Al Otro Lado © [Kim Seungmin] ✔️

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Seungmin.

Habían pasado dos días en los que no había visto a Anna, estuve tan preocupado por ella que hasta tuve la intención de ir a visitarla a su casa.

Últimamente me encontraba en un ambiente rodeado de amor. Minho era novio de Young Mi, a Jisung le gustaba una chica de nuestra clase, y a Changbin le gustaban todas las chicas... Pero en especial una, la presidenta de su clase.

—Le escribí una carta. —me confesó— La tengo acá.

Changbin se tanteo los bolsillos

—¡Demonios! —exclamó para salir corriendo hacia el salón de Jeongin y Yang Mi.

Corrí tras él.

Al entrar estos dos tenían la carta en la mano y la leían mientras reían a carcajadas.

—¡Jeongin! —gritó— ¡Yang Mi!

Jeongin que tenía la carta en su mano, dio un brinco y salió corriendo hacia la dirección contraria por donde iba Changbin. Así estuvieron hasta que la carta paró en manos de Yang Mi.

—Changbin-hyung está enamorado... —ella canturreaba, mientras movía la carta de un lado a otro. En ese momento pasó por mi lado. Dándome la oportunidad de arrebatarle la carta, y eso fue lo que hice.

Changbin me sonrió cuando vio que dicho papel estaba en mi mano. En cambio, Yang Mi me hizo mala cara y se volvió a sentar en su puesto, de ahí no volvió a mirarme.

—¡Bien hecho! —Changbin me dio un par de palmadas en mi hombro— ¡A la biblioteca!

Jeongin hacía corazones con sus manos y brazos.

Nos dirigimos a la biblioteca, pero antes tuvimos que pasar por el largo interrogatorio de la bibliotecaria. Un par de mentirillas y estábamos dentro.

Husmeaba en algunos libros de ciencia, cuando fui jalado del cuello de mi uniforme.

—Ahí está... —susurró Changbin maravillado, como si hubiera visto un ángel caído del cielo.

Me fijé a quién veía.

¡Era Anna!

—¡¿Ella?!—exclamé sorprendido.

Changbin volvió a halar de mi uniforme para escondernos. Puso su dedo en su boca, haciéndome seña de que cerrara la mía.

Volvimos a asomar nuestros rostros.

—Es tan hermosa y ruda... —comentaba cada vez más embobado— Cada vez que me acerco, parece querer asesinarme ¡Eso me enloquece!

No podía creer que Changbin gustara de Anna, ¿pero en qué momento...?

—Es tan alta que deseo que me pisé —lo miré extrañado. Changbin era bajo, no era tan alto. Pero Anna, ella era más pequeña. En definitiva si él estaba hablando de alguien, no era de Anna.

—¿No es ella? —le pregunté, señalando a Anna.

—¿Quién..? ¡No! —Changbin rió de manera extraña— Es ella...

Señaló a una chica que estaba cerca de Anna, la cuál no me  había percatado de su presencia.

Era una chica como de mi estatura, tenía el cabello largo, un poco más abajo de los hombros; era de color castaño oscuro. Ella ojeaba un libro cuidadosamente.

—Bien —suspiré—. Pues a lo tuyo, muchachote.

Changbin me miro con cara de «¿Eres estúpido?».