Me quedé sola en mi cuarto, con mi corazón acelerado. Me senté sobre mi cama. Había besado a Jake. No podía creer que había besado a Jake.
Violetta concéntrate.
Entré al baño y mientras veía mi reflejo, vi mi cara sonrojada. Intenté controlar mi respiración mientras tocaba mi pecho pero no paraba de subir y bajar.
Me lave la cara con agua helada y cuando salí del baño ya me sentía mejor.
¿Qué hora es?
Volteo a ver el reloj, 3pm.
En la madrugada me voy de este horrible reino, en la madrugada me escapo con Jake.
Salgo de mi cuarto para tomar aire fresco mientras veo como trabajan para decorar el castillo, por una boda que no pasará.
Rió por dentro. No vas a ganar Max.
Mientras caminaba por las afueras del castillo veo a muchos hombres armados llegar, ¿seguridad para la boda? o ¿preparándose para la guerra de los reinos?
¿Por dónde podríamos salir Jake y yo?
Intenté buscar una salida por las afueras del castillo pero estábamos rodeados de gente armada. Mierda.
Después de un rato decidí volver a mi habitación. Sabía que no podría descansar, pero Max iría por mi a la hora de la cena así que tenía que estar ahí.
Después de checar que vestido iba a usar para la cena, decidí darme un baño con agua caliente. Sería mi último baño en el castillo, mi último baño en el Reino Norte, mi último baño antes de convertirme en una fugitiva. Así que me tomaría mi tiempo para disfrutarlo.
Estaba nerviosa, mis manos no paraban de sudar. Cerraba los ojos y sólo podía ver los bonitos ojos profundos de Jake, mirándome con una delicadeza como si tuviera miedo de quebrarme si lo hacía muy fuerte, me sentía cuidada con él, protegida.
Éramos Jake y yo contra el mundo.
Tocaron la puerta. Ya sabía quién era.
- Tan bonita - me dijo mientras me abrazaba.
Yo no lo quería abrazar, pero no iba hacer la grosería de quitarme.
- ¿Nos vamos? Estoy hambrienta
Mientras caminábamos por el castillo me pude percatar que nos seguían los dos guardaespaldas que Max había contratado para mí. La primera misión de está cena era deshacerme de ellos, la segunda era verter la botellita que Jake me había dado en el vaso del príncipe Max. ¿Cómo le iba hacer? Ni idea.
Me sorprendí cuando llegamos al comedor. La mesa estaba decorada con pétalos de rosas y bonitas velas blancas.
- Tenemos que festejar.- me dijo el príncipe Max.
- ¿Festejar que? - le contesté sorprendida.
- Es tu última cena como una mujer soltera.
Solté una carcajada por dentro. No tienes ni idea.
- ¿Ya te encontraste con Narizón? - me preguntó mientras comíamos.
- Sí - respondí a secas.
- Después de la boda él se va.
- Por supuesto - le dije muy serena y observé como su ceño fruncido desaparecía.
Tenía que poner la botella que Jake me había dado en su trago.
- ¿Estás nervioso por la boda? - le pregunté mientras terminabamos de cenar.
- No, estoy emocionado por convertirte en mi mujer y por fin verte desnuda.
Mis ojos se abrieron como platos. Lo decía tan natural.
Lo escucho reírse. Él sabe que me apenan esos comentarios. Yo no le daba la cara.
- No te preocupes, te va a gustar.
¡Dios santo!
Mis ojos estaban en el piso. Él seguía riendo.
- Te quiero pedir un favor - le dije después de un rato.
- Lo que quieras.
- No quiero guardaespaldas.
Vi su ceño volver a marcarse en su cara.
- Va a ser mi última noche soltera y sin guardaespaldas, después de la boda los traeré detrás de mí cuando quieras - le digo rápidamente antes de que respondiera algo.
Él asintió mientras tomaba un sorbo a su trago.
Bingo.