos. Una pandilla se esmeró conmigo. Solían intimidarme en baño, y a veces pegarme una paliza, porque yo no me defendía ni se lo contaba a los profesores. Y, un día, me pillaron en el baño y me obligaron a ponerme una falda. Se pusieron a pegarme cachetes y a tocarme el culo, y luego me dieron una paliza. Me rompieron dos costillas y me dislocaron la muñeca. No volvieron a pegarme, pero me empezaron a llamar Yoonji, tratándome como si fuera una chica, y me obligaban a llamarles oppa.
–¿Es por eso que te gusta tan poco que te traten como una chica?
–Sí. Fue una época muy dura. Pero Hyesook estuvo ahí. Supongo que desarrolló un sentido de madre o hermana mayor. Me cuidaba despues de las palizas, y se ponía muy triste cuando me insultaban.
–Ya veo. –La mano de Seungbae le acarició el pelo con ternura –. Gracias por contármelo, cariño.
–Y entonces, cuando llevaba dos años ahorrando y aún así no podía pagar mis estudios... llegaste tú. Y pusiste en orden mi vida sin darte cuenta. Creo que nunca he estado tan estable emocional y mentalmente –continuó Yoongi –. Yo... te quiero tanto.
–Oh –dijo Seungbae, confundido y enternecido –. Gracias. Yo también te quiero. Te quiero un montón. –Le depositó un suave beso en el cuello –. ¿Qué tal está la calefacción? ¿Tienes frío? Puedo subirla un poco.
–No, estoy bien –contestó Yoongi. Estaba verdaderamente bien. Los brazos de Seungbae le rodeaban, envolvienéndole en un cómodo calor, y su respiración le mecía. Se estaba adromilando. Pero, por supuesto, no podía ser tan bueno. Un zumbido interrumpió la ternura. Seungbae sacó su teléfono, abriendo la aplicación del telefonillo.
–Hablando de la reina de Roma... Hyesook está en la puerta, ¿quieres ir a cambiarte? –Yoongi negó con la cabeza, y Seungbae le cubrió convenientemente con una manta, asegurándose de cubrir sus piernas desnudas, y abrió la puerta a Hyesook.
–Buenas tardes –la saludó educadamente cuando entró por la puerta.
–No me jodas. He venido a hablar con Yoongi, no contigo –contestó ella de malos modos.
–Pues resulta que ya estoy aquí, y Yoongi me va a contar de que habeis hablado de todas maneras, osea que corta ese rollo. Si vienes a intentar que nos peleemos otra vez, que sepas que lo solucionamos con un abrazo y que no vas a romper nuestra relación tan fácilmente. Con eso aclarado, ¿a qué vienes a hablar, que es tan secreto que no puedo oirlo? –Yoongi notó un toque de irritación en la voz de su Amo, y un resoplido por parte de Hyesook.
–¿Ni siquiera le vas a dejar darse la vuelta para poder hablar conmigo...?
–No quiero darme la vuelta. Estoy cómodo –la interrumpió Yoongi, sin ni siquiera girar la cabeza para mirarla –. Podemos hablar así. No supone un problema para mí.
–Oh, bien dicho, cariño –le animó Seungbae, acariciando su pelo. Miró a Hyesook –. Toma asiento, si tanto quieres hablar. Hay bebidas en la nevera, si quieres coger una. Iría yo mismo a por ella, pero...
–No vayas ahora de formalito. Sé lo que estás haciendo con Yoongi. – El tono de Hyesook era autoritario, aunque Yoongi sabía que se sentía, al menos un poco, intimidada por Seungbae. Era imposible no sentirte intimidado por él.
–Ah, ¿sí? ¿Y qué estoy haciendo con él? ¿Utilizarlo para mis maquiavelicos y pervertidos fines, como la otra vez?
–Sí. Yoongi no es así. Desde que está contigo, ha cambiado. Él antes no era así. Parece tu marioneta o algo... Qué asco. –Seungbae achinó los ojos, pegando inconscientemente a Yoongi a él.
–Según tengo entendido y confirmado por Yoongi, porque acabamos de hablarlo, ahora mismo él está estable mental y emocionalmente, y en sus años de instituto, que fue donde tú conociste a tu Yoongi, era tremendamente infeliz y estaba muy confundido. Me parece que lo pasa es que la personalidad de Yoongi ha cambiado ahora que es feliz y está seguro de si mismo y orgulloso de lo que es, y eso no te gusta. Esta es su verdadera personalidad, y no cuando yo también le conocí, como un zombi viviente, taciturno y malhumorado.
–Eso no es cierto. Tú le usas para que sea así.
–¿Y qué motivos tendría yo para hacer eso? Si no me gustara su personalidad, podria simplemente dejarle e irme con otro, no moldearle a mi gusto.
–Así de pervertido eres, utilizandole para tus sucias fantasias fetichistas. He visto todo lo que escribes. Estás manipulando a Yoongi para que haga esas cosas contigo, y por eso se ha vuelto tan raro.
–Oh, ¿manipularle para mis fantasias? –Una leve risa escapó de los labios de Seungbae. Estaba siendo frío, e incluso un poco arrogante, pero mantenía la educación –. Hay millones de chicos dispuestos a cumplir mis fantasias sin tener que manipularles. No tan guapos como Yoongi, por supuesto, él es el chico más guapo del mundo, pero no es su cuerpo por lo que estoy con él, Hyesook.
–Ya, seguro. Odio la manera en la que hablas con ese tonito condescendiente, como si tu fueras más importante y maduro que yo, cuando lo único que estas haciendo es follarte y manipular a Yoongi.
–¿Más maduro que tú? Tal vez lo sea. Te saco casi diez años, bonita. ¿Más importante? Para Yoongi, tal vez lo sea. Y ¿mi tonito condescendiente? Parece que no te das cuenta de la manera en la que me hablas cada vez que me ves, o que piensas que soy imbécil y no veo tus muecas de asco y como me miras de arriba a abajo. Y me está poniendo muy nervioso la manera en la que hablas de que "me follo a Yoongi", porque creo que la imagen que tienes es más o menos así –Yoongi podía notar la irritación de Seungbae creciendo, y como estaba empezando a perder la calma –. Yoongi está tranquilamente haciendo sus cosas. Entonces, vengo yo, le tiro sobre la cama y le obligo a desnudarse y abrirse de piernas. Procederé a correrme dentro de él despues unos minutos de sexo salvaje y me volveré a ir, dejándole de nuevo a sus cosas. Mas o menos piensas que pasa eso, ¿verdad?
–Pues sí, pero a eso hay que añadirle unos cinco dildos, unas esposas y otros tres hombres que te ayuden. Puto sádico.
–Ah, ¿cómo? ¿Así quieres que sean las cosas? ¿Quieres que hablemos de lo que hacemos y no hacemos en la cama? ¿Eso es lo que quieres? ¿Saber todos los detalles morbosos de cómo hacemos el amor y qué cosas usamos para hacerlo? –Yoongi tragó saliva. Seungbae estaba enfadado. Quería acabar con eso cuanto antes.
–Si todas esas cosas incluyen hacer daño a Yoongi, si, quiero saberlo.
–Yoongi, ¿puedo hacerlo? –preguntó Suengbae, saparando la cabeza de Yoongi de su pecho.
–¿Qué vas a hacer? –preguntó a su vez este. Seungbae no contestó, manteniendo el contacto visual. Yoongi asintió, tragando saliva. La manta cayó al suelo, enseñando el trasero desnudo de Yoongi. Esté se sonrojó, hundiendo de nuevo la cabeza en el pecho de su novio.
–Así está obligado Yoongi a estar en casa cuando estamos solos. ¿Verdad que tiene un culo precioso? –Hyesook no contestó, pero Yoongi pudo notar su crispación y confusión. Seungbae prosigió, tocando el culo de Yoongi con ambas manos –. ¿Ves este tatuaje? Se lo hizo él, por voluntad e iniciativa propia, en nuestro primer aniversario. ¿Y sabes cómo me llama cuando estamos solos? ¿Cómo me llamas, cariño? –preguntó, refirinedose a Yoongi.
–Amo –contestó este, firmemente.
–Entonces, te va el BDSM. Puto enfermo.
–Nos va el BDSM, bonita. Dos no follan si uno no quiere.
–Qué asco.
–Oh, ¿ahora te molesta la palabra follar? Puedo decir que hacemos el amor. O que echamos un polvo, que damos un revolcón, que nos unimos, que tenemos sexo... Tú decides. Pero la palabra que usamos cuando hacemos BDSM es jugar. Y Yoongi y yo jugamos bastante. Es más, tengo una sala de juegos con cajas llenas de juguetitos. En ella no solo jugamos él y yo, a veces invito a otras peronas par que juegen con él, todos a la vez. Tenemos unas reglas de Dominante a sumiso, ¿quieres saberlas? Yoongi, recítalas.
–Uno, nada de pantalones en casa excepto situaciones especiales. Dos, llamarte Amo siempre que estemos en privado. Tres, obedecer toda orden que se me dé. Cuatro, mi constentimiento se da por dado a menos que diga lo contrario, en cuyo caso será respetado. Cinco, toda queja en relación con las normas debe ser comunicada y dialogada, y las reglas están abiertas a ser cambiadas si no contentan a ambas partes –recitó Yoongi. Se las sabía de memoria, puesto que Seungbae las había redactado tras explorar sus límites duros y blandos.
–Muy bien, cariño. Buen chico.
–Me das arcadas. Eres repugnante. Yoongi no quiere...
–Si que quiero. Me encanta ser el sumiso de Seungbae. Me encantan las sesiones –cortó Yoongi a Hyesook. Esta puso los ojos en blanco.
–¿Y a que viene esta asquerosa demostración?
–Oh, no era una demostración. Pero podemos hacerte una si te pones muy pesada –contestó Seungbae. Estaba recuperando la calma, ya que no tenía información que ocultar –. ¿No eras tú la que quería saber los detalles morbosos de nuestros polvos? Estos son, ¿te sientes más segura ahora? ¿Nos vas a dejar en paz? ¿Vas a dejar de intentar romper nuestra relación?
–No. No intento romper vuestra relación. Intento alejar a Yoongi de su novio viejo y tóxico.
–Hace unos años, cuando Seungbae y yo estabamos empezando a salir, me había quedado a dormir. –empezó Yoongi, cambiando radicalmente de tema –. Estaba muy nervioso, sin poder dormir. Era la cucharita pequeña, pero me asaltaba la duda de si Seungbae de verdad me quería o pensaba en mí como un ligue. Estuve despierto hasta las tantas. Y entonces, Seungbae se levantó. Volvió un rato despues con una taza de leche caliente. Me preguntó si tenía frio o calor, si quería que durmiesemos separados, si necesitaba una infusión o medicina. Yo le dije que no y me bebi la leche, con él sentado a mi lado todo el rato. Llevó la taza a la cocina y volvió a la cama, siendo la cuchara grande de nuevo. ¿Qué motivo tenía para hacer eso si solo quería mi cuerpo? Podía haber fingido estar dormido, o no darse cuenta de que estaba despierto. Me estaba mirando, se estaba preocupando por mí.
–¿Y qué? Es otra de sus técnicas de manipulación para que te quedes a su lado. No deberías estar con él. Es demasiado mayor, y muy violento y asqueroso. Y has cambiado.
–Oh –dijo Suengbae, sorprendido, como si se acabara de dar cuenta de algo –, ya veo. Estás celosa. No, no solo estás celosa. Te gusta Yoongi. Estás enamorada.
–¡No!¡No estoy enamorada! –se quejó Hyesook, levantándose –. ¡Sólo quiero lo mejor para Yoongi! ¡Y yo soy lo mejor para él!
–¿Su felicidad no es lo mejor para él? Conmigo es feliz. ¿No deberías alegrarte...?
–¡No! ¡Él debería estar conmigo!¡Yo soy lo mejor para él!
–¿Conoces a Shib Kobam? Tengo entendido que es amigo tuyo. El otro dia le pegó una paliza a Yoongi. Y casi lo hace otra vez. Está denunciado por abuso sexual, crímenes de odio, discriminación y violencia física. Y no recuerdo que preguntaras a Yoongi por sus heridas, ni que cortaras a Kobam cuando estaba insultando a Yoongi. Eso no me parece que sea lo mejor para él. –El tono de Seungbae era tranquilo, sin ánimo de ofender. Hyesook no contestó, pero Yoongi sabía que estaba dolida.
–No he venido aquí a que te burles de mí y me eches la bronca, maricón.
–Oh, nada mas lejos de mi intención. No quisiera ofenderte ni hacerte daño.
–Osea que ahora me compadeces.
–Sí –dijo Seungbae, tiernamente –. Pobrecita. No hay nada peor que el amor no correspondido. Pero también me da rabia. Porque Jackson está pillado por ti. Hyesook, deberías mirar un poco más a tú alrededor.
–Hye... –murmuró Yoongi, sin saber que decir. Sabía que Hyesook estaba llorando.
–Ya. Lo que sea. No eres nadie para recriminarme nada. Nos vemos – Yoongi oyó un portazo mientras Hyesook se iba. Hundió la cabeza en el cuello de Seungbae.
–¿Crees que me he pasado contándole lo del BDSM? –preguntó suavemente él.
–No. Se lo iba a contar yo dentro de poco. Lo has manejado bien.
–Oh. Pobrecita. De verdad me da pena. Deberias hablar con ella dentro de poco.
–Sí. Voy a dejar que se le enfríe un poco la cabeza primero. Mañana en clase hablaré con ella.
–Perfecto, amor –acabó Seungbae, depositando un beso en su cabeza –. Buen chico.
[jaja, odio este cap. Está fatal escrito. Pero llega a donde tiene que llegar, evita puntos muertos y no voy a reescribirlo. Bye]
<수싀>
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Sugar master [Min Yoongi BDSM]
FanfictionMin Yoongi no resaltaba mucho. La gente que no era cercana a él solo sabía que era un chico pálido y callado, un poco cascarrabias y apenas entrando en los veinticuatro. Sus amigos sabían, además, que le gustaban los gatos, que era pansexual y que t...