Capítulo 44

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ABI

Cuando creí que ya me estaba acostumbrando a la vida de los Collingwood, me volví a sentir como un pez fuera del agua cuando me di cuenta que acabábamos de poner pie en Italia. Todos parecían tan relajados y definitivamente no compartían la misma emoción que yo (a excepción de Amanda). Pero no me importaba, estaba agradecida de poder visitar un lugar tan maravilloso con esta familia. Mi familia.

__¿Se lo imaginaban? __preguntó Amanda mientras todos caminábamos por la pista.

__Imaginé que sería en Europa __confesó Aiden y pasó un brazo sobre los hombros de su madre.

__Se me hizo tan largo que por un momento creí que íbamos a Japón o algo así __dijo Ashley y todos comenzamos a reír.

__¿Qué me dices de ti, Abi? __me preguntó James, que redujo el paso para que lo alcanzara.

__No tenía ningún lugar en mente __reí y me encogí de hombros.

Las ruedas de la maleta chirriaban contra el asfalto y me pareció un sonido emocionante. Cuando arrastras la maleta, significa que estás yendo a un lugar nuevo. No solía sucederme antes, ya que solo cargaba con un bolso que apenas podía llenar, y no encontraba nada emocionante el cambiar de hogar cada tanto. Pero empacar una maleta, ahora era distinto. Indicaba que la aventura estaba cerca.

El destino final era aún secreto. Acabábamos de aterrizar en Nápoles, pero en realidad teníamos un corto viaje en coche hacia el lugar donde pasaríamos las fiestas. Me pasé todo el viaje pegada a la ventana. Observé cada detalle que mi vista era capaz de captar. Las calles, los edificios, la gente. Dejamos Nápoles atrás, y comenzamos a tomar caminos sinuosos que desembocaron en una costa que me dejó asombrada.  La ruta que bordeaba la costa, dibujaba el contorno de la montaña y alternaba la altura. Por momentos estaba cerca del agua, y por otros estaba más arriba. Estaba atardeciendo, el sol se ocultaba detrás de la montaña, y contemplé la belleza de las casas y sus luces sobre la montaña. Bajé la ventana y respiré el aire cálido que chocaba contra mi rostro y hacía danzar mis cabellos sueltos.

Los coches frenaron en una parte baja de la ciudad, muy cerca de la costa.
Comprendí entonces, que no íbamos a instalarnos en un hotel. Algo mucho mejor que eso.

__Es fabuloso __comentó Ashley y miró con adoración hacia la costa.

__Creo que es lo suficientemente grande para todos nosotros __dijo Amanda con una sonrisa.

Desvié mis ojos para ver lo que estaban viendo, y me quedé sin aire. Era imponente, una preciosidad. No podía creer que iba a pasar unos días en lo que me parecía el yate más grande del mundo. ¿Cómo era posible que existiera algo así?

Busqué a Aiden con la mirada, que estaba bajando las maletas, pero él ya me estaba observando desde antes. Una sonrisa cómplice. Un gesto que me hacía explotar por dentro. Felicidad. Quería abrazarlo y contemplar juntos el paisaje. Tendría que conformarme con cerrar los ojos e imaginarlo.

Caminamos por las plataformas flotantes que nos acercarían hacia el yate y subimos a través de una rampa provisoria que conectaba con el piso del medio. Todo estaba perfectamente iluminado y literalmente todo parecía brillar como nuevo. En el exterior había una mesa con varios sillones alrededor, y unas puertas corredizas que llevaban a un amplio comedor, y detrás, casi oculta, una cocina enorme.

__Las habitaciones están abajo __informó el hombre que nos había recibido.

Nos enseñó el camino y bajamos por unas escaleras estrechas. El suelo estaba alfombrado y casi que no hacíamos ningún ruido al caminar.
Amanda y James se instalaron en la suite, y Nathan se lanzó sobre la primer habitación con cama matrimonial que encontró.
Solo había otra habitación más con varias camas individuales.

__Quítate de ahí, mocoso __lo regañó Ashley y cruzó la puerta__Esta habitación es nuestra __espetó y me mantuve detrás de ella.

Nathan nos fulminó con la mirada.

__Pueden dormir con ellos en la otra.

__Anda, vamos a la otra y dejemos a las chicas solas __lo animó Aiden y lo miré agradecida.

No tenía ganas de dormir con ellos, sabiendo que podrían roncar o tirarse gases sin ningún reparo. Me gustaba dormir con Ashley.

__Me lo debes __Nathan se rindió y le enseñó la lengua. Se levantó de la cama y arrastró los pies hacia la otra habitación.

__¡Genial! __comentó Ashley y se adentró rápidamente en la habitación.

No era tan grande como la suite, pero estaba perfecto ya que la utilizaríamos solo para dormir. Toda la pared estaba bordeada por cajoneras que también servían para apoyar cosas encima, y habían dos ventanas ojos de buey para poder echar un vistazo hacia afuera.
La tripulación nos alcanzaron nuestras maletas y dejamos todo allí sin tocar ya que queríamos recorrer el yate.

__¡Vamos! __me llamó Ashley y la seguí__Habíamos alquilado yates en el pasado pero creo que este es el más grande hasta ahora __dijo emocionada.

Subimos por las mismas escaleras y nos encontramos con nuestros padres hablando con los de la tripulación. Les estaban comentando cuales eran los planes y que mañana navegaríamos un poco por la zona. Al parecer nos habían preparado la cena y en unos minutos estaría lista.

Asentimos en que volveríamos en un momento, y comenzamos a recorrer el yate. Bordeamos el estribor del barco para llegar a la proa y nos encontramos con un amplio espacio cubierto por colchones blancos para tumbarse.
Ashley y yo nos lanzamos sobre ellos al instante y comenzamos a reírnos.

__¡Qué hermoso atardecer! __suspiré observando la montaña y el cielo rosado que se alzaba tras ella.

Caleb apareció al cabo de unos segundos y comenzó a tomarnos fotografías con aquel hermoso paisaje.
Aiden y Nathan aparecieron también y pronto se nos unieron, dejándose caer sobre los colchones.
Permanecimos los 5 recostados por un buen rato, contemplando el atardecer y como la costa comenzaba a oscurecer a medida que el sol se ocultaba. Las luces de las casas resaltaban aún más entonces y quise que este momento durara para siempre.
Aiden se las arregló para rozarme la mano con los dedos sin que los demás se dieran cuenta. Me sonrió con ternura y se la devolví con la misma calidez.
James nos llamó para avisarnos que la cena estaba lista y nos levantamos con pereza.

__Muero de hambre __comentó Nathan, quien lideró la fila apresurado por saber qué había para cenar.

Ingresamos al interior y la mesa ya estaba perfectamente acomodada. Tomamos asiento, y mientras conversábamos, la tripulación nos trajo la cena.
No estaba segura de si habían cocinado ellos ó de si habían traído la comida de otro lado. No pregunté.

__Mañana dan como 20 grados __informó Amanda.

Todos estábamos muy ansiosos de comenzar a disfrutar las vacaciones. De disfrutar la calidez del clima que tanto extrañábamos. Estábamos en invierno aquí también pero por alguna razón estaban tocando días no tan fríos. Supongo que el calentamiento global tuvo algo que ver.

Terminamos de cenar y nuestros padres se retiraron a su habitación ya que estaban agotados. Los demás nos quedamos conversando un rato más, bebiendo un par de cervezas hasta que el cansancio nos alcanzó.
Ashley fue la primera en irse, quien se aseguró de darnos un beso de las buenas noches a cada uno. Al rato la siguió Nathan, y Caleb aprovechó para hacer una videollamada con Vicky.
Me cambié de lugar y me senté junto a Aiden, apoyando mi cabeza sobre su hombro.

__Te extraño __susurró.

Observé a Caleb conversando con Vicky, y deseé que estuviésemos solos para poder besarlo sin sentirme incómoda. Aún me costaba hacer demostraciones de afecto frente a Caleb, a pesar de que viviésemos juntos y supiese que dormía con Aiden todas las noches.

__Yo también __suspiré y le acaricié la pierna.

Levanté la cabeza y me aseguré de que no hubiese nadie espiando desde la puerta o las ventanas, y me animé a besarlo suavemente en los labios.

__Te quiero __dije aunque ya se lo hubiese dicho miles de veces, aunque no hiciera falta decirlo, porque ahora mismo esa era la única forma que tenía de demostrárselo.

Bajo El Mismo Apellido ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora