Capítulo 4

16 8 7
                                    

Los rayos del sol de la mañana irradiaron mi rostro somnoliento.

Me levanté suavemente de la cama con un dolor horrible en los ojos y la cabeza,mi vista se dirigió hacia un hermoso vestido rosado y un par de tacones a juego que yacían sobre uno de los muebles de la habitación,supuse que lo dejaron allí para mí.

Me encaminé al baño el cual tenía todo lo necesario y me dispuse hacer las cosas que suelo hacer por las mañanas, como si fuera un día normal.

No quería pensar mucho, quería hacer como si nada estuviera pasando,necesitaba mantener la calma y ocultar bien en el fondo todas mis emociones.

Me vestí y caminé hasta la puerta de la habitación la cual estaba abierta,al abrirla completamente me encontré en un largo pasillo.

Las losas eran de un color blanco puro y las paredes eran del mismo color solo que con decoraciones en rosa pálido, habían cuadros y adornos lujosos por todas partes.

Visualicé una gran escalera que descendía hacia lo que supuse era la planta baja de la casa.

Bajé cuidadosamente las escaleras ya que no estaba acostumbrada a caminar con tacones.

Al bajar la gran pendiente me encontré en una espaciosa sala que al igual que el pasillo estaba repleta de adornos y flores artificiales por todas partes.

Pude ver que más al frente se encontraba una gran mesa familiar y en esta se encontraba mi padre con los tres hombres que había visto la noche anterior,al parecer estaban hablando sobre negocios y unos cargamentos que traerían la semana que viene,lo que me hizo preguntarme.

¿En qué trabajará mi padre?

Sin embargo este no tardó mucho tiempo en percatarse de mi presencia en el lugar y me habló.

-Levana hija siéntate con nosotros.-al decir estas palabras provocó que la mirada de aquellos tres hombres se centratara en mí, al igual que unos grandes ojos grises que ya había visto mucho antes.

Me acerqué a la mesa y tomé asiento y para sorpresa de todos los presentes hablé.

-Voy a hacerle algunas preguntas y espero que las responda.-expresé en un tono frío y cortante mirando fijamente los ojos de aquel hombre que se hacía llamar mi padre.

-Está bien Levana,te dije que iba a responder todas tus preguntas.-espetó e hizo un asentimiento para que comenzara a hablar.

-¿Cuál es su nombre?

-Peter Kavinsky. ¿No quieres saber el nombre de tus hermanos?

-Ellos no son mis hermanos.-sentí la tención que provocaron mis palabras en el ambiente,exeptuando la risita  sarcástica que se le escapó al pelinegro de ojos azules y expresión distante.-Y me son indiferentes sus nombres-finalicé con aquellas palabras.

-No son tus hermanos de sangre pero yo los considero mis hijos,tendrás que acostumbrarte.-dijo firme y cortante.

-¿Cuál es su trabajo?-mi pregunta volvió a crear otro aire de incomodidad entre los presentes,solo que esta vez no fue mi padre el que respondió sino el hombre cuyo semblante serio destacaba.

-¿Ensayaste tus preguntas toda la noche?-preguntó alzando una de sus tupidas cejas.

-Trevor,no tienes por qué ser así con Levana.-al parecer el nombre de este chico era Trevor y por lo visto a mi padre no lo hacía mucha gracia la manera en que me trató.

Pero Trevor se mantuvo firme mirándome a los ojos con intensidad,retándome con esos grandes y penetrantes ojos zafiro.

Y yo decidida a no dejarme intimidar por nadie en esta casa,me obligué a regalarle la mirada más distante y vacía que había logrado alguna vez en mi vida.

Bajo el mismo cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora