AIDEN
Exactamente siete días después de la fiesta de Ashley, tuvimos el placer de conocer la casa a la que pronto nos mudaríamos. Solo necesitaban nuestra aprobación para que nuestros padres compraran la casa. Sí, comprarla. Lo cierto es que teníamos asegurados unos cuatro o cinco años como mínimo en la universidad y haber alquilado una casa por tanto tiempo sería una pérdida de dinero. La opción más viable sería invertir en ella y luego venderla cuando ya no fuésemos a utilizarla más. En mi opinión, nuestros padres no necesitaban nuestra aprobación. Sabía que ellos elegirían un buen lugar para sus hijos e incluso dudaba de que fuese a ser mucho más de lo que realmente necesitábamos.
El Domingo fuimos a visitar la casa con Caleb y Abi. Aún no le habíamos preguntado a Vicky ó a Noah si querían mudarse. Primero queríamos asegurarnos de tener lugar suficiente.
Dos agentes inmobiliarios trajeados de negro se presentaron en la entrada y nos dieron un tour por la casa. A primera vista se podía ver que era de una planta y de aspecto minimalista. Había una puerta amplia en la entrada, que era demasiado alta y parecía pesar toneladas. Al costado había un portón doble entrada de vidrio opaco que parecía ser el garaje. Bien, puntos por el amplio garaje.
Detrás de la puerta, un salón iluminado y espacioso nos quitaron el aliento. No necesitaba ver más para saber que nuestros padres habían elegido una opción demasiado lujosa. Me daba la impresión que habían buscado un lugar que se asemejara a nuestro hogar.
La casa tenía calefacción centralizada, pero aún así había una larga estufa de bioetanol que adornaba una de las paredes que estaba decorada con hermosas piedras de distintos grises. Estaba amueblada en su mayoría, sin embargo carecía de todo tipo de electrodomésticos.
Un sofá rojo de cuatro cuerpos descansaba frente a una pared, donde se suponía que debería haber un televisor. Abi había admirado con emoción cada detalle que había sido diseñado especialmente para la casa. Una de las paredes de camino a la cocina, tenía una vidriera que cubría una bodega impresionante. Habían decenas de botellas almacenadas perfectamente en la pared. Me pregunto cuánto tardaríamos en vaciarlas todas.
Como era de esperarse, la cocina era casi tan amplia como el salón. Mármol blanco cubría todo el suelo y las paredes. Una barra para desayunar se extendía en una punta y más alejado había una larga mesa de roble. Me fascinaba.
Al fondo de la casa, las habitaciones bordeaban el jardín. Un pasillo, que tenía ventanales que iban desde el suelo hasta el techo, era lo que las unía. En el otro extremo del patio, había un cuarto de servicio y un salón enorme con una parrilla y una mesa de vidrio.
Tal y como nuestros padres habían dicho, había una piscina al final y una enredadera que cubría la pared del fondo. Era todo perfecto. Y lo más importante de todo, a Abi le encantaba.
Nos enseñaron las cuatro habitaciones, que a pesar de ser tantas eran todas bastante amplias. Todas tenían una cama de dos plazas y un ropero con puertas espejadas. Habían dos baños que se compartían con dos habitaciones cada uno, y cerca del salón había otro.
Ni si quiera tuvimos que debatir si elegíamos la casa, cada comentario que hacíamos era una confirmación de que nos agradaba.Ese mismo día Abi y Caleb estaban tan emocionados que decidieron internarse en una tienda enorme de electrodomésticos y elementos de bazar. Mientras debatían sobre qué tipos de platos llevar, los vasos, etc., yo me había embobado con una nevera de dos puertas, que cuando las golpeabas con los nudillos, se iluminaba el interior de la nevera y te permitía ver lo que había dentro sin necesidad de abrir las puertas. Obviamente la compramos.
Ellos decidieron que todos los electrodomésticos de la cocina deberían ser de color rojo. Así que de ese color fueron las ollas, el microondas, la tostadora y la licuadora. Me divertía verlos elegir todo lo que querían para la casa. Mientras tanto, se me ocurrió que sería una excelente idea comprar una mesa de pool para poner en el salón del fondo. No me supuso mucho problema buscarlo en internet y encargarlo en tan solo diez minutos. No les iba a decir nada. Quería ver la reacción de ambos cuando la mesa llegara a casa.
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Bajo El Mismo Apellido ©
Teen Fiction⚠️ATENCION⚠️ •Esta es la segunda parte de "Bajo el mismo techo"• Mientras que Aiden se ausentó todo el verano al irse de viaje con sus amigos, Abi pasó el tiempo intentando olvidarlo. Sin embargo, el verano ha terminado y es momento de mudarse al ca...