Nada es tan fácil

Capitulo 6

Jayden

Poco antes de que Lilith y él se encontrasen.

Me escapo de la última clase aprovechando que mi madre no está en casa.

Me escapo porque me enteré antes de la última clase que Gema me ha sido infiel durante toda nuestra relación con diferentes chicos. No lo termino de asimilar porque me parece algo bastante cruel por su parte y además de cara dura, poque cada dos por tres me hacía escenitas de celos sabiendo perfectamente que se ha liado con a saber cuantos tíos.

Ahora es cuando me doy cuenta que ella nunca me quiso de verdad y que yo estaba con ella por constumbre.

Llego a mi habitación, me acuesto en la cama y dejo soltarlo todo. Todo esto que he estado guardando por muchísimo tiempo y que nunca saco. Sé que es una razón algo absurda para desarmarme, pero esto ha sido lo que me ha hecho explotar.

Decido salir al jardín todavía llorando y me recuesto en la hierba, me hace falta llorar ahora para que de aquí en adelante me vean bien y no hecho mierda.

Miro la hora y quedan 30 minutos para que mis vecinos lleguen, es decir, que puedo estar aquí haciendo de todo y nadie me va a ver.

No sé cuanto tiempo ha pasado pero sigo sacando a la luz mis sentimientos en forma de lágrimas. De repente empiezo a escuchar una voz familiar cantando Hope ur ok.

Me levanto del césped y miro la hora, quedan 5 minutos para que todos empiezan a llegar.

Busco con la mirada quién está cantando y veo a Lilith, simplemente canta perfecto, ella no me ha notado y sé que va a quedar raro que le hable así por así, pero cuando termine lo voy a hacer.

— Conque cantante, Lil — Le digo cuando termina con una sonrisa mientras aplaudo

— Em, ¿qué haces aquí? digo, estás en tu casa , em, yo mejor me voy ya — Intenta escapar nerviosa pero antes de yo hablar me mira fijamente a los ojos y se acerca lentamente sin decir nada.

La miro confuso ya que no sé por qué ahora se acerca

 — Jayden — tose — Tienes los ojos rojos y los párpados hinchados, ¿estás bien?- De repente saca su lado de psicóloga porque habla segura de sí misma y a mi me deja pensando

Mierda, es verdad que he estado llorando hace menos de 2 minutos.

Ahora el que se queda en blanco soy yo

— Jayden, no me voy a ir hasta que me digas qué te pasa o hasta que me asegures de que no has llorado y estás bien —Me vuelve a insistir y la Lilith que me habla es una distinta a la que conozco.

Intento encontrar mi voz mentalmente para no tartamudear ni que parezca que estoy mal

— He estado cortando cebolla — Busco cualquier excusa y por su cara puedo asegurar que no ha colado ni un poco. De un momento a otro empieza a caminar con decisión hasta mi jardín.

— No te creo nada, Jayden. Si no me lo quieres contar, dímelo, pero tu cuento barato del bazar que está a dos calles no es creíble, al menos para mí

— Vale, te lo cuento — digo y se le ilumina la cara — Pero, vamos a mi cuarto — Vuelvo a decir mientras hago un gesto de quitarme la camiseta para añadirle gracia a la conversación

— ¡No!, por favor, no te la quites, por favor — Contesta al instante y con nerviosismo, cosa que me confude mucho — Si quieres vamos a tu cuarto, pero por nada del mundo te quites la camiseta ni cierres la puerta