Capítulo 5

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Entré en el cuarto y cerré la puerta,me tiré en el suelo y puse la cabeza entre mis piernas y lloré...

No podía aguantar más mi dolor,me sentía como una prisionera en esta casa,extrañaba a mi hermano,a mis amigos,a mi verdadero padre.

El que había estado conmigo desde que nací,el que había jugado conmigo,el que me ayudaba con mis tareas,el que me llevaba al doctor cuando estaba enferma,pero sobre todas las cosas el que me daba amor.

Tampoco podía parar de pensar en mi madre,¿cómo estará?

¿Estará triste por mi culpa?

¿Me estará buscando?

Preguntas y preguntas,era todo lo que tenía,ni una sola respuestas que aclarara mis pensamientos y trajera claridad a mi vida.

Me dispuse ahora a mirar un poco mi habitación,la mesa que había destruido fue remplazada por una mucho más bonita,las brillantes cortinas habían sido apartadas a un lado para que el sol de la mañana iluminara el espacio.

Entonces me percaté de que justo en frente de mí estaba una puerta que no había visto antes,la cual supuse que era la puerta del armario.

Me dirigí hasta allí y abrí la puerta pero adentro estaba muy oscuro así que busqué un interruptor para encender la luz,cuando lo encontré y lo activé me quedé sorprendida por las toneladas de ropa que había allí,al igual que los muchos zapatos y accesorios que permanecían perfectamente ordenados.

Me acerqué hacia unos jeans que sobresalían en la parte delantera de la percha y pude ver que eran de mi talla,¿cómo es que Peter sabía mi talla?

¡Nunca había visto tanta ropa y zapatos juntos en mi vida!

Después de lo que pareciesen horas de investigar mi closet,decidí cambiar mi vestuario por algo más cómodo que el vestido y los tacones.

Me vestí con unos jeans básicos,una blusa que dejaba los hombros al descubierto de color negro y unos tenis a juego.

Cuando acabé de vestirme me decidí por investigar un poco el terreno que esta gente loca llamaba casa.

Salí de mi habitación y me encontré a Diego justo en frente de mi puerta,estaba un poco sorprendido cuando me vió ya que se quedó demasido quieto.

-¿Querías algo?-hablé para saber qué hacía en frente de mi puerta.

-Oh bueno...yo quería saber si te gustaría que te mostrara la casa.

Era bueno tener un guía en el gran laberinto de escaleras y pasillos que era esta casa,el problema es que no quería hablar con nadie y Diego me parecía una persona que hablaba demasiado.

-Puedo hacerlo yo sola,pero gracias por la oferta.

-Déjame acompañarte por favor,no hablaré más de lo necesario si es lo que te preocupa.-dijo dibujando en su rostro una sonrisa irresistible,la cual hizo que mi fachada helada desapareciera.

-De acuerdo,guíame.

-¡Genial! Vamos.

Pasamos horas mirando toda las partes de la casa,tenían hasta una piscina,pero no cualquier piscina era una que al menos medía 40 metros de largo,¡en serio era enorme!

Puede que esté exagerando un poco pero no me pueden juzgar ya que la que está secuestrada soy yo,no ustedes.

Diego resultó ser una mejor compañía de lo que pensaba y acerté con la suposición de su edad ya que según me contó tenía 19 años.

Me dijo que mi padre lo adoptó cuando el tenía 3 años y que desde entonces vive con él,también me habló un poco sobre sus hermanos,el mayor era Trevor el cual tenía 27 años y Adam tenía 21.

Bajo el mismo cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora