Bajo el mismo cielo

Capítulo 11

Oscuridad...

Absoluta oscuridad...

Pero de repente una luz se alza entre las cortinas negras que bañaban mis ojos.

Esos ojos...ojos grises,sonreí inconcientemente ante esa imagen.Estaba tan hermoso como siempre,sus pupilas gris líquido tan avispados y alegres como de costumbre,una sonrisa genuina en sus labios y la gran mata de cabello azabache cayendo por su frente.

Pero algo cambió....de pronto su sonrisa desapareció,sus ojos perdían su brillo y ahora parecían tristes...cansados.

Murmuró algo que no conseguí enteder y de un momento a otro me lanzó una mirada de reproche inexplicable,me dió la espalda y se fue.

¡¡NO!!!

-¡¿Qué está pasando!?

-¡No me dejes sola Adam,por favor!

-¡Prometiste que jamás te irías!

-¡No...por favor quédate conmigo Adam!

La angustia reprimida me hacía imposible respirar,no podía...no podía verlo irse así,sin yo poder hacer nada.

Quise correr detrás de él e impedirle que se alejara de mí,  pero una fuerza invisible me lo impedía,era una tortura...

Lo tenía frente a mí...mi peor pesadilla pasando justo frente a mis ojos y yo era incapaz de hacer nada.

Trataba de moverme pero todo era en vano,de verdad traté pero no pude.

De pronto Adam se detuvo y giró lentamente su cabeza hacia mí.

¡Sí!  ¡Estaba volviendo!

Pero algo estaba mal,de un momento a otro ya Adam no estaba solo,a su lado se encontraban unos enigmáticos ojos azul profundo.

Observándome  detenidamente...viendo con esos grandes ojos todas las cicatrices dentro de mí,cada cosa oculta,cada imperfección.

Fue una sensación rara...no me gustaba lo que me hacían sentir esos ojos en ese preciso instante.

Ambos se miraron y en un segundo empezaron a emitir carcajadas hacia mí.

¿Se estaban riendo?

¿Se estaban riendo de...mí?

Cada risa y carcajada era un puñal clavándose en las profundidades de mi pecho,retorciéndose contra la carne.No entendía que pasaba,quería que pararan.

Les dije una y otra vez que pararan pero no me hacían caso.

Suplicaba...imploraba pero no era suficiente.Me sentía mal,una horrible sensación se expandía detro de mí y la única forma de sacarla era gritándolo.

-¡¡¡PAREN!!!

Desperté bañada en sudor y agitada.

¡¿Qué diablos acabo de soñar!?

Fue...perturbador.

Juro que esas risas sonaban tan reales en mi cabeza...

En un intento de borrar los pensamientos de mi mente me levanté de la cama y empecé a ejecutar mi usual rutina.

Por mi cuenta llevábamos más de 1 semana en casa de Dorian.Mi única compañía ha sido él y Demian,ya que Lynda ni siquiera puede disimular que le agrado y a Trevor...a Trevor lo he tratado de ver lo menos posible y al parecer a decidido respetar mi espacio,y la verdad le agradezco por eso.