Luego de una erótica, divertida y muy plancentera luna de miel en Hawaii, un bebé no hace mal, ¿verdad?.
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Donde Hoseok y Jungkook experimentan el primer embarazo del menor, con todos sus sentimientos nuevos, mareos, antojos, deseos, llantos, ri...
Las mañanas heladas del país, sólo hacían que Jungkook tuviera más ganas de quedarse todo el día en la cama, acurrucado al lado de su alfa. Si le preguntaran, diría que le encantaba, esto de despertar con el rostro y labios hinchados por los besos y las caricias en su abdomen, muslos, rostro y cabello. Si de esto se trataba estar en el paraíso, entonces en serio no quería que nada ni nadie le sacara de ahí. Porque sólo su Hobi podía hacerle sentir así de seguro, así de amado y así de calentito.
-Amorcito, tenemos que levantarnos -dijo Hoseok entre besos, sin poner mucha resistencia de su parte para detener los belfos de su esposo. Sintiendo a su lobo gemir triste, al saber que pronto esas caricias por parte de su omega iban a llegar a su fin.
-Hobi, no quiero -lloriqueó Jungkook, dejando un último trío de besos en sus suaves labios.
-Si nos levantamos ahora y vamos al centro comercial por los regalos de nuestros sobrinos, entonces te invito a un almuerzo en donde tú quieras -propuso con una sonrisa.
-¿Y si no lo hacemos? ¿Qué me harás, alfa? -preguntó coqueto.
-Pues… voy a llamar al monstruo de las cosquillas.
Jungkook sonrió divertido, cuando sintió el lazo de repente fresco y a su mayor enviar ondas de entusiasmo.
-Llámalo entonces y dile que lo espero a la vuelta de las compras -declaró sentándose de repente y saliendo de la cama en un abrir y cerrar de ojos.
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-¿Te gusta éste, cariño? -le preguntó Hoseok, enseñándole un robot de juguete que encendía luces y tenía unos diálogos grabados.
-Un poco. Tiene una apariencia violenta. ¿No crees que Bo Gum hyung va a enojarse con nosotros?
-Bueno, si gustas podemos ver otra cosa.
-Ropa no. Bon Hwa me dijo que no quiere porque ya es un niño grande.
-¿Y eso qué tiene que ver? -preguntó el mayor, aguantando la risa.
-No lo sé -respondió el azabache entre risas-. Tal vez lo mejor sería regalarle un pack con perfumes.
-De acuerdo entonces, vamos a la perfumería.
Salieron de la juguetería una vez y pagaron todos los juguetes para sus pequeños sobrinos. Hoseok llevaba la mayoría de las bolsas y Jungkook tan sólo dos de tamaño mediano. El alfa se apresuró a tomar a su azabache por la cintura, cuando salieron a los pasillos notando que estaban más que repletos. El omega reposó su cabeza en el hombro de su alfa, dejándose guiar por él hacia la perfumería, cuando un pequeño mareo le hizo cerrar los ojos y respirar profundo.
-¿Imaginas cuando nuestro cachorro nos diga esas cosas? ¿Que ya es un niño o una niña grande? -preguntó el mayor con una sonrisa.
Jungkook soltó una risita, mostrando sus perlados dientes de conejito.