Capítulo 30

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ABI

Mis ojos no podían despegarse del reloj que colgaba en la pared del salón. Tampoco podía dejar de chequear la hora en mi móvil, por si acaso. Faltaban cinco minutos para que la clase terminara, pero no podía largarme. El profesor estaba pasando lista y aún no había dicho mi nombre.
La chica que se sentaba a mi lado no dejaba de mirarme sin disimulo.

__¿Quieres una foto? __le pregunté.

Desvió la mirada al instante y se removió incómoda en su asiento.

__Collingwood __escuché al profesor decir mi nombre y por un momento creí que me estaba regañando por algo.

__Presente.

Como el resto de las personas que ya habían sido nombradas, me levanté de mi asiento y arrastré los pies hacia la salida.
Había quedado con Aiden  dentro quince minutos en su casa. Nunca había ido y no era ese el hecho que me pusiera nerviosa, sino de lo que íbamos a hablar.
Estaba más que claro que con el numerito que me había montado en el jacuzzi, había puesto fecha de caducidad a mi antigua declaración. La cual no había llegado a mantener ni una semana. Y no era justo para Aiden que yo diera más vueltas que un carrusel, así que por eso mismo habíamos quedado hoy. Teníamos que tomar una decisión al respecto.
Por mi parte no había dejado de pensar en lo que mi mejor amiga me había aconsejado, lo cual era completamente opuesto a lo que mi entrenador me había sugerido. Sin embargo, cuando pensaba en considerar la idea de Kieran, me parecía mucho más atractiva y lógica la idea de Vicky. 

Me monté en mi precioso New Beetle y conduje hacia la dirección que Aiden me había enviado ayer por la noche. No habíamos conversado nada sobre lo sucedido en el jacuzzi, que de todas formas no había ido mas allá de unos besos. Noah nos había interrumpido nuevamente y agradecí que lo hiciera ya que hubiese sido peor que Caleb nos encontrara en una situación mucho más comprometedora. Y pues entonces no volvimos a encontrarnos solos al día siguiente. A la noche cuando llegamos a casa con Vicky, recibí un mensaje de él diciendo que quería quedar hoy por la tarde.  

Aparqué en frente de su casa y le envié un mensaje haciéndole saber que estaba en la puerta. Me bajé del coche y caminé hacia la puerta principal. La casa se veía bonita  y parecía más grande que la mía. Estuve a punto de sonreír cuando escuché que Aiden abría la puerta, salvo que no era él. Una sonrisa increíblemente burlona apreció en el rostro de Trevor cuando se topó conmigo.

__Vaya, prima. Esto sí que no me lo esperaba __dio unos pasos hacia adelante y fingió que me daba un abrazo cargado de cariño. Mis brazos no se movieron y mi mirada se dirigió al chico pandillero. Alec, si mal no recuerdo.

__Qué tal __me saludó y comenzó a jugar con el piercing que le abrazaba el labio inferior.

__Hola __le devolví el saludo y volví a mirar a Trevor cuando se alejó de mi.

__Te daría un tour de nuestra mansión, pero tengo una cita __se echó a reír.

__Pues no te robo más de tu tiempo __sonreí falsamente y puse los ojos en blanco.

__Ya lárguense de una vez __les ordenó Aiden desde el umbral de la puerta.

__Nos vemos luego, primos __dijo Trevor haciendo énfasis en la última palabra. 

Le borraría la sonrisa de una piña.

Ambos siguieron caminando por la calle y no esperé ni un segundo más para alejarme de aquellos dos. Me colé dentro de la casa antes que Aiden me invitara a pasar.

__Hola __me saludó luego de cerrar la puerta.

__Hola __sonreí y casi podía sentir mis mejillas incendiándose. Por dios, que tonta.

Bajo El Mismo Apellido ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora