Inspirado

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Jungkook despertó esa mañana del viernes, con una sonrisa enorme en el rostro, luego de su clase de yoga. Hoseok no estaba en casa, había salido temprano en la mañana para asistir a la escuela y retirar unos papeles. Lo supo cuando encendió su teléfono y leyó los tres mensajes de buenos días de su marido, que hicieron a su lobo aullar enamorado. Cerró los ojos un segundo y prestó atención a su lazo, que estaba tibio y sereno, típico de su alfa cuando atendía situaciones laborales. Observó el techo con una sonrisa, como si la pintura blanca sobre su cabeza fuese lo más interesante y divertido del mundo, y se quitó las sábanas de la cintura para comenzar su día. Ese mañana no sentía dolores, sino una extraña euforia matutina. 

Con la música encendida a un volumen medio, Jungkook se encargó de hacer todas las tareas domésticas con una sonrisa

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Con la música encendida a un volumen medio, Jungkook se encargó de hacer todas las tareas domésticas con una sonrisa. De alguna forma se sentía libre, fresco y tranquilo. Era tal vez el clima, que prometía un hermoso día hasta al menos las seis de la tarde. El omega se movía con agilidad y coquetería natural lado a lado en las habitaciones, mientras cantaba una canción que se había quedado parada en su cabeza o se daba caricias en su barriga apenas abultada. 

El almuerzo de ese día estaba más que listo a eso de las once y cuarenta y cinco de la mañana; tiempo en que el joven omega soltó un suspiro satisfecho y tras quitarse el delantal de cocina, se dirigió a la sala en busca de su cuaderno de dibujos. Tenía una idea un tanto loca en su cabeza, que quería probar para luego hablarlo con su esposo. 

Tomó el cuaderno amarillo pastel de la estantería sobre el tv y un lápiz del portalaciero, luego, se encaminó al sofá para dibujar con calma. Línea tras línea y sombra tras sombra, el omega pronto obtuvo en su hoja pantalones pequeños, bodys, remeras de manga larga y corta, vestidos con posibles estampados y hasta adorables pares de zapatillas, zapatos y sandalias. 

—Me pregunto cuál será tu sexo, mi cachorrito pequeño. Aunque no me importaría si fueras niña o niño, puesto que mami te amará del mismo modo —habló para su vientre, mientras lo acariciaba por sobre la tela de la camisa de su alfa. Había leído en un sitio web que los omegas, tanto hombres como mujeres, eran llamados madres por sus cachorros. Además, decían que hablar con tu bebé facilitaba su reconocimiento cuando naciera. 

En ese momento, donde su lobo estaba tan concentrado en mimarse a sí mismo y su bebé, el sonido del ascensor los sacó de su burbuja. El omega alzó las orejas enseguida, calmándose al instante en que escuchó la voz de su alfa desde la entrada. 

—Amorcito, ya llegué. 

Jungkook sonrió encantado para sí y corrió pronto al encuentro con su mayor. 

—Bienvenido, corazón —respondió el azabache con una voz dulce que hizo que el alfa se retorciera como cachorro. 

Hoseok no dudó un segundo en llenar de besos el rostro de su esposo, morderle apenas los labios y envolverlo tanto como podía entre sus brazos. 

—¿Cómo estuvieron, mis bebés?.

—Muy bien, hice las tareas de casa y hasta te preparé un kimchi tal y como te gusta —anunció con una sonrisa.

—Aigoo, conejito, no tenías que…

—No aceptamos un no como respuesta, alfa. Así que ve a lavarte las manos para poner la mesa —declaró el menor, empujando entonces a su esposo hacia los peldaños de la esquina.

—Enseguida, mi omega. 

—Amor —dijo el omega con su cuaderno en manos, sentándose sobre las piernas de su esposo, que bebía agua en la mesa

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—Amor —dijo el omega con su cuaderno en manos, sentándose sobre las piernas de su esposo, que bebía agua en la mesa.

—Dime, mi vida —respondió con voz serena, acercando su rostro a la nuca de su menor, para depositar allí un pequeño y ruidoso beso, mientras sus grandes manos se apoyaban generosas sobre el vientre casi mediano de su omega. 

—Hace unos días me surgió una idea. Pensé en hacer una línea de ropa para infantes de todas las estaciones y… hoy dibujé algunos bocetos —explicó el azabache, enseñándole sus dibujos al mayor, que se retorció apenas en su lugar, al sentir una corriente eléctrica bajar por su espina dorsal, provocando que su lobo enviara olas de entusiasmo a través del lazo. 

—Están muy bonitos, cariño. ¿Se lo dijiste a Jisoo ya?. 

—Todavía no. Aún no estoy seguro y pienso que éstos diseños son muy básicos —admitió dejando su cuaderno sobre la mesa.

—Entiendo. Entonces, ¿qué me dices si ahora vamos a acostarnos un rato, nos damos mimitos y luego te llevo a tus lugares favoritos para buscar inspiración? —propuso el castaño con voz rasposa y serena, apretando débilmente las caderas de su esposo, liberando sus feromonas frescas y sonriendo encantado cuando su pareja se removió sobre su regazo, tocándole el cabello de la nuca con la yema de sus dedos de la mano izquierda. 

El lobo del azabache batió la cola enseguida, emocionado por la propuesta de su mayor. Jungkook no pudo evitar sonreír, parándose entonces para sentarse a horcajadas sobre el regazo de su marido y así plantarle un casto beso en los labios. 

—Me encanta la idea, corazón. ¿Nos llevas a la cama? —preguntó coqueto el azabache.

—A la cama y a donde quieras, mi príncipe —sonrió el alfa, tomando a su esposo al estilo nupcial.

—A la cama y a donde quieras, mi príncipe —sonrió el alfa, tomando a su esposo al estilo nupcial

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Se viene un maratón de cuatro capítulos seguidos así que atentxsss ;).
Gracias por leer🥰

🦋Peri♡~

𝕌𝕟 𝕓𝕖𝕓é 𝕡𝕒𝕣𝕒 𝕖𝕝 𝕚𝕟𝕧𝕚𝕖𝕣𝕟𝕠- ♡HK♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora