Capítulo 1 NUEVA ERA

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Después de decidir que vestido voy a usar para el "gran evento" le dije a Marilla que me preparara un baño caliente. No podía con todo el estrés que se avecinaba: llevas toda la vida esperando esto decía mi conciencia y en realidad no era el baile lo que me molestaba, eran las personas que tendría que saludar y el gran anuncio por supuesto lo que me ponía nerviosa.

Salí del baño y empecé a prepararme, Marilla siempre hacía un gran trabajo peinándome y arreglándome. Tenía colgado y planchado un precioso vestido largo y entallado color rojo que hacía resaltar mis grandes ojos cafés y mi cabello lo había imaginado en ondas ya que Manilla las hacía a la perfección. Al final estaba muy contenta y orgullosa por cómo había resultado todo, papá va a estar feliz.

Por lo general disfruto los bailes porque hay música y entretenimiento, además todo el reino Sur está disfrutándolo. Pero es que este baile es diferente a los demás ya que todos los Reinos van a venir, así que voy a tener que ver como las princesas de los Reinos Este y Oeste tratan de llamar la atención del príncipe Max del Reino Norte.

Ya saben lo típico, según ellas son mejores amigas pero lo único que hacen es hablar mal unas de otras y sabotearse continuamente hasta quedar en ridículo.

Encaminándome hacia él gran salón junto con mi fiel compañera Marilla, siento como me aprieta el vestido casi sofocándome. Si no me matan ellas con sus comentarios y sus miradas penetrantes mi vestido lo hará.

Desde afuera se escucha la música, muchas pláticas amontonadas y risas. Hipócritas.

Al entrar todos voltean a verme, creo que es por mi vestido rojo ya que resalta mucho con mi tono de piel. Empecé a bajar las escaleras recibiendo saludos de parte de los invitados. Me dio gusto ver algunas caras conocidas, pero por supuesto también algunas malas caras de las princesas.

Fui directo a mi lugar seguro, la mesa de postres. Solo me tengo que parar ahí a platicar con Marilla y de vez en cuando comer alguna galleta, así mi padre no dirá que no socializo.

Todo está maravillosamente decorado, hermosas velas, candelabros colgados de lo más alto del castillo y la comida se ve riquísima, vaya que tenemos personas talentosas en el Reino Sur.

- ¡Qué suerte la mía de vivir aquí! Dicen que en el castillo del Reino Oeste ni siquiera saben hornear bollitos – le susurro a Marilla

- Le diré a la cocinera Elsa su cumplido – me contesta con una sonrisa

Veo de reojo como se acerca la princesa Abigail del Reino Oeste, con un vestido verde oliva y su larga cabellera rubia suelta. Hablando de la reina de roma.

- Violetta querida, que gusto me da verte – dice en tono chillón – Veo que has ganado un poco de peso

- Abigail, igualmente – contesto con una sonrisa falsa – Noto que tu voz sigue igual de chillona – digo haciendo una cara de lastima

- Como sea – me responde poniendo sus ojos en blanco – ¿Ya viste al príncipe Max? Está para morirse – dice desviando su mirada – ¡No puede ser! ¡Ella no me puede estar haciendo esto!

Volteo hacía la misma dirección para encontrarme a la princesa Elena, hermana menor de la princesa Abigail, coqueteando con el príncipe Max.

La verdad no sé qué le ven, si no fuera porque es el heredero al trono del reino más poderoso, sería uno más entre los millones de hombres.

- Le dije a esa pequeña zorra que se alejara de mi hombre – dice entre dientes - Nos veremos luego mi querida Violetta – me dice con una sonrisa y veo cómo se va apresurada.


Ya me quiero largar de este baile. ¡Qué sorpresa!

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