EXTRA #1

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Los ojos se le abrieron de manera veloz, en busca de alguien en aquella helada y solitaria habitación. El olor a cloro y desinfectante golpeó su nariz. Anna avistó a su madre sentada en un sofá con un libro en la mano.

—¿Ma-mamá? — preguntó la chica con la voz ronca.

La madre dió un brinco del sillón y se apresuró a llegar al lado de su hija.

—¡No vuelvas a hacer eso! —los sollozos de la madre hacían eco en aquella habitación de hospital.— No vuelvas a asustarme así...

Tras una revisión el doctor dió de alta a la débil chica. Anna, aún no entendía como había ocurrido el accidente. Pero, se sorprendió al no tener ningún hueso roto o alguna contusión. Su madre la reprendía por todo el camino, ignorando que la mente de su hija se encontraban encontraba en otro lado.

Al llegar a casa, la joven se dirigió a su habitación agotada, al chocar su rostro con la almohada y cerrar los ojos, la puerta de la habitación fue abierta y una ruidosa Avril entró.

—¡Vaya, con qué sigues con vida! —exclamó— No dejes tus porquerías en el medio.

Avril lanzó la libreta de dibujos y cartuchera a la cabeza de su hermana. Anna suspiró agotada, cogió su paño y se dirigió al baño para darse una ducha, se sentía extraña, como si su cuerpo no se le hiciera familiar, no se sentía ella misma.
Cuando entró al baño lo primero que vió fue su reflejo. Se veía fatal, los ojos hinchados y las ojeras como si hubiera desayunado una gran ensalada de hierbas mágicas...
Observó su cabello y frunció el ceño, tomó las tijeras con las manos temblorosas.

¿Qué le ocurría?

Un recuerdo golpeó la memoria de Anna...

—¡Qué te hiciste! —exclamó una voz masculina.

—Me corté el cabello —solté con tranquilidad.

—Pero...¿Por qué?

—Tenía calor —me encogí de hombros—. Aunque me quedó mal.

Los ojos de la chica comenzaron a gotear, lágrima tras lágrima, una tras otra eran liberadas en cuestión de segundos. Anna soltó la tijera y cayó al suelo, sollozando sin parar. En su mente se repetía una y otra vez la misma imagen borrosa y las mismas palabras.

¿Por qué se sentía tan triste?

Anna tomó fuerza y se dirigió a la ducha. Mientras se aseaba e intentaba quitar todo rastro de tristeza y confusión, seguía sollozando. Al salir de su trance se fijó en que ya se encontraba de nuevo en su cama, los ojos le ardían y sentía sus palpitaciones en los oídos, no podía escuchar nada más... Cerró los ojos y se encontró en la oscuridad, sola, hacía frío, tanto que la hizo estremecer ¿Dónde estaba? Una mariposa brillante iluminó su vista. Anna no muy segura la siguió, teniendo en cuenta que era la única luz que podía ver...
Terminó chocando con algo, una pared ¿Era el fin? Siguió tocando hasta que consiguió una manija, le dió vuelta y una fuerte luz la cegara.

¿Dónde estaba?

Era un patio escolar. Anna veía muchos alumnos venir e ir, pero ninguno parecía notar su presencia. Observó su alrededor, se le hacía tan familiar... Ella se acercó a una de las mesas.

—Mira lo que hago, Changbin-hyung —un chico rubio dijo a otro, mientas hacía un eructo muy ruidoso.

Sentados en la misma mesa había otras personas que se le hacían muy conocidos. Uno en especial.

Anna se acercó un poco más.

Abrió la boca anonadada.

Era él.

Al Otro Lado © [Kim Seungmin] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora