capítulo 5

995 66 2
                                    

Por suerte para ella llegó a Beacon Hills en treinta y seis horas más o menos.
Tenía un mapa donde marco los sitios donde habían visto la motocicleta de su madre deseando que fuera fácil encontrarla.

—Me deberá un mes de hamburguesa después de esto...

Siguiendo los puntos del mapa y preguntando a las personas si habían habían visto a Braeden se dirigió a un edificio aterrador de apartamentos que le dieron escalofríos.
Reunió todo el valor que pudo y subió siguiendo el casi nulo aroma de su madre llegando a un loft, tocó varias veces pero nadie respondió así que intento abrir pero claramente estaba cerrado así que frustrada se regreso a su Jeep.
Al final de cuentas no encontró nada en concreto ya que visito el centro comercial, el parque, una escuela primaria, y varios edificios más.

-Ahh... Solo falta el maldito bosque...

Ya era de noche y como no tenía donde quedarse se quedo en su Jeep, a lo mucho fue a una tienda y compro galletas y una cajita de leche de vainilla.
Una vez en la comodidad de su auto mando un mensaje a sus amigos para que supieran que estaba en perfecto estado.
Una vez terminó su "cena" se quedó mirando el techo del auto.

-¿Dónde están?

Pregunto al aire esperando que algo o alguien le diera la respuesta.
De una mochila saco un pequeño peluche de oso con parches y un ojo de botón que solo apretó contra su pecho.
Recordar cómo en su cumpleaños su madre hacia un pequeño pastel que le dejaba estrellar en la cara de Gellert para después huir con Stuart y los tres ir a la heladería después de comer el desayuno especial le trajo una sonrisa y a la vez un nudo en la garganta.
Cerca de las tres se quedo dormida abrazando ese peluche, deseando que al despertar su madre haya sido quien la encontró para volver a su hogar.
Al despertar fue a la cafetería más cercana y compro un café con un par de donas de chocolate.
Al salir se dio cuenta de que el amigo de Alana estaba cerca, levanto su mano, a manera de saludo, sonriendo a lo que él casi deja caer su celular pero respondió su saludo de igual manera.
No pudo evitar reír al verlo salir corriendo sonrojado, recordando las veces que hizo eso con Fran.
Quien por cierto aún seguía sin responder sus mensajes.

Después de "desayunar" se dirigió al bosque, cambio su ropa del día anterior por algo deportivo y empezo a correr, más allá de seguir con su condición física quería captar el olor de su madre pero habían varios aromas que se lo dificultaban bastante.
Llegó a un árbol o mejor dicho, lo que queda de el pues está talado.
Se sentó a pensar en donde más podría buscar ya que su manada le ayudara más adelante con lo que resta del bosque.

-Justo cuando necesito a mi papá resulta que no sabe de mi existencia.

-La vida es cruel...

Escuchó una voz a sus espaldas, por alguna extraña razón no se asustó, era como si de alguna parte lo reconociera.

-Cruel es bueno

Dijo por mera inercia ganándose una mirada extrañada de ese tipo.

-Eso a veces...

Se levantó lista para huir pero apenas dio un paso ese tipo la noqueó, en parte lo agradeció mucho pues no había podido dormir bien la noche anterior.
Cuando despertó estaba en una sillón de un departamento.
Bufó molesta consigo misma.

-¿¡Y tenias que venir sola!? Hubiera traído a mi tía Cora y a ella que se la coman

Escucho una risa de una de las esquinas de la sala por lo que miro a ese lugar con el ceño fruncido.

-Solo tienes que responder tres preguntas y depende de las respuestas te dejo ir

Daniela no quiso evitarlo y solo lo miró con fastidio antes de responderle.

la hija de Derek HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora