- ¿Por qué tiene que venir Narizón? - me pregunta el príncipe Max con el ceño bien marcado y con un tono enfadado
- Porque es mi jefe de seguridad, él va donde yo vaya
- Pero sabes que jamás permitiría que te pasara algo, llevaré a 10 guardias sólo para que nos cuiden a nosotros, no es necesario traerlo a él
- Yo lo quiero a él
- Sólo nos iremos dos días
- Yo lo quiero a él
Después de unos cuantos malos gestos me dice:
- Como usted quiera princesa - mientras deja de tocar mi mano.
Y sin decirme ni una palabra más, me deja sola en esa gran habitación.
Habíamos tenido una gran comida antes de abordar el tema del viaje, no pensaba que sería gran problema decirle que iría pero también iría Jake.
Subí a mi habitación y ahí me estaba esperando.
Caminando de lado a lado con el pelo despeinado, sin camisa y agarrando su cabeza. Me quedé mirándolo desde la entrada de mi cuarto. Estaba sudando mucho y se le notaba muy nervioso y estresado. Me dio risa cuando vi su camisa extendida en mi cama, estaba esperando a que se secara.
- ¿Cómo te fue? - me dice en cuanto me ve
- Nos vamos mañana temprano, sólo serán dos días
Caminé dentro de la habitación y él se acercó a mí dándome un abrazo. Podía sentir en su espalda lo aliviado que estaba, inmediatamente se relajó.
- Que buena noticia, pensaba que no te dejaría llevarme.
- Subestimas mucho al príncipe Max, él no es así, me lo a demostrado - le digo mientras veo cómo se dirige a mi cama a tomar su camisa.
Él no me responde nada.
Después de un rato pedimos la cena a la habitación y a los pocos minutos entra Marilla para acompañarnos y cenar todos juntos.
Hace unos días Marilla se hizo amiga de Alberto, un jardinero del castillo y gracias a él ha aprendido mucho sobre todos los árboles frutales que hay alrededor. Tenía mucho sin verla tan contenta, se le puede notar un destello distinto en sus ojos. Por las tardes veo por la ventana como caminan juntos por los pasillos.
Cuando llegó a la habitación se le veía muy feliz, pero se le borró la sonrisa cuando le dijimos lo del viaje.
Como son sólo dos días he tomado la decisión que ella se quede aquí en el castillo, tenga algo de tiempo libre y pueda convivir más con Alberto por supuesto.
Sé que ella nunca me lo hubiera pedido, ella me diría que no tiene problema en acompañarme, pero la veo tan feliz que no quiero que deje de pasarla tan bien como lo ha hecho últimamente, quiero que se mantenga así de contenta.
Además, no le he platicado nada de los comportamientos raros de Jake para no preocuparla, pienso que hasta que no sepa qué está pasando en realidad no hay necesidad de meterla en este lío.
Así que después de una cena un poco silenciosa, Marilla y yo nos encargamos de hacer mis maletas.
A pesar de que solo vamos dos días es protocolo llevar diferentes vestidos porque pueden salir diferentes ocasiones para usarlos, además de que el príncipe Max no me dijo a dónde iríamos.
Se que es algo tonto y muy superficial, pero yo lo veo muy normal porque así ha sido toda mi vida. Empacamos vestidos ligeros de verano, de invierno, junto con sus accesorios para el cabello, aretes, pulseras y collares coordinados. Pinzas para el cabello, ligas, broches y diademas.
No sé muy bien cómo haré mi cabello esos dos días sin Marilla, pero estoy segura de que encontraré la manera.
Cuando salimos de mi closet Jake ya estaba dormido. Plácida y profundamente en su sillón asignado. Se veía relajado, con paz. Pareciera como si hubiera pasado mucho tiempo desde la última vez que lo ví así.
Marilla se va a su habitación y aunque insiste en despertarlo no tengo el corazón para hacerlo.
Estoy agotada, lo único que quiero es dormir.
Mientras me dirijo a mi cama se me viene al pensamiento mi padre, el como no hubiera aprobado esto, Jake y el por qué no me dice las cosas y también siento los nervios de convivir con el príncipe Max a tiempo completo.
Cierro los ojos y lo último que escucho son unos ronquidos de fondo.