Capítulo 28

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¡¿Qué me estaba pasando!?

¿Por qué me molestaba tanto verlos juntos?

Estoy muy confundida ahora mismo,tengo demasiados sentimientos encontrados.

Lo único que tenía claro es que esa chica,Erica,no me gustaba para nada que estuviera cerca de Adam.

¡Y ni siquiera sabía por qué!

Mis pensamientos desordenados fueron interrumpidos por Adam que entró a la habitación.

-¿Levana estás bien?-su voz era tan suave y sincera,tan diferente a la de Trevor.

-Sí...estoy bien.

-Estás muy roja.-no mentía,el sol había sido despiadado conmigo hoy.

-Caminé 2 horas para llegar aquí bajo el sol.

-¿Qué paso con el auto?-preguntó confundido.

-Digamos que Trevor tuvo un ataque de ira.-sus ojos se abrieron de pronto y sus cejas salieron disparadas hacia arriba.

-¿Estás bien?-volvió a preguntar.

¿Por qué todos me preguntaban lo mismo?

-Sí Adam,estoy bien.-no pareció muy convencido por mi respuesta.

-Estaba muy preocupado.-musitó y me miró directamente a los ojos.

Ya casi olvidaba cómo se sentía mirar a eso ojos grises.

-¿Por qué sonríes?-inquirió este al ver la tonta sonrisa que se había formado en mi rostro por su causa.

-Por ti...-respondí.

¿¡Dios por qué dije eso!?

Este al escuchar mi respuesta sonrió justo como yo,pero en un momento su semblante cambió.Ya no estaba sonriendo,estaba serio y  pensativo...

-No entiendo Levana...

-¿Qué no entiendes?

-A ti,no te entiendo,un momento eres fría y distante como si estuvieras a mil kilómetros de distancia de mí,pero al otro momento estás muy cerca,y siento que...por ese pequeño momento tú también sientes lo mismo que yo.

Sus ojitos me miraban tan sinceros,tan transparentes.

Eso era una de las cosas que me gustaban de Adam,era tan claro,tan genuino,o al menos eso era lo que me transmitía.

¿Cómo podía explicarle que sentía exactamente lo mismo que él?

-Háblame Levana.-su voz era débil,a penas un susurro brotando de su garganta.

Todas esas veces que se había abierto a mí y yo solamente le había echo daño,y aún así lo seguía intentando.

Por más que trataba de alejarlo Adam no se rendía.Ojalá yo tuviera su fuerza,siento que cada día una parte de mí se va desvaneciendo frente a mis ojos,voy desapareciendo entre la cortina de mentiras que compone mi vida.

No podía volver hacerle daño,cada vez que hacía esto un pedacito de mi alma se destruía.

Una cosa es ver el dolor a través de los ojos de alguien y otra muy distinta es ver el momento exacto en que estos se quiebran por el dolor.

Créanme,es la peor sensación del mundo.

Eso era justo lo que me sucedía con Adam,mi alma no estaba preparada para pasar por esto de nuevo.

-Adam,yo siento exactamente lo mismo que tú.-por un momento sus ojos recuperaron ese brillo característico en ellos,su sonrisa era mágica,se le veía tan feliz.

Bajo el mismo cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora