Capítulo 33

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JAYDEN

Me quedo helado ante las palabras de Alice.

No me quiero imaginar todo lo que está pasando por la cabeza de Lilith en estos momentos, miedo me da lo que pueda llegar a hacer.

Archie me asusta cuando se levanta del sofá de un sopetón.

— ¡Ellos la drogaban y podrían haberla obligado a decir eso! — Grita echándose las manos en la cabeza.

No me voy a meter porque son cosas de familia, pero actuando así delante de Lilith solo va a hacer que ella se desespere y se ponga más nerviosa.

Me está preocupando mucho que Lilith esté inmóvil y con la mirada perdida, eso sí, sigue sujetando mi mano.

— Lo sé, pero no te alteres delante de tu hermana. Archie, ella te necesita

Las palabras de Alice para tranquilizar a su hijo al parecer ayudan porque se vuelve a sentar en el sofá mientras una de sus manos las posa en una de las piernas de su hermana.

— Mami, según el abogado ya no iban a haber más juicios. Mami, me dijisteis que ya había acabado todo — Habla mi mejor amiga en un hilo de voz y me rompe el corazón en mil millones de pedazos.

Puedo ver el dolor en su voz, en sus ojos, incluso en su tacto.

— Lo siento, cariño mío, pero no esperábamos que iban a salir con eso

El dolor que refleja la madre intentando no derrumbarse por su hija me duele mucho.

— Yo me voy a mi habitación, necesito dormir — Vuelve a decir Lilith y se levanta del sofá.

— Yo mejor me voy ya — Intervengo al ver que empiezo a sobrar aquí.

— No, quédate conmigo un rato más, por favor — Pide con desesperación, lo puedo ver en sus preciosos ojos verdes. Todavía no ha soltado ni una lágrima, eso sí que me está desesperando. El mejor desahogo es llorar y me preocupa que no lo haga.

Poso mi mirada por un momento en Archie y Alice, ambos asienten con la cabeza con una sonrisa débil y no me lo pienso más.

Asiento rápidamente, los dos subimos a su habitación y al llegar a arriba rebusca algo en un cajón. Busca hasta encontrar un bote de pastillas que reconozco perfectamente, son para la ansiedad. Se toma 3 pastillas de sopetón y sin agua, cosa que me preocupa mucho muchísimo.

— Mi cielo, tomarse esas pastillas así está mal

— Lo sé, pero ahora las necesito — Sus manos tiemblan y se acuesta en la cama. Me siento en la cama como estaba hace un rato y la miro por unos segundos.

— Todo va a estar bien, Gremlin, todo va a estar bien, te lo prometo

— No me prometas cosas que no puedes cumplir, Jayden. Según el abogado, mi madre, el juez y todos, la pesadilla ya se había acabado. Me dijeron que yo podía rehacer mi vida lejos de ellos y sin necesidad de volverlos a ver y ahora me salen con esto — Respira hondo y traga grueso tratando de aguantarse las lágrimas — He encontrado mi lugar en esta ciudad, estoy empezando a disfrutar otra vez de todo y ahora no me siento preparada para contarlo todo otra vez y encima delante de ellos. Yo no puedo hacerlo, Jayden, no puedo verlos otra vez.

Me duele muchísimo verla así, me duele en el alma

— Sí puedes, Lilith, eres más fuerte de lo que piensas — Le agarro de la cara con las dos manos y se lo digo mirándola a los ojos para que vea que lo digo con toda la seguridad del mundo — Aparte, me da igual que no esté en mis manos, quiero y necesito que estés bien y yo me voy a encargar de eso.

Nada es tan fácilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora