Luego de una erótica, divertida y muy plancentera luna de miel en Hawaii, un bebé no hace mal, ¿verdad?.
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Donde Hoseok y Jungkook experimentan el primer embarazo del menor, con todos sus sentimientos nuevos, mareos, antojos, deseos, llantos, ri...
Por fin, las vacaciones navideñas habían llegado y como era de esperarse, ahora los árboles, teñidos de blanco, adornaban de pies a cabeza la ciudad de Seúl. Jungkook estaba más que feliz, no había tenido tantos mareos en el día y ni siquiera sintió náuseas esa mañana. Hoseok llegaría pronto, con unos cuantos ingredientes más para la cena de mañana y Jungkook ya tenía claro que al regresar se echarían en la cama o en el sofá, para acurrucarse un rato, tal vez ver una película y de seguro comerse a besos luego. Estaba muy emocionado. Y para su suerte, su alfa ya se encontraba parado en el ascensor del penthouse, provocando que su lobo aúlle emocionado y el alfa respondiera ansioso por saber qué era aquello.
-Amorcito -llamó cuando estuvo fuera del ascensor-, ya lle-
-Hobi -chilló el omega, haciendo aegyo provocando que el alfa aullara encantado, al percibir mejor ese delicioso aroma a vainilla, chocolate, caramelo y leche de su azabache, dejándose besar y abrazar-. Te extrañé, alfa bonito.
-Yo también te extrañé, mi conejito. ¿Por qué tanta emoción? -quiso saber, sin borrar su sonrisa acorazonada y permitiendo que omega le jalara de la bufanda para unir sus labios otra vez en un pequeño pero intenso beso.
-Corazoncito, es Noche Buena y estoy seguro de que haremos lo de todos años y nos dormiremos tarde por tanto hacer el amor en la cama -explicó, más que alegre.
Las mejillas y orejas de Hoseok se tornaron rojas. No hacía falta mencionar ese detallito, pero si de eso se trataba ver la sonrisa de conejito de su marido, entonces no diría nada al respecto.
-Bueno entonces, me alegra saber que estás emocionado por esta noche, porque tengo un plan en mente distinto para este año.
-¿En serio? -dijo el menor, abriendo sus ojitos en demasía, permitiendo que el brillo en ellos se apreciara mejor.
-Así es, mi vida. Si nos vamos dentro de una hora y media, llegaremos en el momento ideal. Así que ve y tómate todo tu tiempo para arreglarte, mi amor, tengo una sorpresa para ti.
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Jungkook se dejaba guiar por su alfa, hacia ese misterioso lugar sorpresa que el castaño en ningún momento quiso revelar. El lazo se sentía como una mezcla entre entusiasmo, nervios y ansias, acompañado por un dulce calorcito que le hacía tensarse levemente.
-Bueno, ya puedes abrir los ojos, cariño.
Despacio, los orbes marrones del omega se acostumbraron a la luz. ¿Encontrándose con un pasillo?
-¿Dónde estamos, corazón?
-Ya verás… sólo dime si quieres color blanco o azul.
Cuando Hoseok llevó a su omega hacia la parte trasera, Jungkook sintió que podía desfallecer ahí mismo. Una enorme pista de hielo, con familias y parejas patinando por doquier acompañado por una música divertida se encontraba justo frente a ellos.
