Capítulo X

56 13 6
                                    

Catherine Smith

Al despertar, me costó demasiado poder abrir los ojos, tanto así que pensé en no hacerlo y volverme a quedar dormida, pero justo cuando fui a hacerlo, recordé a Leo y me senté de golpe, tan rápido que me mareé así que volví a recostarme ¿Dónde coño estoy?

— ¿Hola? —  Dije, al observar a mi alrededor me di cuenta que estaba en la parte trasera del auto de Emma, pero estaba sola, ni las chicas ni Venus estaban aquí ¿A dónde se han ido? 

Miré por la ventana del auto y vi que estaba fuera de la estación de policía, así que quité el seguro de la puerta (Si, me habían dejado encerrada en el auto), salí, volví a colocar el seguro y cerré la puerta.

"Supongo que estarán adentro" Me dije a mi misma. Comencé a caminar hasta la estación, pasé por las puertas y caminé hasta la recepción para preguntarle a la chica que estaba trabajando ahí si había visto a Ayleen o a Emma.

— Buenas noches —  Dios, como odiaba tener que comenzar una conversación con extraños o preguntar cosas, me da demasiada pena.

— Buenas noches ¿En qué puedo ayudarte? —  Preguntó la chica.

— ¿Por casualidad han venido unas chicas? Una bajita, pelirroja de ojos azules que usa lentes y una chica morena, delgadita de cabello negro y largo — Dije, definiendo primero a Emma y luego a Ayleen.

— Si, vinieron buscando a la señorita Cano ¿Por qué? —  Preguntó la chica.

— Vine con ellas pero me quedé dormida en el auto y apenas desperté —  Expliqué —  ¿Sabes donde están?

— Aproximadamente hace media hora salieron apresuradas junto con la Capitana al hospital, al parecer ocurrió algo grave — 

Oír eso hizo que mi sangre se congelará, comencé a temblar y mi mente empezó a imaginar miles de escenarios horribles en los que los chicos estaban gravemente heridos... o peor...

— ¿Señorita? ¿Se encuentra bien? —  Preguntó la recepcionista.

—  Yo... Si — Alcancé a decir, todo había comenzado a dar vueltas, me estaba hiperventilando y aún así, podía sentir como no había ni una pizca de aire dentro de mis pulmones, mierda, si sigo así lo más probable es que vuelva a desmayar-

Leonardo Díaz

— ¿Dónde estoy? — Dije, al finalmente abrir los ojos. Estaba dentro de una habitación, parecía un cuarto muy limpio y ordenado. Me encontraba acostado de lado y la única pared que yo podía ver era de color blanco, un blanco muy puro.

Intenté moverme un poco para acomodarme y seguir durmiendo, realmente estoy muy cansado pero cuando hice un ligero movimiento, sentí como algo jalaba mi brazo hacía atrás ¿Qué coño?

— Maldición —  Dije cuando me acomodé de manera que pudiera ver toda la habitación en la que estaba, un movimiento tan simple como ese logró que todo el cuerpo me doliera como el infierno.

Lo que me faltaba, estaba en el jodido hospital y vuelto añicos, mi mente comenzó a recordar cada segundo de lo que me había pasado, solo recuerdo haberle gritado a Bastián que sacará a Catherine de ahí y haber girado inmediatamente a luchar con ese tal Blake, sus pesados, rápidos y continuos golpes eran algo jodidamente inhumano, no soporté ni cinco minutos contra él... Pero al menos Catherine logró salir de ahí.

Habían unos cables conectados a mi brazo, pude sentir como mi torso estaba completamente vendado, sentí unas vendas en mi cabeza, un brazo estaba enyesado, al menos mis piernas estaban bien, joder.

— Lo siento, creo que me excedí un poco — Dijo una voz desde una silla que estaba en la esquina de la habitación, maldición, me asustó tanto que brinque del susto y me dolió hasta el dedo pequeño del pie — Mi error, creí que eras como nosotros.

Caminos Cruzados (Saga Pecados)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora