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Seungmin.

El camino a la cafetería fue incómodo, ninguno de los dos soltó ni una sola palabra. Al dejar a Yang Mi en el lugar. Rápidamente me fui de allí. Llegué a casa tarde, mis padres no se molestaron en preguntar de dónde venía o como estuvo mi día. Lo único que hicimos fue comer en silencio, solo los veía mirarse con disimulo entre sí, como si trataran de comunicarse con la mirada.

Luego de cenar, fui directo a ducharme y después me acosté en mi cama. Estaba tan exhausto que para mí, no fue ningún problema dormir.

Estaba en el agua. Me estaba ahogando. No podía mover ni las piernas ni los brazos. Estiré mi cuello todo lo que pude para así mantener mi cabeza a flote y no permitir que el agua entrará por mi nariz o boca.

¿Dónde me encontraba?

Como un milagro mis piernas y brazos reaccionaron del shock en el que me encontraba. Lo primero que hice fue intentar patalear para mantenerme arriba y no hundirme. Luego me posicioné para comenzar a nadar a no donde.

Pataleaba y movía mis brazos frenéticamente. Paraba de vez en cuando y como si algo me hubiera golpeado en el interior; me percaté de que no me había movido ni un solo centímetro, era como si algo me retuviera en ese lugar. Solo veía agua, y el impotente sol colándose por mis pestañas y dejándome aturdido por aquella claridad.

Y ahí lo vi...

Era Tierra firme.

Intenté nadar hacia allá. Mi cuerpo empezaba a sentirse adormilado, mientras más cerca veía aquel lugar, más cansado me sentía. Pero de nuevo me quedaba en el mismo lugar, nada surgía de mis intentos de llegar allí. De pronto lo sentí, algo me jalaba a lo más profundo de aquellas agua. Un largo suspiro fue lo último que di, hasta que fui  arrastrado a la oscuridad, que sin duda se burlaban de mi intento por sobrevivir

Al Otro Lado © [Kim Seungmin] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora