Era una casa grande, casi igual de grande que la de Seungbae. Mientras se descalzaba en el recibidor, vió que solo había una mujer en la sala. El resto eran todo hombres.
–Hombre, pero mira quien se ha dignado... –dijo un chico castaño de aspecto amigable, mirando a Seungbae.
–Pero si es el gran Kim Seungbae, empresario de éxito... –Esto lo dijo otro hombre, de más o menos la misma edad que Seungbae. Su aspecto serio no pegaba mucho con su pelo teñido de verde. Tenía un tatuaje en el cuello, y algunos más en los antebrazos –. ¿Sabes cómo te llamamos? Kim Estoy-muy-ocupado-para-ver-a-mis-amigos Seungbae. –Este rió, divertido.
–Ni que fuera tan malo...
–Dejad en paz a mi Seungbae –intervino otro chico. Era mas o menos de la misma estatura que Yoongi, y tenía un aspecto muy dulce –. Gracias por venir, Bae.
–Gracias a ti, Jimin. ¿Dónde está tu chico? –contestó Seungbae mientras se sentaba en el sofá. Estaba bastante lleno, asi que Yoongi se sentó sobre él.
–Oh, en la cocina. Está trayendo bebidas, ¿quieres algo? Tenemos tequila, si quieres un margarita... –Seungbae le cortó.
–Mañana trabajo. Con una cerveza estará bien. ¿Tú quieres algo, Yoongi? –Yoongi negó con la cabeza tímidamente.
–Por ahora estoy bien. –Seungbae sonrió y no insitió. Yoongi observó en ambiente, sentado sobre una de las piernas de Seungbae, mientras este hablaba con el tal Jimin. Había unos cinco hombres y una mujer, sin contar con Jimin ni con Seungbae. Además del tatuado y el castaño amigable y la chica, que era una rubia teñida sin más, estaba el chico más guapo que Yoongi había visto nunca (debía de andar por los veinticinco), y otros dos hombres de unos veintisiete o treinta cada uno. Todos llamaban Bae a Seungbae, que era un nombre reservado para amigos cercanos. Y otro hombre entró en escena, con una bandeja llena de vasos.
–¿Quién era el loco que quería el whisky seco? –preguntó el chico, sonriendo. Era más o menos igual de robusto que Seungbae, y su pelo grisaceo estaba peinado hacía atrás. Dos hoyuelos adornaban sus mejillas. Le entregó su vaso al tatuado, y fue repartiendo el resto –. Toma, Bae, tu cerveza. Le he traido a Yoongi un vaso de agua, por si tiene sed. –Yoongi le miró, confundido. ¿Cómo sabía su nombre? No se había presentado. El chico rió, divertido con su descocierto –. Tal vez de sueno más si digo algo como... Putón. Putón verbenero. –Yoongi se sobresaltó. Por suerte, nadie estaba escuchando.
–¿Jota? –preguntó, y Seungbae le pegó un codazo inmediatamente.
–No le llames así. Ese es su nombre de juegos.
–¿Nombre de juegos? – Jota rió de nuevo. Verdaderamente le hacía gracia el desconocimiento Yoongi.
–Es un nombre que utilizo cuando juego. Como tú usas Suga. Es para distinguir a mi personaje cuando juego y a mi yo auténtico. Lo entiendes, ¿verdad? –Yoongi asintió mirando al suelo –. Mi nombre es Namjoon. Puedes llamarme Nam. Y este es mi novio, Jimin. –Jimin le saludó con la mano.
–¿Y no le importa que tú y yo...? –Ahora fue Jimin quien rió con la pregunta de Yoongi.
–Quita, quita, qué me va a importar. Me ha pedido permiso para jugar contigo, y me ha prometido que no te besaría y que no sería igual que conmigo. –Yoongi asintió.
–Oye, Bae, ¿no vas a presentarnos a tu chico? –preguntó el chico guapo. Seungbae rió, y solo con levantar una mano se cortaron todas las conversaciones secundarias.
–Chicos, este es mi novio, Yoongi. Yoongi, estos son Jiyong –El tatuado levantó la mano, saludando. –, Taehyung –Ahora fue el guapo quien saludó. –, Eric Nam –El castaño suspiró, y masculló algo de "no tienes que presentarme con apellido..." –, Bangyo, Chil-yae, y aquella bella señorita es Yangmi. –Los dos que quedaban y la chica saludaron.
–Entonces, ¿te ha arrastrado Bae a sus perversiones? –La voz de Yangmi fue sorprendentemente suave. Yoongi no supo exactamente que contestar, pero Seungbae le subió sobre su regazo, abrazándole por detrás.
–Culpable –declaró Seungbae, con un aire melodramático. Eric rió.
–Una vez intentó seducirme a mí, pero tengo un espíritu de acero y no lo consiguió. –Si Seungbae habia sido melodramático, Eric podía ser un personaje de la rosa de Guadalupe. Seungbae le miró, entornando los ojos.
–Eric, aquel baño... –Eric le cortó, manteniendo su espíritu de telenovela.
–No hablamos de lo que pasó en aquel baño, Bae. –Yoongi rió, e intentó coger su vaso de agua de la mesa, pero sus brazos eran demasiado cortos y no lo alcanzó. Seungbae se dio cuenta y lo cogió por él mientras continuaba la conversación.
–Gracias, A- digo, Seungbae. –Seungbae sonrió y le depositó un suave beso en el cuello.
–Amo está bien, Yoongi. –Yoongi asintió, y le dio un trago a su agüita. Su siguiente bebida fue una cerveza, aunque se la tomó a sorbitos. Seungbae tampoco bebió más de una cerveza y un sorbo de vino para criticárselo a Nam.
–¿Qué clase de basura es esta, Namjoon? He visto mejores vinos en tatrabricks a dos euros el litro –dijo, satíricamente, viendo como Namjoon se exasperaba y reía. En un momento de la noche, Yoongi giró sobre el regazo de Seungbae y le besó. Este, enternecido, continuó el beso. Jiyong les tiró un cojin, cortándoles.
–¡No teneis porqué recordarnos lo solteros que estamos! –ordenó. Yangmi se rió, abrazando el brazo de Chil-yae.
–Soltero serás tú. Yo sé de sobra que Tae tiene, como mínimo, dos novias. –Eric desvió la mirada, como si la cosa no fuera con él, pero se sentía pasado por alto en su corazón de bisexual soltero. Tae, por su parte, rió.
–No sé porqué tienes ese concepto de mí. Yo solo tengo una novia al mismo tiempo...
–Ya, por eso tu biografía de Instagram dice "Tranquilas, hay Tae para todas" –le interrumpió Jimin, riendo. Tae le miró, molesto, pero no dijo nada. Chil-yae, que estaba ligeramente ebrio, intervino.
–¿Y si jugamos a prueba o verdad?
–Tío, no somos adolescentes borrachos. Vamos teniendo una edad... –contestó Seungbae, acariciando el pelo de Yoongi, que apoyaba la cabeza en su pecho.
–No, no, hagámoslo –dijo Bangyo. A pesar de tener una apariencia seria e intimidante (como casi todos los amigos de Seungbae), era muy tímido y divertido. Yangmi, Jimin y Jiyong lo corearon, y ante la abstención de Namjoon y Tae y el profundo ignoro a las quejas de Eric, se decidió jugar a prueba o verdad. Empezó Jimin, mirando a Eric con malicia.
–Querido Eric, ¿prueba o verdad? –Eric palideció.
–Verdad –contestó.
–¡Ajaja! –exclamó Jimin, emocionado – ¿Qué pasó aquel dia en aquel baño entre Seungbae y tú? –La palidez de Eric se convirtió en un intenso rubor. Probablemente todo su cuerpo estaba de color tomate, como su cara.
–Pues, era u-un baño en un bar, y... Bueno pues yo estaba borracho y triste y soltero y pues... Seungbae y yo habíamos quedado para tomarnos algo, y yo pues, yo le comenté que... Bueno pues eso que una cosa llegó a la otra y pues, ya sabeis, el alcohol es lo que tiene que...
–Me hizo una mamada –completó Seungbae. Namjoon y Yangmi estallaron en carcajadas.
–¿En serio? –Eric estaba rojo hasta las orejas, y escondió su cara entre sus manos.
–Ni siquiera la hizo bien. Fue la mamada más patética de la historia de las mamadas.
–Estaba borracho, y triste...
–No es escusa, Eric –le regañó Nam, como si fuera algo importante –. Si empiezas una mamada, el resultado debe ser satisfactorio. Una mamada mediocre o menos son solo veinte minutos de vida perdidos.
Yoongi miró a Seungbae, y por un momento le dolió que hubiera tenido vida sexual antes de conocerle. Celoso de un chico que le hizo una mamada borracho antes de que se conocieran. Pero Seungbae le devolvió la mirada y rió, continuando la historia.
–No esperaba mucho de él, la verdad. –Yoongi pudo hasta oir el corazon y el orgullo de Eric rompíendose –. Yo no tenía muchas ganas, él no me gustaba, yo no le gustaba... Pasó, no nos gustó, nos separamos y no volvimos a hablar de ello. Fin de la historia. –Pegó más a Yoongi a él, sin parar de acariciar su pelo. Yoongi se olvidó de sus estúpidos celos en cuanto notó los labios de Seungbae se posaron en su frente, dándole un suave beso. Eric miró a Taehyung, intentando disimular su dignidad perdida.
–Prueba –contestó Tae antes de que Eric preguntara.
–Prueba... –reflexionó Eric en voz alta.
–¡Quítate la camisa! –gritó Yangmi, sosteniendo su vaso de cerveza en alto. Tae rió y empezó a desabrochar uno de los botones.
–No me la voy a quitar, que estamos casi en febrero y hace frio. Pero me la puedo desabrochar.
–Pero tienes que desabrochártela mientras hacer un baile sexy. Ese es el reto –dijo Eric, riendo. Tae empezó a cambiar su peso de un pie a otro mientras tanteaba los botones. Una de sus manos, que reposaba en su muslo, fue subiendo lentamente, acariciando su entrepierna, su abdomen, su pecho... Finalmente, la llevó a su boca y besó sus dedos. Y su camisa estaba desabrochada.
–Menuda mierda de baile –comentó Jimin, desviando la mirada. Tae se hizo el ofendido.
–Ay, lo siento mucho, señor Bailarín Profesional. –Ambos se dedicaron una mirada llena de fingido rencor y se echaron a reir. Tae se sentó de nuevo, manteniendo su camisa abierta.
–A quién cojo... –se preguntó, en voz alta.
–Bae está muy tranquilo –comentó Bangyo. Tae dirigió la mirada a él.
–¿Prueba o verdad?
–Sorpréndeme –contestó llanamente Seungbae. Tae sonrió.
–¿Qué estás dispuesto a hacer con Yoongi ahora mismo?
–¿Es esa la verdad que tengo que responder?
–Para nada. Solo trabajo de investigación. –Seungbae rió.
–Tae, es mi novio. Todo esto –dijo, señalando a Yoongi entero –, es mio. Puedo y estoy dispuesto a hacer lo que me plazca.
–Oh, ya veo que Suengbae, el fornicador de los baños públicos, no ha muerto –comentó Chil-yae, riéndo.
–A ver, tampoco es plan follarle delante de todos vosotros –se apresuró a aclarar Seungbae –, pero si estais vosotros dispuestos a ver eso... Y tenemos que contar con el consentimiento de Yoongi, por supuesto. –Tae sonrió.
–Tienes que hacer que se empalme en un minuto o menos. Si no lo consigues, no puedes tocarle en lo que queda de noche –dijo, con malicia. Seungbae mantenía una expresión seria y fria. Miró a Yoongi.
–¿Te parece bien? –Yoongi frunció el ceño, levantando la cara del pecho de su novio.
–Amo, no quiero estar separado de ti toda la noche –dijo en voz baja. Seungbae sonrió dulcemente.
–Entonces solo tienes que empalmarte, cariño –susurró.
–¿Todo listo? –preguntó Tae, que esperaba con una actitud condescendiente. Yoongi asintió, no muy convencido –. No puedes tocarle la entrepierna, ni frotarle contra la tuya, ni tocarle el culo, ni morderle o besarle.
–¿Algo más? –dijo Seungbae, sarcástico. Tae negó con la cabeza, ignorando su sarcasmo –. ¿Puedo susurrarle o tenéis que enteraros todo de lo que digo?
–Cierto, Bae es el mejor hablando sucio –comentó Nam, sin responder a su pregunta.
–Puedes susurrarle –concedió Tae. Seungbae asintió –. A la cuenta de uno... dos... ¡y tres! –Yangmi encendió el cronómetro de su móvil. Yoongi notó cómo una de las manos de Seungbae acariciaban su muslo, pegándole más a él.
–Yoongi –susurró, acercándose a su oreja –. Yoongi –repitió –, al llegar a casa pienso empotrarte contra la primera pared que pille. Te ataré las manos, te taparé los ojos, y pondré tu bonita carita contra la pared. Y no pienso parar hasta que uno de los dos se desmaye, y algo me dice que vas a ser tú... –Yoongi empezó a incomodarse. El silencio era casi total, y si alguien oía lo que Seungbae le estaba diciendo... Se moriría de vergüenza.
–Amo... –murmuró, intentando alejarse un poco. Pero Seungbae le agarró la muñeca rápidamente, acercando más su oreja a su boca.
–Ya sabes cómo me pone que me llames así.... Ah, Yoongi, eres de lo que no hay – Con lo cerca que estaba Seungbae, todo su olor envolvía a Yoongi. Ese olor tan íntimo le consolaba y excitaba al mismo tiempo, más aún teniendo en cuenta que no hacía más que llamarle por su nombre. Y viceversa ocurría lo mismo. Seungbae inhaló su olor, pegándose a su cuello, donde Yoongi había pulverizado un poco de colonia –. Ah, Yoongi. Hueles tan bien... Podría correrme solo pensando en ti. Estás tan sexy el cien por cien del tiempo... ¿Quieres que lo hagamos aquí, Yoongi? Que ni siquiera vayamos a casa, aquí mismo. Que te desnude y te bese mientras te obligo a llamarme Amo. Seguro que Namjoon también se une, ¿mh? ¿Qué te parecería eso? –Yoongi casi se podía decir que gimió, aunque él intentó suspirar. Seungbae le soltó inmediatamente.
–Empalmado –anunció este. Yangmi silbó, impresionada.
–Treinta y ocho segundos. Si es real podría valer una fortuna –comentó. Seungbae rió, y Tae le miró con sospecha.
–Vamos a ver esa erección.
–Cariño –le dijo con dulzura Seungbae a Yoongi –, ¿podrías levantarte, por favor? Y luego vuelves, es solo para que te vean.
Con la cara más roja jamas vista, Yoongi se levantó. A pesar de que llevaba vaqueros, se podía apreciar un bulto en sus pantalones.
–Ohhh... –dijeron todos al unísono, impresionados. Namjoon le dio una palmadita en la espalda a Seungbae.
–Bae, no has perdido cualidades. –Seungbae sonrió, y abrazó a un avergonzado Yoongi que volvió a subirse sobre su regazo.
–Amor mio –le susurró, ahora con más cariño que lujuria –, en cuanto lleguemos a casa te hago el amor como tú quieras. Y un dia de estos jugamos. Muchas gracias por levantarte. –Le besó con cariño el cuello, y Yoongi se dejó hacer. Al fin y al cabo, la noche iba a ser solo suya.
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Sugar master [Min Yoongi BDSM]
FanfictionMin Yoongi no resaltaba mucho. La gente que no era cercana a él solo sabía que era un chico pálido y callado, un poco cascarrabias y apenas entrando en los veinticuatro. Sus amigos sabían, además, que le gustaban los gatos, que era pansexual y que t...