Películas

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Hoseok terminó de trabajar en su computadora y luego de apagarla la cerró con cuidado. Estiró el cuello hacia atrás y se recargó en la silla negra del comedor, provocando que sus músculos entumecidos se estiraban finalmente y sus huesos sonaran fuerte en su zona lumbar. Estaba más que cansado y sólo deseaba acurrucarse con su omega hasta que el sueño le venciera. Jungkook llegó al comedor sosteniendo un vaso de agua en sus manos, vistiendo uno de sus suéteres grandes y pantalones calentitos. El azabache se acercó hacia la mesa y tras dejar el vaso de vidrio cerca de la computadora, rodeó el asiento donde se encontraba su esposo y enrolló sus brazos en el cuello del castaño. 

—¿Terminaste, corazón? —preguntó con voz dulce, robándole un besito en la mejilla y obteniendo un sonido grave a modo de afirmación por parte del mayor—. Estás cansado, mi alfa. ¿Qué te parece si vemos una película en el sofá y luego nos dormimos juntitos? 

—Me agrada la idea. 

Jungkook sonrió para sí y Hoseok tiró la cabeza un poquito más hacia atrás. El omega le miró con una sonrisa y sin más le dejó un beso lento en los labios. 

—Prepararé palomitas. Tú escoge la película, mi amor. 

Con el sofá acomodado de modo que en el centro entraran dos cuerpos envueltos en una gran manta y a la vez sean rodeados por cojines pequeños, el joven matrimonio finalmente pudo sentarse a ver una película a eso de las siete de la tarde

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Con el sofá acomodado de modo que en el centro entraran dos cuerpos envueltos en una gran manta y a la vez sean rodeados por cojines pequeños, el joven matrimonio finalmente pudo sentarse a ver una película a eso de las siete de la tarde. Jungkook llegó a la sala con un bowl lleno de palomitas dulces y tras quitarse las pantuflas de conejito se sentó junto a su alfa, recostando parte de su peso en el pecho del susodicho. 

—¿Qué vamos a ver? —preguntó el omega.

—El Hobbit. 

—Uh, me gusta. Nunca vimos esa. 

Hoseok le beso en la frente antes de ponerle play al enorme tv frente a sus ojos. La película dio inicio, y a medida que la historia avanzaba, la pareja se perdía más en su mundo que en el fantástico de la televisión. Jungkook alimentaba a Hoseok de vez en cuando, y viceversa, regalándose sonrisas bobas de por medio que se cortaban cuando sus labios no podían soportar un segundo más la distancia. Beso tras beso, terminaron perdiéndose a mitad de la película y Jungkook supo muy bien, que cuando Hoseok recostó mejor la espalda en el sofá y abrió apenas las piernas, lo tuvo totalmente a su merced. Por eso se subió a horcajadas sobre su regazo y se besaron mientras sus manos se encontraban nerviosas entre sus cuerpos. La cintura de Jungkook estaba levemente más ancha de lo que Hoseok recordaba, pero eso, lejos de molestarle, le conmovía hasta la médula; al saber que su esposo estaba creciendo, junto con el cachorrito dentro suyo. 

—Hyung, ¿has visto que mi barriga ya está creciendo? —le preguntó entusiasmado cuando hicieron una pausa en su sesión de besos. 

—Por supuesto que lo he notado, mi amorcito. Nuestro cachorro está más grande. ¿Y has tenido dolores en el abdomen?.

𝕌𝕟 𝕓𝕖𝕓é 𝕡𝕒𝕣𝕒 𝕖𝕝 𝕚𝕟𝕧𝕚𝕖𝕣𝕟𝕠- ♡HK♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora