Navidad

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Jungkook se giró despacio en la cama, cuando un rayo de sol le acarició directamente en los ojos. Se encontró con la espalda de su alfa, que se movía arriba y abajo conforme sus calmadas respiraciones. Inconscientemente sonrió enamorado mientras llevaba ambas manos a su vientre, al recordar la hermosa noche que pasaron. Se acercó a su moreno despacio, posando su brazo izquierdo alrededor de la cintura ajena, inhalando profundo el delicioso aroma de su mayor. Le besó en la nuca y luego trazó un tren de besitos húmedos hacia el hombro marcado de su esposo. Joder; la piel tersa, firme y acanelada de su alfa olía tan bien y sabía deliciosa bajo sus belfos. Hoseok abrió los ojos luego, cuando los besos, el aroma de su pareja y la manito tímida que le acariciaba el abdomen con dulzura comenzaron a sentirse mejor y más precisos. Tomó la mano de su esposo para acariciarle la palma, en el mismo momento en que Jungkook dejaba un último beso en su cuello. 

-Buenos días, corazón -dijo el omega con voz ronca y entre suspiros, reposando su cabeza en la espalda de su alfa. 

Hoseok sonrió encantado y muy lento se giró para verle a la cara. 

-Buen día, mi conejito -respondió en el mismo tono de voz, robándole un besito-. Y buenos días a ti también, mi amorcito -agregó hacia el vientre plano de su pareja, acariciándole con cariño y delicadeza, haciendo reír a su omega.

-Amor, el bebé todavía no puede escucharte. 

El alfa rio un poquito y se acercó de nueva cuenta a los labios de su pareja, mientras su mano bajaba despacio hacia el trasero del omega, tomando su pierna desnuda izquierda para subirla sobre su cadera. 

-Que pena que no pueda oírme, porque no sabrá entonces cuál es el regalo para ambos. 

-¿Mi regalo? 

Hoseok le sonrió encantado, cuando los ojitos de su esposo brillaron con un sin fin de estrellas. 

-Cierra los ojos, bebé. 

Jungkook obedeció en seguida, ansioso por saber qué era lo que su alfa le había comprado ese día. El lazo se sentía fresco y sus lobos ansiosos; ealfa divertido y el omega curioso por conocer su presente. Hoseok abrió su armario y tan sólo con la vista buscó la bolsa violeta pastel que se encontraba escondida entre sus ropas. Cuando lo tuvo entre sus manos se acercó a la cama de nuevo, donde su esposo le esperaba sentado, cubierto por las sábanas de la cintura para abajo. 

-Abre los ojos, bonito. Feliz navidad. 

La sonrisa de Jungkook y el aroma delicioso que desprendió a continuación, que hizo que el lazo se tensara y aflojara un par de veces, provocó una carcajada pequeña en el mayor. Era una bolsa de la marca de lencería favorita del omega. El menor abrió la bolsa con cuidado, encontrándose con una hermosa camisa de seda blanca, dos talles y medio mayores que la suya, rociada por unos de los perfumes de su alfa que hacían a su lobo retorcerse por la esencia. 

-Compré una grande para que puedas usarla cuando tu vientre crezca este invierno. 

-Hobi, me encanta -dijo en voz baja, subiéndose sobre el regazo de su esposo, para abrazarlo por el torso y luego llenarle de besos el rostro y el cuello-. Gracias, alfa. 

-No es nada, amorcito. 

-Ahora deja que te entregue mi regalo. 

Despacio, el omega salió de la cama, sintiendo su cabeza dar vueltas por un momento. El frío de la madera le erizó los vellitos, por lo que con prisa buscó la bolsa con el presente para su esposo. 

-Jungkookie, ven aquí, vas a enfriarte. 

Tan rápido como pudo subió a la cama, permitiendo que su esposo le envolviera entre sus brazos y le cubriera el cuerpo desnudo con la manta. 

𝕌𝕟 𝕓𝕖𝕓é 𝕡𝕒𝕣𝕒 𝕖𝕝 𝕚𝕟𝕧𝕚𝕖𝕣𝕟𝕠- ♡HK♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora