Capítulo XIII

62 13 9
                                        

Leonardo Díaz

— ¿Un trato? ¿A qué diablos te refieres? — Pregunté.

— Verás... — Respondió Blake — No hace falta ser alguien muy inteligente o alguna especie de adivino para darse cuenta que... Deseas ir a esa fiesta, pero ¿Por qué? ¿Acaso te preocupa que Bastián vaya y vuelva a estar a solas con esa chica?

— Eso no pasará, me dijeron por teléfono que Bastián también está ingresado en este hospital — La cara de Blake cambió por completo, como si ahora la conversación no se tratará de un simple juego, sino que ahora, parecía interesarle.

— Oh ¿En serio? — Preguntó con emoción — Qué maravillosa noticia.

Puede que ese idiota me caiga mal, pero no lo suficiente como para permitir que esté psicópata se acerqué a él, Bastián me salvó, debo devolverle el favor.

Comencé a reírme, necesito que suene lo más convincente y real posible, debo pensar en algo gracioso, cualquier tontería que me haga reír.

— ¿Qué te pasa? ¿Te la metió un payaso? — Dijo Blake confundido y, justamente eso era lo que necesitaba para comenzar a reír en verdad.

Pasaron un par de minutos en los que yo no podía dejar de reír, ya hasta había comenzado a dolerme el estómago y el mínimo movimiento causaba un dolor por todo mi cuerpo.

— ¡¿DE QUÉ TE RÍES?! — Gritó Blake entre risas también, al parecer yo se las había contagiado.

— Es gracioso ¿Sabes? — Dije yo cuando finalmente pude calmarme un poco.

— ¿Qué cosa? — Preguntó él.

— Tu cara de emoción al oír que Bastián estaba aquí — Expliqué yo — Ahora... ¿Cómo será tu cara al enterarte que era mentira?

La decepción en su cara fue notoria de inmediato, la manera en como sus ojos pasaron de demostrar alegría a irradiar furia fue simplemente gloriosa.

— Eres un asqueroso gusano de tierra — Dijo Blake furioso, antes de acercarme a mí y agarrarme del cuello de la franela, pero esta vez no me intimidará, esta vez, yo controlo la situación.

— ¿Vas a matarme? — Pregunté con una sonrisa — Pensé que me necesitabas para hacer alguna especie de trato.

Inmediatamente me soltó y volvió a sentarse en la silla en la que estaba la primera vez que entró a esta habitación.

— Tienes suerte de que te considere útil — Dijo Blake — Si no, ya habrías puesto un pie en el otro mundo.

— No lo creo, me habría caído — Dije apuntando a mis piernas enyesadas y volviendo a verlo — ¿De qué trato hablas?

— Bien — Dijo mirándome directamente a los ojos — Curaré tus heridas, quedarás completamente sano y tan pronto como le pidas un examen o una prueba a los doctores, podrás irte de aquí y ellos no podrán poner peros, pues no habrá explicación para lo ocurrido.

— Y en el caso imposible y mágico en el cual eso llegue a ser posible ¿Qué ganarías tu? — Pregunté.

— Tus servicios, necesito que alguien vigile a Bastián — Explicó Blake.

— ¿Por qué? — Indagué.

— Tengo un par de asuntos pendientes con él, pero, desgraciadamente, yo no puedo acercarme a él con la misma facilidad que, por ejemplo, tu podrías. Es por eso que te necesito — Explicó él.

— ¿Qué clase de asuntos pendientes? — Pregunté.

— Dudarás de lo que sea que yo te responda a eso — Dijo Blake — Así que traje esto conmigo.

Caminos Cruzados (Saga Pecados)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora